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18 LA REPUBLICA. Jueves 29 de setiembre de 1988 COMENTARIO INTERNACIONAL Unite States Estados Unidos Hora cero para el programa espacial Por Alejandro Rodrigo científicos.
La viabilidad económica del transbordador como vehículo de carga comercial capaz de autosostenerse fue siempre cuestionada.
Se dijo, por ejemplo, que los cohetes WASHINGTON (ANSA. El futuro del programa espacial de los Estados Unidos depende en gran parte del éxito de la misión del transbordador Discovery que será lanzado desde Cabo Cañaveral. Arianne franceses son menos costosos para poner satélites en órbita y más confiables en cuanto a la regularidad de sus vuelos.
La NASA cuenta con un presupuesto anual de unos 500 millones de dólares para el proyecto, suma que no cae bien cuando se considera la necesidad de reducir el déficit fiscal.
Más aún, los planes de la Agencia de construir en la próxima década una plataforma espacial requirirán miles de millones de dólares adicionales.
El Departamento de Defensa, uno de los que en su inicio bogó más fervorosamente en favor de los transbordadores, sufrió por la demora del programa que frustró el lanzamiento de satélites militares y otras actividades secretas encomendadas a los transbordadores.
La NASA planea dos vuelos este año calendario, siete en 1989 y diez en 1990. Su intención es estabilizarse en catorce vuelos anuales, pero expertos de la industria consideran este plan demasiado ambicioso, aun con la construcción de un cuarto vehículo para la flota.
Para dar una idea de la importancia que asigna el Pentágono a los shuttles basta mencionar que de los cinco vuelos que sucederán al transbordador Discovery, tres son misiones secretas militares.
Los efectos psicológicos del shuttle no pueden dejarse de lado. El programa, a pesar de su enorme costo, cuenta con la simpatía de los norteamericanos a quienes no entusiasma la exploración espacial no tripulada que ven a sus astronautas volando en el confort de un avión mientras los soviéticos siguen utilizando incómodas cápsulas, a pesar de que ya hay rumores de que los rusos tienen casi lista una nave muy similar al shuttle.
Curiosamente, el futuro del shuttle no es tema de la campaña presidencial en Estados Unidos. Hasta los mismos candidatos parecen estar esperando ansiosos el despegue del Discovery para hacer planes futuros, una vez concretado formalmente el reingreso norteamericano a la carrera espacial.
Si el programa logra ponerse de pie, los vuelos vuelven a convertirse en rutinarios y las aplicaciones del transbordador se expanden, es probable que la NASA logre fondos suficientes para algunos de sus ambiciosos proyectos de exploración espacial.
La construcción de una estación espacial, capaz de servir de resorte para la exploración del sistema solar, es uno de los proyectos más probables para la próxima década.
El shuttle seria el encargado de llevar al espacio, en varios viajes, los componentes para armar la plataforma.
La reanudación de viajes a la luna, la instalación de un observatorio lunar en la cara oscura de la luna, y la colonización del satélite, son posibilidades que estudia la NASA a partir del éxito del transbordador.
Un viaje a Marte, por ejemplo, cautiva la imaginación de los hombres de ciencia, pero la NASA admite que todo ello no es más que un sueño si fracasa el programa que se reinicia esta semana.
Más de dos años y medio han pasado y desde la explosión del transbordador Challenger. que costó la vida a siete astronautas, paralizó el programa espacial y cuestionó la viabilidad técnica y económica del programa de los transbordadores o shuttles.
La Agencia Espacial Norteamericana (NASA) condujo varias investigaciones después de la tragedia. Sus más importantes directivos fueron reemplazados.
Cerca de 500 componentes de los transbordadores, cohetes propulsores y tanques de combustibles, han sido rediseñados. Las naves fueron sometidas a las pruebas más exhaustivas que pueda imaginarse.
La NASA adoptó una política conservadora en cuanto al reinicio del programa, sabiendo que después del desastre del Challenger que conmocionó a la nación, no puede permitirse el lujo de una nueva falla. El transbordador Discovery hará su séptimo vuelo y el vigesimosexto de la era del shuttle. La misión concreta consiste en poner en órbita un satélite de comunicaciones de la NASA, pero esto aparece irrelevante ante el desafío que implica recuperar la credibilidad para el programa espacial norteamericano.
What Las demoras en el programa ocasionadas por la pérdida del Challenger. la NASA tiene ahora tres naves tuvieron serios efectos económicos, militares, y Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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