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LA REPUBLICA. Lunes 25 de abril de 1988 11 OPINION En Centroamérica (Panamá incluida. durante toda su historia, desde antes y después del descubrimiento y la conquista de América por el Gran Almirante. ipaz nunca ha habido. con excepción del pedazo de territorio que terminó llamándose Costa Rica, y en el que se ubica geográficamente, el país que ha logrado los períodos más largos y sin interrupción de una paz social, envidiada por otros pueblos la mentable y dolorosamente menos afortunados.
La Tercera Guerra Mundial. ya comenzó?
Lic. Claudio Calderón Universidad Nacional, Costa Rica ERO desde que el concepto o la palabra paz fue enarbolada como bandera de un hermoso idealismo, como pretexto de la lucha pacífica. por alcanzar la anhelada paz. como si esto hubiera sido posible alguna vez en la historia) y como objetivo y meta principal del quehacer humano, que si no se logra alcanzar, no valdrá la pena ninguna otra gestión, lucha, conquista, ni adelanto de ningún tipo, en ningún otro campo. Lo que sucedió es que se nos ha precipitado con particular violencia, en una crisis nacional e internacional que ya nadie puede seguir ocultando, ante los ojos más cerrados, los ciudadanos más irresponsables y despreocupados y las inteligencias más obtusas.
En tal circunstancia, sólo podemos estar seguros de una cosa: de esta crisis saldremos muy, pero muy cambiados; ya las inmediatas generaciones que nos sucederán, encontrarán sus propios medios, para tratar al menos de resolver el problema de la lucha por la Paz que heredarán de nosotros, sus queridos mentores. De un sacudimiento tan profundo y frustrante, no se sale ni se sigue siendo igual a lo que se era, en el supuesto caso que se sobreviva entre los graves sacrificios, y entre las víctimas, especialmente víctimas inocentes; esto por lo menos, lo que nos ha enseñado la historia, por más que quisiéramos equivocarnos (nuestro deseo es estar totalmente equivocados. Los costarricenses, aun tomando en cuenta a los menos afortunados, sin nos comparamos con otros pueblos hermanos centroamericanos, la verdad es que no hemos tenido que sufrir las privaciones, humillaciones, dolory muerte que sí han tenido que sufrir ellos; pero comienza a acumularse en muchas familias el temor y la preocupación.
En este momento cualquier previsión del futuro es incierta y dificilísima; aún si aceptáramos la ciencia futurológica, que no señalara el porvenir. Aun datos y razonamientos debidamente computadorizados resultan insuficientes para que la más moderna computadora nos dé una proyección aceptable, ante la magnitud de los graves errores cometidos por los dirigentes políticos y militares, que aún en este momento insisten con sádica pasión erótica, en salvar nuestra futura paz, precisamente tomando como pretexto. la búsqueda de la paz!
Lo que hemos visto y oído hasta ahora, quita la palabra de los labios, al optimista más tenaz y lo invade el pesimismo. Las apremiantes dificultades y necesidades de los ciudadanos de toda condición, área, nivel económico o intelectual, adquieren ya dimensiones inmensas y dramáticas (lo mismo podemos decir de la gran mayoría de los pueblos que habitan el planeta. Por lo que a mi respecta, la Tercera Guerra Mundial ya comenzó hace bastante rato. Comenzaban a vivir mis abuelos y antes que nacieran mis padres, el conflicto de 1914 comenzó a almacenar lastre que aún hoy pesa sobre todos nosotros, fue el acondicionador histórico dominante de la vida de los que aún no nos tocaba nacer en aquellos días, Nacieron esperanzas como el fascimo y el comunismo marxista leninista y otro montón de propuestas ideológicas de menor cuantía y que también resultaron más o menos descabelladas como las mencionadas. La Segunda Guerra Mundial le tocó a la generación de nuestros padres, que maduraron en sus consecuencias; especialmente en los países que perdieron su libertad y pasaron a un status de satélites esclavos de una de las potencias vencedoras. La sombra de la Tercera Guerra Mundial comenzó a amenazar a la humanidad desde el momento en que se firmaba la paz de la Segunda Guerra Mundial con el horror atómico.
Después de esta explosión hecatombe, nos fuimos convenciendo de la imposibilidad de una gran Tercera Guerra Mundial como las anteriores, dada la violencia y las consecuencias de los nuevos medios destructivos en manos de los militares.
Pero los militares y sus aliados, los políticos, se las arreglaron entonces para continuar con una guerra en Korea y otra en Vietnam (es aquí donde nace mi generación. matizadas por una cantidad de conflictos bélicos ya no se les llama guerras en el vecino Oriente, Africa, Centroamérica. que pareciera no van a tener fin por más esfuerzos y tratados de paz (que más bien dan la impresión que actúan como fertilizantes. y así caemos en la cuenta que los poderosos se esfuerzan por dirimir sus conflictos en regiones cada vez más lejanas de sus grandes ciudades, en donde sangrientos y ásperos conflictos civil hacen caso niso a presiones de cualquier tipo, desde las de los megalomanos que se creen el ombligo del mundo, hasta las económicas del poder del Norte. Quiere decir entonces que las guerras son inevitables? Volveremos sobre este tema. A historia de América Latina está colmada de la existencia de dictaduras, las cuales en su gran mayoría siempre fueron una clara contradicción al derecho del sufragio. Algunas de las más características se destacaron porque los dictadores gobernaban con apariencia de líderes democráticos queriendo demostrar que sus serviles ejércitos son los guardianes de la soberanía y de las libertades públicas; siempre arrollaron importantes obras de infraestructuras como carreteras, hospitales, aeropuertos y otras que en el fondo lo que pretenden es preparar condiciones estratégicas para su propia defensa y permanencia en el poder.
