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LA REPUBLICA. Viernes 11 de noviembre de 1988 17 OPNON Somos diferentes Bradbury, poeta del espacio osta Rica PRESTAMO CIRCULACION Bracciale dello Por Alfredo Vincenzi donal Nuestro país ha sido escenario de un debate público en los diferentes medios de comunicación colectiva. El tema tratado, en forma ligeramente desorganizada Lic. Elías Soley ha sido el proyecto de creación del Parlamento Centroamericano que se encuentra en la Asamblea Legislativa, el cual está siendo objeto de respaldo, así como también de repudio, por amplios sectores políticos nacionales pertenecientes indistintamente a los dos partidos mayoritarios. En igual forma la iniciativa ha generado interesantes observaciones de muchos ciudadanos interesados por cooperar con esta decisión política que definitivamente compromete a la nación.
El Gobierno central, con el Presidente Arias Sánchez al frente, ha insistido reiteradamente sobre el punto, tratando, según se dice, de concientizar al legislador para que tramite el asunto por el bien del país; sin embargo, tal posición ha sido ampliamente refutada, sobre todo cuando se ha puesto de manifiesto que el interés del Gobierno de la República es que nuestro país cumpla fielmente lo pactado en Esquipulas, sin tomar en cuenta la inobservancia y el desinterés que han mostrado los otros países comprometidos con respecto a las obligaciones que les impone el denominado Plan de Paz.
Realmente. cuál es la finalidad de este interés. No es más lógico tratar de complementar el Plan de Paz con mecanismos idóneos que garanticen un avance real en el proceso pacificador de los restantes países del área y luchar, aunque la lucha sea lenta, por consolidar cualquier avance en ese sentido. No sería más inteligente retomar los planteamientos iniciales del Plan de Paz en lugar de decidirse por crear un ilógico Parlamento regional, con lo cual únicamente estaríamos eludiendo la verdad real de la situación centroamericana?
Sin duda alguna, la gestión para crear el polémico Parlamento es prematura; a priori deberíamos continuar la lucha por lograr un verdadero avance en el proceso pacificador que garantice plenamente el surgimiento de la democracia en los demás países del istmo. Actualmente, tomar esa decisión reflejaría inmadurez y precipitación en la toma de decisiones; de lo cual no podemos obviar que constituye un gran agravante el hecho de que con ello se compromete absolutamente al país, obligándolo a actuar en un foro parlamentario cuyos integrantes pertenecen a gobiernos que han dado muestras suficientes de falta de conciencia cívica y social.
Siendo un Parlamento la expresión caracterizadora de la soberanía popular, y teniendo como función principal la formación civica en la vida de la ciudadanía, resulta imposible siquiera imaginarse que con las condiciones actuales la instauración de un foro de este tipo a nivel centroamericano tenga consecuencias favorables. Es normal, desde un punto de vista político, pensar que en estos momentos no pueden converger en un mismo foro parlamentario personeros de gobiernos cuya formación, consciencia y manera de ejercer el poder público son incompatibles.
La realidad es la realidad. En Centroamérica, desgraciadamente, sólo Costa Rica cuenta con tradición y méritos suficientes para integrar un foro eminentemente democrático; el resto de nuestros vecinos han vivido la desgracia producida por una descarada opresión del militarismo, o sus gobiernos han entregado, en forma sumisa y denigrante, la soberanía nacional a las superpotencias. Lo anterior me recuerda lo que hace algún tiempo escuché decir a uno de nuestros ex Presidentes, cuando manifestó que no es que nosotros seamos mejores o peores: SOMOS DIFERENTES. y esa diferencia la han marcado claramente nuestros valores sociales y nuestro desarrollo político; y, lamentablemente, mientras persista no podremos considerar convenientes matricularnos en un campo en que debemos actuar sometidos a decisiones conjuntas. tema no era nuevo, ni siquiera de los tiempos modernos.
