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26A LA REPUBLICA. Domingo 31 de Octubre de 1993 Derecho de respuesta Luchar contra la violencia ELIZABETH ODIO Ministra de Justicia reocupado como un buen padre de familia, don Adolfo Chacón publicó en días samos y corregimos.
recientes un artículo acerca de lo que él llamó desatinos de la censura de espec Nuestra política fue diseñada muy claramente hacia la defensa de los y las táculos. Desearía aprovechar esta ocasión que me brinda mi buen amigo Cha menores con base en la Convención Internacional que sobre sus derechos sus cón para informar, una vez más, acerca de lo que realmente hemos hecho las cribió nuestro país en 1990. No creemos en ningún tipo de censura a la liber.
autoridades del ramo para combatir efectivamente la comunicación de la vio tad de los adultos dentro del marco constitucional según el cual las acciones lencia y la agresión en sus diferentes niveles. como él atinadamente pregunta privadas que no dañen la moral o el orden público, o que no perjudiquen a ter Comienzo por decirle que la labor que hemos desarrollado en esta delicada cero, están fuera de la acción de la ley. Artículo 28. Aún así, la ausencia de materia en los últimos tres años y medio, ha carecido de una ley que es impres una ley como la que llevamos años gestionando nos impide prohibir cierto macindible: la ley de calificación de espectáculos públicos cuya aprobación espera terial nocivo para los menores.
pacientemente la decisión de los señores diputados desde hace ya varios y lar Como don Adolfo me conoce bien desde hace muchos años, pienso que ha ol.
gos años, pese a las múltiples gestiones hechas. Esto significa que las decisiones vidado que nunca he sido partidaria de ningún método represivo policial. Muque se toman en materia de calificación de los espectáculos, no obligan juridi cho menos lo soy de practicar un despliegue policíaco moralista para impedir camente a los empresarios. Ello no obstante, la ausencia de un marco legal no que niños vean películas como Parque Jurásico. Permítame aclararle que ni ha impedido el diseño de una política clara de calificación del material de cine en ese caso ni en ningún otro, la Comisión de Calificación de Espectáculos Púy televisión. Hemos también desarrollado campañas de capacitación para maes blicos (antes Oficina de Censura. recurre a la Fuerza Pública que, en mi opitros y profesores de escuelas y colegios a fin de que enseñen a sus alumnos a no nión muy personal, está para otros menesteres. Cuando usted encuentre poliser pasivos receptores de imágenes, sino críticos frente a los mensajes de violen cías a la entrada de un cine, tenga la total certeza de que los llamó el empresacia que reciben. Con el apoyo de algunos medios de televisión hemos diseñado rio dueño de las instalaciones por razones de su incumbencia y tenga también una campaña dirigida a los padres de familia y su responsabilidad en los pro la absoluta seguridad que en eso nada tuvo que ver la Comisión.
gramas que ven los niños y adolescentes. Hemos visitado comunidades. Hemos Le ruego creerme cuando le digo que el tema de la violencia y su difusión y ido a programas de televisión. Hemos conversado con la prensa escrita. En una magnificación por los medios de comunicación colectiva ha sido una de mis mapalabra, desde hace tres años y seis meses que yo no paro de denunciar en cuan yores preocupaciones en el ejercicio de este cargo. No soy amiga de declaracioto foro asisto la temática de la violencia en todas sus formas y el papel que en su nes efectistas. don Adolfo. Más bien soy partidaria de acciones efectivas. Por transmisión y reproducción juegan hoy día los medios de comunicación colec eso he pedido insistentemente ayuda a los distintos sectores sociales y políticos tiva, en particular, la televisión y el cine.
involucrados en el tema. De algunos, como ciertos empresarios de cine y televiEn esta tarea he contado con el apoyo y la asesoría invaluables de muy dis sión, hemos recibido respuestas muy positivas. De otros sectores, un deplorable tinguidos profesionales de la psicología, el derecho, la educación, la comunica desinterés. de otros, una alarmante ignorancia.
ción social y el cine. Gracias a ellos hemos integrado una Comisión y un Conse En el Ministerio de Justicia estamos a la orden para ofrecer siempre cualjo Nacionales de Calificación de Espectáculos Públicos que han redactado y apro quier explicación que se nos pida. También estamos siempre ansiosos de incorbado los documentos con base en los cuales los empresarios de cine y televisión porar a nuestra lucha contra la violencia a quienes nos ofrezcan su generoso y toman sus decisiones y nosotros, las autoridades, en ciertas ocasiones las revi desinteresado apoyo. Como yo estoy segura de que don Adolfo lo hará.
UPANACIONAL: la desnudez del equívoco LUIS PAULINO VARGAS SOLIS rimero, pongamos las cosas en claro. Confieso mi ig bajador bananero. Inclusive, lo somos muchos de los norancia: no sabía que UPANACIONAL fuese vícti intelectuales, sobre todo, si aspiramos a serlo de forma de tan ignominiosos estigmas: comunistas para ma verdaderamente honesta. Recibir sueldo es, a esla derecha; pequeña burguesía para los comunistas, tos efectos, secundario. El asunto lo es de organizaetc. yo, como es perfectamente obvio, no les encaje ción social y, respectivamente, de estructuras de poninguno de esos calificativos. Tan solo retomé algu der.
nas ideas expresadas públicamente, y saqué conclu Tercero, y con todo respeto, ustedes, no obstansiones acerca de que podrían significar, más allá te ser actores subalternos dentro de este orden sode las puras apariencias.
cial, insisten en mostrarse profundamente imbuiNo hay en esto ningún desprecio. excepto que, dos de una ideologia que no corresponde a esa popor pura paranoia, prefiera calificarse de tal todo in sición. Una afirmación tan audaz como la de que tento por desnudar buena la hicimos con la pala los ticos urbanos no conocen Costa Rica. esa cerbrita los contenidos subyacentes de alguna toma de teza sin resquebrajaduras de que los PAE y la liposición beralización constituyen una tendencia irresisti.
