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LA REPUBLICA. Domingo 27 de noviembre de 1988 19 EOPNON El fracaso de una revolución pruna por Respirar bien Necesitamos ser más conscientes de todo.
Especialmente de nosotros mismos: de lo que somos y de lo que ESPUES de un recorrido por las provincias del norte de Nicaragua, en marzo pasado, un grupo de corresponsales del periódico bogotano «El Siglo»
informó que había ha todas partes.
El ineficiente sistema de distribución del Gobierno y el próspero mercado negro, cuyos precios no pueden pagar la mayoría de los nicaragüenses, son los causantes de la escasez de comida que ahora ha llegado, incontestablemente, a proporciones de crisis.
Por otra parte, los sandinistas y su regular y grande establecimiento militar informaron que no necesitan nada. Este desbalance obvio en un Estado que se supone igualitario ha profundizado el resentimiento popular y ha echado una sombra que se esparce sobre las expectativas de recuperación económica.
Los nicaragüenses han estado enfrentados al hambre y al espectro de la hambruna por más de dos años. El último día que me sentí revolucionaria declaró hace poco una ex militante sandinista, entrevistada por la Radio Televisión Francesa fue el primer día que tuve que pedir alimentos prestados a mis vecinos, que, además, nada tenían para darme.
En julio de 1986, en un análisis respecto de la reciente crisis de comida, el novelista norteamericano Edward Sheeman escribió: La principal razón del hambre en Nicaragua es la disminuida producción, un círculo vicioso empeorado por la mala administración sandinista, la obsesión por controlar cada sector del mercado, y por la resistencia de los campesinos a un sistema marxista que ha fracasado.
Dos años más tarde, la no aliviada crisis de comida está precipitando demostraciones públicas. principios de febrero, se calcula que unos cinco mil trabajadores marcharon por las calles de Managua para protestar por la falta de comida y por la incapacidad del Gobierno para mejorar el proceso de distribución.
Muchos llevaban carteles denunciando a los sandinistas por Hambre, Miseria, Desempleo y Depresión.
La distribución de comida y de otros articulos basicos en Nicaragua está controlada por el Ministerio de Comercio Interior (MICOIN. encabezado por Ramón Cabrales, un comandante sandinista y antiguo guerrillero sin experiencia ni entrenamiento en la economía. Cabrales. dijo el diario opositor La Prensa en un comentario editorial. no le importa si el pueblo tiene hambre; lo único que le interesa es cumplir con el propósito básico del Gobierno sandinista, que consiste en el control total de la población a través del férreo control de sus necesidades.
La mala administración y la influencia del MICOIN fueron las causantes de la pérdida de más de 27 toneladas de carne de primera clase, en julio de 1986. La carne había sido almacenada descuidadamente en una bodega sin refrigeración. Durante el mismo mes, 200 mil pollos murieron por mala alimentación el en sistema de distribución del MICOIN.
El año pasado, hubo una aglomeración de papas importadas de Alemania oriental, las cuales nadie quiso comer, porque se decía que habían sido contaminadas con la precipitación radiactiva en el accidente de Chernobyl.
En este año, alimentos tales como el arroz, los frijoles, el aceite de cocina desaparecieron del mercado. Una superproducción extraordinaria de huevos no pudo ser vendida porque los precios fijados por el Gobierno eran demasiado elevados para la mayoría de los compradores.
Agravando estos problemas, y seguramente como consecuencia de ellos, en Nicaragua ha conseguido desarrollarse un robusto mercado negro, llamado cortésmente por los sandinistas como sistema de economía paralela.
Así, es común encontrar en las calles de la capital a personas que ofrecen todo tipo de alimentos a precios sensiblemente superiores a los establecidos oficialmente. En un nivel un tanto más alto, también se comercializan en este marco zapatos, artículos eléctricos y últiles escolares.
Con todo, los grandes beneficiarios del mercado negro son los propios funcionarios del Gobierno, que pasan largas horas en los despachos de racionamiento con el fin de comprar artículos (tales como jabón, champú, pañales, ropa) a precios rígidos, los cuales luego venden clandestinamente, ganando 10 20 veces más de lo que invirtieron en la operación Aunque las tarjetas de racionamiento se supone que les dan derecho a todos los nicaragüenses a los artículos esenciales a los precios fijados por el Gobierno, muchos de esos productos solamente están disponibles en el mercado negro. El aceite de cocina, por ejemplo, se vende a un precio controlado de 12 córdobas el litro, pero es rara la ocasión que se encuentre en plaza.
Sin embargo, en el mercado negro hay sobreabundancia de aceite; claro que se comercializa a más de 100 córdobas el litro.
Durante mucho tiempo se admitió que el marxismo comportaba una severa contestación a las libertades políticas y civiles, pero que, no obstante, por contraparte, aseguraba a la sociedad la satisfacción de sus necesidades materiales básicas.
Lo que está aconteciendo en Nicaragua demuestra que esto no es así. Por el contrario, indica que la planificación centralizada de la economía, el control absoluto de los medios de producción y la militarización de las interacciones sociales, generan hambre, desesperación e incertudumbre en la población.
Nicaragua ha recibido, y recibe, una importante ayuda internacional. Varios paíse occidentales contribuyen regularmente con fuertes sumas de dinero y préstamos, en condiciones por demás ventajosas. Los países socialistas, asimismo, aportan permanentemente ayuda financierta, material y tecnológica.