Desde la antigüedad clásica, los hombres hablaron, en todas las épocas de viajar a las estrellas y de la pluralidad de los mundos habitados. Incluso un escritor inglés había relatado una hipotética invasión de la Tierra por belicosos marcianos a principios de este siglo. Lo que en Ray Bradbury hay de novedoso, en su novela semi fantástica CRONICAS MARCIANAS, es su planteamiento básico, hecho en 1946, de un éxodo forzoso de los terrícolas hacia el planeta rojo a causa de una inminente destrucción del nuestro por las guerras con armas atómicas.
Pero ese supuesto de enorme actualidad no es el único mérito de Bradbury, novelista norteamericano, al escribir sus crónicas. Este escritor se nos revela en esa obra como un humanista, un filósofo, un científico y un artista de brillantes facetas conjugadas en una sola pieza como los cristales tallados de un solitario diamante de irresistible esplendor. No se trata de una obra más de anticipación científica, sino de un libro que produce en el lector una sacudida inédita. Un nuevo tipo de escalofrío que recorre todas las neuronas e invade el cerebro y las vísceras con una emo hasta entonces apenas intuida en lo más hondo del espíritu humano.
Para nosotros, lectores de fines de siglo, las CRONICAS MARCIANAS nos parecen, en sus partes científicas o tecnológicas como un extraño híbrido de cosas obsoletas y alucinantes anticipaciones.
Su humanismo, en cambio, es de una sola pieza: Bradbury escribe en su última crónica, estas palabras pronunciadas por uno de los últimos terrícolas exiliados a Marte: Estoy quemando una manera de vivir que ahora se quema en la Tierra. Perdonadme si os hablo como un político, pero al fin y al cabo soy un ex gobernador; un gobernador hoу nesto, por eso me odiaron. La vida en la Tierra nunca fue nada bueno. La ciencia progresó rápidamente y nos dejó atrás, y la gente se extravió en una maraña mecánica, dedicándose como niños a cosas bonitas: artefactos, helicópetos, cohetes; dando importancia a lo que no tenía importancia, tijándose en las máquinas más que en el modo de dominar las máquinas. Las guerras crecieron y crecieron y finalmente acabaron con la Tierra.
Ray Bradbury es, en esta novela, por encima de todo, un gran poeta del espacio. Todo su estilo está impregnado de las más brillantes metáforas. De las más audaces imágenes, en donde se entrelazan todas las épocas de la historia, todos los lugares que el hombre ha transformado. el telón de fondo de su poesía espacial es el Universo y su ordenador inasible: Dios. ¿Son evitables los desastres naturales?
OS recientes sucesos derivados por inundaciones y deslizamientos en el país, no son del todo una sorpresa. Los registros históricos de los ríos desbordados y los sectores más frágiles por desplazamiento de laderas, muestran lo recurrente de esos sucesos en esas mismas áreas. Cabe preguntarse por qué las entidades gubernamentales no toman decisiones definitivas en reasentamiento de poblaciones e infraestructura? Por lo general, el item de atención y prevención por activamiento de fenómenos naturales, como labor Lic. Luis Nelson Arroyo continua y permanente no ocupa en la mayoCoordinador Proyectos de ría de los países subdesarrollados un lugar siInvestigación en Desastres quiera significativo. De ahí, que no es de exNaturales. Universidad Nacional trañar que el embate de alguno de ellos, se convierta en un verdadero descalabro, que sacude todos los ámbitos del acontecer eco magnitud del trastorno, que no sólo la subsis dos, ninguna compañía aseguradora garanti nómico y social tencia sino la vida y vivienda de pobladores za compensación económica sobre infraesempieza a ser amenazada.
tructura que pudiese ubicarse en esos sitios El Desastre, entendido como una inteEl riesgo aparece cuando dan inicio las (Lavel, 1988. Es obvio, que aun las sorrupción severa en el quehacer productivo actividades de explotación del medio. Si a eciedades avanzadas en este campo, no essocial, tiene un impacto nada despreciable sos desarrollos se antepusieran políticas de tán totalmente exentas de padecer en algún en el potencial de desarrollo. Así, sí se consi planificación que involucren aspectos de cregrado los efectos de un fenómeno natural.
