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4C VENTANA. Domingo 31 de Octubre de 1993 Lugares UN LUGAR SIN FRONTERAS n viernes, a principios de enero, Denni Ramírez, Pedro Murillo, Eva González, Luis Ugarte y esta servidora salimos con rumbo al puesto fronterizo de Paso Canoas, para iniciar los trámites migratorios que, curiosamente, nos llevarían a un lugar sin fronteras.
La travesía hasta Punta Burica fue nuestra propuesta al Club de Montañismo de la Universidad de Costa Rica, y al ritmo de una movida música típica panameña salimos hacia Puerto Armuelles, como lo llaman los lugareños.
El chofer, al darse cuenta de que no conocíamos el lugar, nos enseñó Progreso, el ferrocarril de Chiriquí, las plantaciones de Plátano y las tierras de palma africana de la Chiriquí Land, el estadio de fútbol de Río Mar.
Ese sábado Panamá celebraba, con sus banderas a media asta, un aniversario más de Día de los Mártires, para recordar a los estudiantes caídos en la lucha por el Canal.
VIRGINIA NOVIA Punta Burica, un lugar encantador, con ríos y acantilados, cocoteros y mar de colores, es un lugar sin fronteras para la imaginación.
CON LA MAREA BAJA Parte de los expedicionistas, en el mojón que marca el límite entre Costa Rica y Panamá.
y (Foto Pedro Murillo. Al fin divisamos la bahía de Charco Azul, y entrábamos a Puerto Armuelles, primario y está instalado un faro.
rricense.
donde la familia de Neco Serrano nos Alrededor de la isla, muchos de los jó Roberto Ramírez, un polifacético homayudó a conseguir transporte para el re venes alternan la agricultura con la pes bre que toda su vida a sido cazadory huacorrido hasta Puerto Limones, cerca de ca y el camaroneo, y se dedican a buscar quero en la zona, es el dueño de la finca.
Punta Burica.
cambutes, que se cotizan a dólar el kilo Yo todo eso lo he andado, es muy duro Eran las de la noche y un pick up en Armuelles. Los cambuteros asegu lo que les espera. aseguró cuando supo aprovechó la marea baja para llegar has ran que esos caracoles son ahora esca de nuestro proyecto de caminar hasta ta la Petroterminal de Panamá. partir de sos, por lo que les propusimos desarro Punta Banco.
allí, el camino era la rocosa y húmeda pla llar un proyecto para planificar la extrac partir de ese punto, la tabla de maya.
ción.
reas nos resultó indispensable, pues tenEn tanto, la luna llena iluminaba la ca Hacia la tarde llegamos al mojón en dríamos que jugar con el horario de la marrera del único transporte motorizado de clavado a unos 20 metros sobre el nivel rea baja para poder hacer las caminatas la zona, conducido por un jovial chiricano del mar, y que sirve como límite geográ a lo largo de la costa. Muchas veces marconocido como Toño, que daba tumbos fico entre Costa Rica y Panamá. En él es chábamos sobre rocas, o en las marispor las rocas, las marismas y los riachue tán grabadas las coordinadas y el escuy mas limosas, que dificultaban nuestros los: él es el correo, lleva los diarios, en do de ambos países.
pasos.
cargos y pasajeros en cada pueblo, a lo También subimos al cerro Punta Gor Otras veces teníamos que soportar largo del recorrido da, donde un pequeño hito marca el pa largas horas de ardiente sol, ya que la Así llegamos a Bella Vista, donde, en so de la líneafronteriza; desde allí se pue marea baja coincidía con el mediodía, y la casa de Demetrio González y doña Li de contemplar toda la llanura de Punta de vez en cuando nos encontrábamos la, un corredor con hamacas y un taban Burica, la isla y una parte de la costa del una casa donde pedir agua y comer alco para secar granos sirvieron para ins lado de Costa Rica.
gún emparedado o algo que nos regalatalar a los cansados viajeros.
ban los moradores del lugar: colas de lanEl domingo 10 de enero, una sinfonía de pollitos, gallinas y chanchos hizo las gosta, cambutes y pescado, pipas o un ADIOS, PANAMEÑOS veces de despertador. Habíamos placafecito para acompañar nuestras escuálidas viandas.
neado conocer toda la zona de Punta Bu Llegó el lunes, y nos despedimos de rica, acompañados de don Demetrio y nuestros hospitalarios amigos panameLlegamos a la finca de Gómez, en sus perros, especialmente hasta la isla ños, para seguir apie la ruta, pasando por talamos en un rancho a la orilla de la plaQuebrada Vanegas, donde pudimos insBurica, donde aún se conserva el bosque la Hacienda Las Huacas, del lado costa ya. Con su familia compartimos las ameEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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