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La República Jueves 19 de Agosto de 1993 Gentes y Paisajes 15 El grano que cambió la historia En la Cruz empieza el turismo Al entrar por la frontera norte, el turista ya encuentra una serie de lugares maravillosos que le invitan a la recreación y a la contemplación de paisajes inolvidables.
Enrique Tovar ODA COSTA RICA ES UN PARAISO para el turismo. Ello se confirma con solo pasar la frontera norte, viniendo de Nicaragua El cantón de La Cruz ofrece una serie de parajes realmente únicos: montañoso de Santa Cecilia con su volcán Orosí como atalaya cubierto de bosque, la zona de Cuajiniquil con sus pesoadores y múltiples entradas de mar, y la Península de Santa Elena, especialmente el parque Nacional Santa Rosa, que forma parte del Area de Conservación Guanacaste.
Si quiere mar, islas, montañas, sitios cálidos o frescos, bosque virgen, parques, travesías por entre bahías, refugios silvestres, naturaleza exuberante y extensos llanos que hacen perder la mirada a lo lejos, contra el azul de los cerros o el azul del océano, el turista tiene todo un amplio menu a su disposición Para bañarse sin ropa No es cuento. Es una realidad que puede hacer cualquier visitante. Las playas en el sector de La Cruz son tan solitarias que se puede bañar desnudo sin problemas. No hay nadie a la redonda.
Bahía Salinas es un balneario natural al que prácticamente no llegan turistas. Eso todavía lo hace más atracEmpecemos un recorrido. Primeramente está Bahía Sa tivo. Foto Enrique Tovar. linas con su Puerto Soley, a unos 12 kilómetros de arena blanca en la mayor de las soledumbres. Quizás allá lejos, en un incesante bamboloteo, una panga con pescadores. Aquello es una piscina natural gigantesca, donde abunda rica pesca y donde el cielo azul se confunde con el azul del océano.
Más hacia el oeste del visitante encontrará una serie de solitarias playas, como el Coco, La Coyotera y Copal. todavía más hacia el poniente, están playa del Jobo y playa Rajada, verdaderos paraísos escondidos en donde se podría decir, no ha llegado la huella del turismo.
En el camino, el foráneo solo encuentra el trato amistoso de los moradores, la buena atención de pescadores y campesinos. veces detendrá el auto para permitir el paso de un hato de ganado arreado por un sabanero de piel curtida por el sol. Entre jobos, guácimos, pochotes y árboles de tamarindo se realiza la travesía.
La belleza del Orosí Ahora el turista le da la espalda al mar. Atrás quedaron Soley y sus playas, y el bello Mirador de La Cruz, desde donde es posible divisar un paisaje único en todo el territorio nacional.
De frente tiene el extremo norte del macizo de la Cordillera de Guanacaste. Imponente, con su espumosa corona de nubes en su cima pero cubierto de bosque, se divisa el volcán Orosí. La región dimana su magia de un solo soplo y por sus llanos corren las leyendas del Toro Chingo y la Lluvia de sardinas y barbudos en medio de los potreros.
Al pie del coloso, o muy cerca, funciona el Lodge Los Inocentes, que tiene todo el auténtico sabor de una hacienda guanacasteca.
También en la zona el turista puede pasar días de entera fascinación en el Parque Nacional Santa Rosa y en todo el sector de Cuajiniquil. En La Cruz de Guanacaste realmente comienza el turismo en Costa Rica, pues su territorio es mucho más que una muestra de playas y montañas: es la Playa Copal es un rincón que está esperando a quienes deseen hacer una fiesta privada, con el mar y el pólvora tropical en todo el esplendor de su rica vegetación cielo de testigos, únicamente. Foto Enrique Tovar. e inolvidables paisajes.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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