Dictaduras o respeto al sufragio cio Batista en Cuba, Getulio Vargas en Brasil, Rafael Núñez en Colombia, Justo Rufino Barrios en Guatemala, Antonio Guzmán Blanco en Venezuela, Gabriel García Moreno en Ecuador, Porfirio Díaz en México, Villaroel en Bolivia, Medina Angarita en Venezuela, Trujillo en Dominicana, Duvalier en Haiti, Somoza en Nicaragua, Peñaranda en Bolivia, y unos pocos que aún hoy día se mantienen en el poder y son conocidos por todos los latinoamericanos. Los dictadores de ayer y los de hoy siempre tuvieron un gran pavor a la consulta electoral. Uno de los pocos hombres que siempre se enfrentó a las tiranías y a los sistemas de Gobierno que no practicaban el respeto al derecho de sufragio, en mayo de 1959, a solicitud de un grupo de latinoamericanos pronunció en Nueva York un excelente discurso y entre otras cosas dijo lo siguiente: Compatriotas latinoamericanos, tenemos emprendida una lucha larga por limpiar de dictaduras nuestra parte de América.
En los albores del triunfo, es conveniente que los revolucionarios hagamos examen de conciencia, y propósito de conducta futura. Nuestra revolución tiene que llevar en sí un gran sentido de responsabilidad. Responsabilidad todos que se empleen para derro car las dictaduras. Responsabilidad en tener presente siempre que los sacrificios de tantas vidas latinoamericanas no deben producir gobiernos superficiales, ni gobiernos deshonestos, ni gobiernos demagógicos, ni gobiernos comunizantes, ni gobiernos dictatoriales.
Los gobiernos democráticos, debemos pensar que la vida de los pueblos es larga, y los periodos constitucionales son cortos. Cada gobierno que vaya viniendo enmendará el rumbo de nuestros países, si necesitare ser enmendado. El único norte invariable, lo único en que debemos ser intransigentes, es en exigir que las puertas del sufragio se mantengan abiertas siempre, de par en par.
Que ningún gobierno hijo de la revolución ansle quedarse en el poder, sin la formalidad de un honesto mandato popular. Que quienes hemos alcanzado el gobierno con las armas, estemos siempre dispuestos a dejarnos quitar con los votos. Las revoluciones, si son positivas, donde se reafirman es en la oposición. Un movimiento revolucionario, al revés de lo que se cree, necesita alternabilidad en el poder. Un partido revolu cionario necesita ejercer sus músculos opositores, sus facultades de estudio y de retiro, la capacidad de sus hombres en la vida privada, sus medios de observación en la llanura, y su aptitud en la lucha electoral para reconquistar el poder. Ay del partido revolucionario que llegue a creer que la continuidad en el gobierno le es indispensable para el desarrollo de su programa! Este es el espejismo de los regímenes totalitarios.
Dada la historia de la América Latina, si nuestras revoluciones no llevan ya en el alma el convencimiento de que deberán alternar en el poder con otras ideologias democráticas; si los revolucionarios no están dispuestos a oír censuras, y a ver a sus países gobernados por gentes que no les son gratas; si quieren ir subiendo siempre y no comprenden la conveniencia del pequeño llano a la mitad de la cuesta; si no han de saber flanquear, hacer un rodeo, cuando el ataque frontal no convenga; si no hay desde ahora en nuestros movimientos democráticos el respeto por lo que surja después, en los periodos eletorales y gubernativos subsiguientes, entonces, señores, las revoluciones están fracasadas desde ahora.
En vano estaremos haciendo todos estos sacriticios, si dentro de nuestra programación, dentro del planteamiento de todo aquello que queremos realizar, no llevamos por base fundamental el respeto a la crítica, que suele ser un elemento moderador, y el respeto al sufragio, como única fuente de poder. Este defensor de las libertades se llama José Figueres Ferrer, en él se deben inspirar los pueblos que luchan por sus propios derechos, porque siempre predicó con el ejemplo.
Alvaro Chaves Sánchez Diputado Los regímenes castrenses nacieron como herencia del caudillismo y ese mal ha carcomido las entrañas de nuestros pueblos, los cuales gastan miles de millones manteniendo aparatos improductivos que son artifices directos del subdesarrollo que caracteriza a nuestros pueblos.
Algunas de las dictaduras que causaron problemas en los países latinoamericanos y que atropellaron los derechos al sufragio estuvieron representadas por las siguientes personas: Jorge Ubico en Guatemala, FulgenEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.