2 El Inmobiliario. LA REPUBLICA. Miércoles 16 de noviembre de 1988.
CONTROL DE CALIDAD Columnma del editor N el año 1980 se tomó la sabia iniciativa de realizar muestreos, entre las numerosas fábricas de bloques, para constatar si cumplían con las normas minimas de calidad. Durante dos años, las pruebas de laboratorios determinaron cuales eran las industrias aptas para dar seguridad a las viviendas costarricenses. Pero luego, aduciendo razones económicas, se suspendió esta práctica dejando el campo abierto para quien quisiera fabricar estos materiales a su buen saber y entender, no siempre preocupados por la calidad de los mismos ni por la seguridad de su prójimo.
La necesidad de vivienda en Costa Rica y los crecientes costos de los materiales obligaron, en un principio, a ir reduciendo, de a poco, la superficie de las nuevas construcciones llegando, en algunos casos, a niveles de nacinamiento. Como segundo paso se optó por ir reduciendo la calidad de los espacios: los pisos lujados, los cielorasos a futuro, los tabiques de un forro. Como esto no alcanzaba se debió bajar la calidad de los materiales y entonces algunos techos ya no fueron tan impermeables y las cacheras y se hicieron de plástico.
Las construcciones populares son así cada vez más precarias y en muchos casos puede existir un peligro físico para sus moradores.
La iniciativa de crear un ente contralor de la calidad de los bloques de concreto nos parece elogiable. Se acabará de esa manera con los fabricantes que traicionan las normas de seguridad por bajar los precios, a costa de un producto deleznable.
Pero no debería parar ahí la inquietud, ya que está en marcha, y agregar a la lista otros materiales de igual importancia que los bloques sin olvidar aspectos de las técnicas constructivas que a veces llevan a la mala práctica. No olvidemos que la suma de viviendas individuales constituyen la ciudad. la ciudad es el espacio que compartimos todos.
Por Jorge Grané Eugenio Castro Jiménez NOVEDADES DEL MERCADO PISOS DE HULE Cuenta la mujer que conoce la historia, que el nombre del pueblo nace por una mata de plátano, sembrada hace muchos años cuando las tierras estaban solas esperando la mano del hombre para cultivarlas. STE lugar, que originalmente era de tupidos pastizales, es visitado por la familia Cubero cerca del año de 1850, cuando traían sus ganados a pastear las tierras altas. La primera vez que visitaron el lugar voltearon la montaña y para no Foto:Eugenio Castro.
LA IGLESIA DE MATA DE PLATANO hasta Mata de Plátano. La arena y la piedra fueron traídas del río Durazno en Coronado, en carretas de bueyes por los vecinos como contribución a la mano de obra.
Los gastos de todas las estructuras y las planillas fueron hechos por cuenta del señor Cubero. El pueblo ayuda con turnos, fiestas donde se vendían tamales, bizcocho y pozol para terminar de completar sus ornamentos.
Desde que se inaugura la iglesia cerca del año de 1928 no volvió a faltar la misa los domingos.
Nos dice la señora. Recuerdo un muchacho que todos los domingos bajaba con una bestia hasta la estación del tranvía en Guadalupe a recibir al padre Cornelio Rojas y entonces el sacerdote subía a lomo de caballo hasta el pueblo, impartía la misa y después se regresaba.
El muchacho esperaba en Guadalupe a que el sacerdote regresara para después traerse de nuevo el caballo. Recuerdo oir que se decía. Allá va la bestia del padre. Después de estar viajando 15 años a lomo de caballo llega otro sacerdote, Fernando Sarratea, pero ya el era traído por un hermoso automóvil manejado por Juan Rodríguez.
Cerca del año de 1960 la Iglesia sufre un incendio y parte de la estructura de su cielo raso y la cubierta de su techo, así como su altar mayor, son destruidos por las llamas. En la actualidad la iglesia de Mata de Plátano conserva la estructura original que le imprimieron el arquitecto Quirós y el señor Cubero. pesar de las inclemencias del tiempo, la torre campanario es uno de los elementos más bien logrados de la obra ya que conserva una pureza y unidad inconfundibles. El reloj de la torre fue traido también de Europa, está siendo reparado y esperamos se vuelva a colocar como lo estuvo durante 60 años para que esta dichosa comunidad conserve y comparta un hermoso legado para la arquitectura religiosa costarricense.
Los pisos de hule pueden resolver problemas en áreas industriales o ser usado en lugares de gran tráfico, donde la seguridad de las personas es de gran importancia. Esto, debido a que el piso de hule reduce la posibilidad de deslices.
Agrega esto su facilidad de limpieza además de amortiguar el ruido del tránsito. Su estructura permite una capacidad ilimitada al desgaste en lugares como supermercados, cines, bancos, gimnasios, hospitales, etc.
Su dimensión es de 40 cm 40 cm y su espesor de 3, mm. Se fabrica en color rojo, azul, negro, amarillo, gris, verde, café, celeste y blanco.
y Sus dos variedades, piso standard e industrial, son fabricados por Industrias Midamérica.
perderse y no olvidar el lugar siembran una mata de plátano como nuevo punto de referencia.
Entonces, cuando querían regresar al lugar, decían. Vamos a mata de plátano. y es de esta forma como comienzan los primeros habitantes a identificar el lejano a lugar.
Tiempo después, la familia de José Cubero decide dejar de vivir en Zapote y se establecen en Mata de Plátano, que ya empezaba a desarrollarse urbanamente.
Cerca del año de 1878, José Cubero contrae matrimonio con Helena Gutiérrez y así, José Cubero comienza a edificar el porvenir de sus hijos, sembrando la tierra de maíz y hortalizas y criando ganado lechero. Estas actividades comerciales lo hacen un hombre importante en Mata de Plátano.
En el año de 1925, José Cubero y su esposa sienten la necesidad, en el pueblo que fundaron sus padres, de construir un lugar para festejar los oficios religiosos y entonces, movidos por esta poderosa inquietud, reúnen a los vecinos y les presentan la propuesta de edificar una iglesia.
Es tal la buena impresión y acogida que reciben los vecinos que la señora Rosa Ermelinda Quesada Quesada dona el 19 de marzo de 1927 el terreno para la construcción de la nueva iglesia.
El señor Cubero empieza las diligencias y le pide personalmente al arquitecto Teodorico Quirós el diseño y la dirección del proyecto. El arquitecto Quirós acepta el encargo con mucho entusiasmo y para ese mismo año se comienza la construcción del Templo que llevará impresa una mezcla de arquitectura romana y barroca.
La estructura de hierro es traída desde Hamburgo, Alemania, a petición de don José Cubero y el arquitecto Quirós.
Esta estructura es traída por la empresa Fabián con sede en San José, y el contratista fue Adán Calvo. De modo que es así, como una vez más Costa Rica importa materiales de elegante belleza, incomparables, y que dentro del típico ser costarricense forma parte de su historia por ser una mezcla ingenua de un lenguaje romano y formas barrocas.
Estas estructuras, una vez en Limón, fueron traídas por tren hasta la aduana de San José, y desde ahí, transportadas en tranvía hasta Guadalupe, donde las esperaban carretas de bueyes para ser trasladadas Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.