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20 LA REPUBLICA Domingo 27 de noviembre de 1988 COMENTARIO INTERNACIONAL TE lon mo neocnn 우위88 on COTTAGE NUEVA YORK (AP) Se estima que más de 32 millones de personas viven por debajo del nivel de pobreza en los Estados Unidos, pero en ningún sitio el contraste entre ricos y pobres es más marcado que en la ciudad de Nueva York.
COPY AO subsidio alimentario y almuerzos en las escuelas, y millones de dólares en becas y préstamos para la educación de los menesterosos.
El Gobierno Federal gastó más de 126. 000 millones de dólares en servicios de salud para los pobres y ancianos el año y pasado, y 16. 300 millones en pagos directos de supervivencia familiar.
Estos programas ayudan. Pero tienen el efecto de un esparadrapo en una herida de bala: no son suficientes para sacar a las víctimas de su condición de pobreza o eliminar las complejas causas subyacentes.
Según la administración del Presidente Ronald Reagan, la situación no es tan grave.
Desde fines de la recesión 1981 82, que ocasionó una tasa de dos dígitos de desempleados, se han creado unos 15 millones de empleos.
La tasa nacional de desempleo se mantuvo en setiembre en por ciento, o unas 596. 000 personas. La cifra de junio de por ciento fue la más baja en los últimos 14 años.
Wilson dijo, empero, que los cambios en la economía norteamericana ocasionaron un cambio de las industrias de bienes de consumo a industrias de servicios. Como consecuencia, se crearon más empleos, pero estos fueron no especializados y de baja remuneración, dijo.
Indicó que la gente se quedó con tres opciones: la asistencia pública, los empleos de baja remuneración o los empleos de tiempo parcial que no proveen beneficios. Es una situación sin salida, agregó.
El trabajo a tiempo parcial, aun en un empleo que paga el salario mínimo de 65 dólares la hora, puede elevar el ingreso anual lo suficiente como para no recibir asistencia pública alguna. la asistencia pública, aunque con algunos desajustes, proporciona por lo menos el control médico básico, alimentos y refugios de emergencia.
Un informe del Instituto de Investigaciones de los Beneficios del Empleado demostró que casi el 18 por ciento de la población civil menor de 65 años informó que no tiene seguro de salud alguno.
Mayormente la gente pobre trabajaría si no fuera aconsejada de no hacerlo debido al temor de perder los beneficios por edad, deficiente salud, incapacidad o carencia de cuidado infantil, según un estudio de la coalición de necesidades humanas. Creo que la mayoría de la gente piensa que los pobres son tales porque son ociosos. dijo Susan Reen, directora ejecutiva de la coalición. La creencia popular de que los pobres no desean trabajar es errónea.
En el desvencijado Hotel Martinique, uno de los 47 lugares usados por el municipio de la ciudad de Nueva York como refugios temporales, Wanda Perry, sentada en el comedor con uno de sus cuatro niños, dijo que trabajaría si pudiese hallar un servicio a su alcance para el cuidado de niños.
Ella lamenta también la ausencia de viviendas que pueda pagar. Algunos no son tan afortunados como Perry y terminan en las calles. El número de gente que vive en las calles en Estados Unidos oscila, según unos cálculos u otros, entre 300. 000 y millones de habitantes.
Nel bohemio sector de Greenwich Village, un joven vive en la acera y vende libros baratos justo en la esquina, en dirección de los clubes de jazz, cafés y boutiques.
En el lado este del bajo Manhattan, donde una iglesia hispana se halla en la misma cuadra de una bodega china y una panadería judía, la gente pobre de toda raza y edad aguarda ser atendida en una clínica atestada de personas.
En el Parque Central, ciclistas que viajan en bicicletas de centenares de dólares pasan cerca de un joven enfermo de 20 años de edad, adicto a la cocaína, y de otros centenares que han hecho del lugar su punto de residencia.
El Gobierno Federal gasta miles de millones de dólares al año en alimentos de emergencia, refugios y programas de salud.
Pero el alto número de gente que vive en las calles, hambrientos y desempleados, siguen constituyendo un serio problema que directa o indirectamente ateñe a cada habitante de Estados Unidos.
Algunos culpan a los pobres, afirmando que se han vuelto ociosos y que viven de la caridad pública. Otros atribuyen al sistema social por la pérdida de programas de trabajos bien remunerados, de educación y entrenamiento, carencia de viviendas y planes gubernamentales subfinanciados.
Pero hay algo cierto: la pobreza es un serio problema en una de las naciones más prosperas y más poderosas del mundo. Se ha llegado a proporciones catastróficas. dijo el profesor William Julius Wilson, de la Universidad de Chicago, que ha realizado varios estudios sobre la pobreza en los Estados Unidos. Se solía afirmar que uno podía mejorar Por: Laura Castañeda La pobreza se incrementa en los Estados Unidos su estado. Ese es el sueño norteamericano.
Pero ya no es cierto. dijo Tracy Huling de la Federación de Agencias Protestantes de Beneficencia, indicando que la nación se desenvuelve dentro de un sistema de clases. Es Calcuta la que ha venido a los Estados Unidos. dijo Diane Sonde, director del proyecto Reach Out, que trabaja con enfermos mentales desamparados.
Según la oficina de censos, el 13, por ciento de los casi 246 millones de habitantes de la nación más de 32 millones de hombres, mujeres y niños se hallaba en 1987 por debajo de la línea de pobreza establecida por el gobierno. Ese número de personas es mayor que la población total de Argentina.
La pobreza es definida por el Gobierno según el nivel de ingreso necesario para las necesidades básicas de la vida. Para una persona que vive sola, se requerirían 778 dólares al año.
Comparativamente, el ingreso medio para los empleados a tiempo completo en Estados Unidos es casi cuaro veces más, 26. 896 dólares por año.
El Gobierno Federal y los Estatales disponen de muchos programas para ayudar a esta gente. El Gobierno Federal gasto 10. 500 millones de dólares este año para el subsidio de viviendas, 20. 300 millones para Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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