dera el impacto global de ellos sobre los paí cimiento y desarrollo futuro, en vez de usos y Los peligros naturales, entendidos así por ses centroamericanos, un estudio de la napropiados del suelo y aperturas viales inlos hombres son parte esencial de la dinámiCLA estimó que entre 1960 y 1974 las pérdi discriminadas, es muy probable que no laca evolutiva de la Tierra; como producto de edas sufridas en Costa Rica, El Salvador, mentaríamos los saldos tan costosos de una llo, los sutiles equilibrios en la naturaleza, Guatemala, Nicaragua y Honduras, significa proceso natural. nivel de países desarrolla tras su alteración posterior ajuste, deparaban una reducción promedio de del Pro dos, ha sido probado que más vale prevenir rán mayores calamidades para aquellas soducto Interno Bruto nacional anual (Abril Oje que lamentar. Para ellos, las duras experien ciedades no preparadas en tareas de pre y da 1982. citado por Lavel, 1988. cias evidenciaron que era racional y sobre to post desastre. Como resultado, estadístiLa fragilidad, manifiesta en una agricultu do más económico estudiar y entender los cas y estudios especializados señalan que ra monocultivista, políticas inexistentes de umecanismos de acción de los fenómenos na alrededor de 90 de los eventos catastrófiso del suelo y colonizacion espontánea de si turales. Pero no se quedaron ahí. Estable cos ocurren en los países pobres de América tios peligrosos entre otros, aunado a pre cieron restricciones de uso y zonificaron te Latina, Asia y Africa, y que su frecuencia ha siones demográficas sobre la tierra; han pro rritorios a fin de establecer no solo la verda ido aumentando durante los años posteriopiciado una degradación del medio; en donde dera vocación de estos, sino que rigurosas res a 1950 (Sanissis, 1972. citado por Laparalelo a pérdidas invaluables en recursos legislaciones limitan desarrollos en áreas de vel, 1988. Aunque en múltiples contexrenovables, se adiciona en que tal ha sido la riesgo. Así por ejemplo, en los Estados Uni tos geográficos, las causas locales que generan los fenómenos naturales no pueden ser eliminadas, sí es posible reducir en forma sustancial los niveles de riesgo y pérdidas económicas a través de un planeamiento integral de uso del suelo (agricultura, asentamientos, etc. Estos cambios, que van desde lo cultural a lo tecnológico, han demostrado que para dominar la Naturaleza, hay que obedecerla; estimándose que a corto plazo las economías aducidas por el no diseño de obras de protección en ríos y laderas, han revertido en gastos proporcionalmente mayores por costosas e interminables labores de mantenimiento en rectificación de vías, interrupción del tránsito, aislamiento de comunidades y pérdida de cultivos entre otros. Es evidente que muchas de las áreas afectadas por inundaciones y deslizamientos en diferentes sectores del país, han recibido en una u otra forma la influencia de actividades desarrolladas por el hombre. Se han invadido y colonizado por desconocimiento o temeridad los valles de los ríos, extendiendo hasta los cauces viviendas sembradíos, laderas de fuerte pendiente no han sido obstáculo para viviendas y cultivos: los resultados estan a la vista.
Así pues, mientras a nivel de entidades decisorias no surjan disposiciones de acatamiento obligatorio en el uso del territorio, es fundamental que las Comunidades que conviven con estos peligros, se interesen en prevenir los efectos dañinos de los mismos. Al fin y al cabo, serán ellas las directa o inderectamente afectadas por las consecuencias que su activamiento origina. Los pobladores que constatan a diario las modificaciones de los terrenos que les rodean, deben asumir papel de gestores de medidas preventivas para así contribuir a que el fenómeno natural de mañana nos golpee cada vez menos.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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