Segundo, una respetuosa aclaración. Lo de subal. ble. mejor que la sustitución de importaciones.
ternos, don Guido, no tiene nada que ver con recibir. y quién mencionó esta última. La oposición masueldo. Supongo que usted estará de acuerdo conmi niquea que se insinúa entre intelectual y campesigo en que recibir un sueldo cuando es ganado ho no, o la ingenuidad de complacerse con gritarle al nestamente no tiene nada de denigrante, y, al con árbitro las violaciones a las reglas. Por abundar trario, es tan digno y socialmente deseable como ser un poquito, en uno solo de estos aspectos: el libre pequeño o mediano propietario del agro. Subalterno comercio de que UPANACIONAL es partidariaaquí, resume una idea mucho más compleja. En un supone trato igual para todos en los mercados inorden social como el de Costa Rica, subalternos lo son ternacionales. Muy bonito, hasta que se tenga la los campesinos, como el pequeño comerciante o arte mínima conciencia de que estos todos constitusano. Un tanto similar al obrero fabril urbano o el tra yen una realidad muy heterogénea. En verdad, muchas realidades profundamente distintas entre sí.
Resulta entonces la igualdad de los desiguales; la fórmula precisa para el aplastamiento de los débiles. Se entiende entonces que las transnacionales hablen de libre comercio ¿Pero que lo hagan nuestros pequeños agricultores. Por cierto, don Guido, soy de origen netamente campesino, y de ello me siento orgullosísimo. De mis padres campesinos aprendí lo que es la genuina humildad y limpieza de corazón; y con ellos, que no concluyeron la primaria, empecé a entender bellisima paradoja que el cultivo de la inteligencia puede ser tan valioso como el cultivo de la tierra. Por ello creo que los puentes que unan la Costa Rica urbana con la rural, los que hermanen al intelectual con el campesino, pueden ser muy amplios. Tan anchurosos como puede serlo la solidaridad entre quienes aspiramos a una sociedad basada en la justicia.
La casa que se quema en estos momentos es, precisamente, esa casa de la solidaridad y la justicia. No lloró por ello, por más que usted falazmente citándome fuera de contexto quiera creerlo así. En cambio, porque tengo fe en el ser humano, me resisto a aceptar que sea una tendencia irresistible. e intento contribuir a frenar el incendio.
Requisitos actuales del profesional Agradezco a Don Carlos su comentario del miércoles 27 de octubre en La República, sobre mi columna titulada Requisitos actuales del profesional de sábado de octubre. Se lo agradezco por tomarse la molestia de leer mi escrito, y porque así me permite referirme nuevamente a cosas muy importantes, que tuve que sintetizar en las aproximadamente 350 palabras de la columna Saber vivir.
Lamento que mi columna le haya producido indignación; pero lo comprendo, porque casi llegué a sentir lo mismo al leer la suya. Yera de esperar, puesto que incluía planteamientos míos citados fuera de contexto, y me atribuia formas de pensar bastante alejadas de mi manera de ser, que pueden inducir a opiniones equivocadas entre quienes no leyeron esa columna mia.
En efecto, don Carlos se limita a resumir cuatro requisitos del profesional que allí se analizaban y, sin citar las razones de cada uno, los hace aparecer como si yo creyera que esos son los únicos importantes. Luego, a partir de esa definición, presenta jucios de valor como. análisis (más) superficial (que había visto) sobre el profesionalismo. qué) concepto (más) pobre de lo que significa ser profesional. o.(una) muestra de la mentalidad tecnicista.
Después expone los que para él sí son requisitos indispensables para ser buen profesional: conocer fondo el propio campo de trabajo, inspirar confianza en los clientes, ser honesto, reconocer las propias limitaciones, preocuparse más por el bienestar de los clientes que por las propias ganancias, tener un gran sentido del deber y de la propia ética, saber manejar su propio temperamento y, ante todo, amar su profesión.
Si don Carlos hubiera leído y citado más cuidadoALBAM BRENES CHACON samente mi texto, se habría percatado de que, en general, no tenemos dos opiniones distintas (usando el título de su artículo) en nuestra forma de pensar sobre el tema.
De ser así se hubiera referido a la parte donde de cía: Lógicamente comenzamos por incluir los (requisitos) que tienen vigencia en todas las épocas: seriedad en lo que hace, humildad en lugar de prepotencia, buena cultura general para poder comprender suficientes temas de actualidad, etc. No son estas condiciones muy parecidas a las que él cita, aunque más resumidas?
Tal vez me equivoqué al asumir que se entende ria que el propósito fundamental de mi artículo no era comentar las características convencionales de los buenos profesionales, ya que sobre eso se ha dicho y escrito mucho.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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