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8 Revista Dominical. LA REPUBLICA. Domingo 16 de octubre de 1988 L SA OS colonos humanos que, según los planes estadounidenses, ocuparán hacia el 2007 los primeros asentamientos temporales en la Luna y hacia el 2017 el primer asentamiento estable, respirarán en el satélite sin aire el oxígeno contenido en sus rocas de superficie.
Ls última misión a la Luna fue llevada a cabo por Estados Unidos en 1972. Los viajes al satélite se suspendieron sustancialmente por motivos económicos. Se calcula que el viaje de ida y vuelta de cada astronauta costó una suma equivalente a 000 millones de dólares de hoy. Se trata de un gasto que incluso un país rico como Norteamérica sólo se puede permitir de vez en cuando.
Uno de los mayores problemas que resolver para reducir el costo de los viajes a la Luna es el del peso de los materiales que deben llevarse desde la Tierra. La mayor parte de este peso está representada por el oxígeno. Cada astronauta necesita por día de permanencia en la Luna ocho kilos de oxígeno: uno para respirar y siete que componen el 90 por ciento de los ocho kilos de agua que el hombre necesita cada día.
Los científicos piensan extraer el oxígeno de la ilmenita (Óxido de hierro y titanio. comunísima en la superficie lunar, compuesta de oxígeno en su 48 por ciento. El oxígeno podría extraerse por electrólisis, procedimiento que se usa industrialmente para obtener oxígeno partiendo, por ejemplo, del óxido de mercurio.
La energía para hacer funcionar la planta de electrólisis podría obtenerse con una pequeña batería (un total de toneladas) de paneles fotosensibles para construir una central eléctrica de 100 Kw. En un segundo momento, quizá podría construirse una pequeña central nuclear.
Por el momento, la estadounidense Lunar Industries Incorporated estudia cuál puede ser el mejor modo de explotar el oxigeno de las rocas lunares de superficie y de captar el helio y el hidrógeno que llegan a la Luna con el viento solar.
El oxígeno producido en la Luna no sólo serviría para el consumo humano, sino que podría usarse como carburante para las naves espaciales. De hecho, el combustible de estas máquinas está compuesto de oxígeno en el 80 por ciento y de hidrógeno en el 20.
Ello aligeraría enormemente los cargamentos de los transbordadores que partiesen de la Tierra, en el supuesto de que la Luna se usase como base de escala para las astronaves que se aventurasen hacia otros planetas.
En este sentido, resulta interesante recordar que el líder soviético Mijail Gorbachov propuso al Presidente norteamericano Ronald Reagan una misión conjunta para explorar el planeta Marte.
Según los proyectos estadounidenses, hacia el 2035 debería residir en Marte una avanzadilla humana.
Por Jordi Minguell MUY PRONTO. El hombre colonizará la Luna El oxígeno se obtendrá de las piedras Será la base para la conquista espacial La colonización de la Luna, que parece mucho más factible que la de Marte, consentirá explotar el titanio y el cromo, que abundan en los basaltos lunares, y el galio, el germanio y el indio presentes en sus rocas y escasos en la Tierra, donde resultan indispensables para la industria de los semiconductores.
Del mismo modo, la colonización de la Luna prestará sus servicios a la astronomía. De hecho, las condiciones del satélite son ideales para efectuar la observación óptica y la de las ventanas de los infrarrojos, los ultravioletas, los rayos y los rayos gamma, pues la falta de atmósfera elimina toda absorción de radiaciones electromagnéticas y corpusculares procedentes del cosmos.
También la radioastronomía sacará ventajas de la colonización de la Luna. De hecho, la cara escondida del satélite está protegida contra la contaminación electromagnética que estorba gravemente las observaciones hechas desde la tierra.
Por último, la presencia del hombre en la Luna consentirá obtener resultados mucho más precisos con los radiotelescopios.
Existe un proyecto llamado MERI (Moon Earth Radio Interferometry)
que prevé enlazar un radiotelescopio instalado en la Luna con uno emplazado en la Tierra.
Este sistema equivaldría a un radiotelescopio de diámetro equivalente a la distancia entre la Tierra y la Luna, con un poder de resolución diez mil veces superior al que se obtiene con los radiointerferómetros más potentes instalados en la Tierra.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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