La situación del pueblo, empero, se torna cada vez más crítica, ya que no sólo carece de las elementales libertades y de los derechos civiles básicos, sino que tampoco tiene el alivio de la seguridad alimentaria.
Los planificadores marxistas se han demostrado incapaces en Nicaragua La dictadura sandinista, al igual que el descongelamiento filodemocrático de Gorbachov, deja constancia de que el modelo marxista está agotado y agostado. no cumple, siquiera, con los mínimos requirimientos de eficacia social.
hacemos.
NecesitaJuan Luis Mendoza mos superar tensiones y entrar en el mundo de la serenidad, dominio propio, alegría de vivir, capacidad para enfrentar situaciones difíciles, etc.
Y, bien, para el logro de todo esto que no se nos da gratuitamente hemos de ejercitarnos empleando ciertos modos de hacerlo que están transformando poco a poco la existencia de muchas personas.
Son esos ejercicios que he ido proponiendo en esta serie de escritos: el silencio revelador, la percepción de las sensaciones corporales, el contemplar un determinado punto de algún objeto próximo con los ojos entornados, sentarse con la espalda erguida, darse cuenta de los pensamientos e imágenes que pasan por nuestra cabeza y dejarlos que pasen. Se trata, pues, de ejercicios que los hace cada cual a su tiempo, que no cuestan dinero y que son normalmente eficaces para lograr los bienes a los que me refería al principio.
Hoy le propongo uno nuevo: el de la respiración. Primero conviene ejercitarse en el ya conocido de tomar conciencia de las sensaciones que se experimentan en las distintas partes del cuerpo. Esto durante unos cinco o más minutos.
Después se centra la atención exclusivamente en las sensaciones de la respiración: darse cuenta de cuando entra y cuando sale el aire por las fosas nasales, la aspiración y la espiración. Entiéndase: sólo hay que fijarse en las fosas nasales y no en otra cosa, por ejemplo, los pulmones. Atienda, pues, a lo que siente en las fosas nasales, y sólo en ellas, al entrar y salir el aire.
En el ejercicio se busca que usted sea cada vez más consciente y adquiera calma y relajación. Aunque no es cuestión de que se lo proponga expresamente. No es necesario ni conveniente. Basta que haga el ejercicio y, sin más, le sobrevendrán esos efectos.
Algo importante, para éste y para los demás ejercicios: si se distrae que será lo más natural no se preocupe; vuelva una y otra vez al ejercicio tratando de hacerlo de la mejor manera posible, pero con mucha tranquilidad.
Cabe el perfeccionar el ejercicio. Cabe esto: que se afine la atención en el sentido de experimentar cosas sutilísimas de la respiración, como el roce del aire con los tabiques de las fosas nasales, el calor, el frío, la cantidad de aire, cuánto al aspirar y cuánto al espirar.
y Dedique el mayor tiempo posible al ejercicio y afine cuanto pueda la atención a los detalles mínimos. Ya verá cómo el ejercitarse le proporciona gran calma y una sensación de profundidad y plenitud muy agradables.
Un maestro oriental decía a sus discípulos: Tu respiración es tu mejor amigo. Recurre a él siempre que tengas problemas, y encontrarás consuelo y guía.
Por su parte Tony de Mello, refiriéndose al ejercicio inmediatamente descrito, afirma. No me cansaría de ponderar el valor de este ejercicio para personas que desean alcanzar paz y control de sí mismas y profundo gozo interior en medio de las dificultades que la vida les presenta.
Claro, hay que practicarlo con la debida constancia y durante un buen tiempo. En caso contrario no se consigue nada. a muchos les resultertificeret ser constantes Los cineastas Bitesti Daniel Marranghello (SCS)
veces los términos cinematográficos no resultan muy claros; o se prestan a confusiones o algunos, deliberadamente, los utilizan en forma equivocada.
Uno de esos términos es el de cineasta; dicho término surgió en Francia y fue acuñado por el crítico y cinematográfico francés Louis Delluc en 1921, para sustituir al término director de escena, al que se consideraba muy teatral, y con el cual se designaba a la persona que dirigía películas.
creador cinematográfico, al director de cine que controla la realización Según relata el historiador de una película. Otros aplican el térJean Mitry, el teórico Canudo había mino de cineasta a los comentarispropuesto el término de ecraniste tas de cine, lo que es también equi( pantallista. para designar al di vocado. El comentarista de cine no rector de una película, pero al final e crea películas, por lo tanto, no es se término fue abandonado. Véase un cineasta.
entrevista con Jean Mitry en Bulle El público aficionado al cine, tin de associadtion francaise de re las personas interesadas en el cicherche sur histoire du cinéma. Nº ne, son designadas con otro térmi3, no: cinéfilo, es decir amigos del ciAlgunos, equivocadamente, de ne, aficionados al cine. Pero es signan como cineasta a todo el que equivocado hablar de público cinetenga que ver con la realización de asta, ya que el público no crea las una película e incluso al público que peliculas, sino que disfruta de las asiste al cine. Pero en realidad el películas; no es el autor de la obra término cineasta debe aplicarse al fílmica, es el receptor.
CIRCULATIO PRESTAMO Las opiniones contenidas, en los artículos publicados en esta página, son las personales de quienes las firman y no coinciden, necesariamente, con las del periódico.
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