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18B LA REPUBLICA. Domingo de Marzo de 1994 30 LCO Editorial PRESIDENTE EJECUTIVO: Alvaro Chaves DIRECTOR INSTITUCIONAL: José Manuel Gutiérrez GERENTE GENERAL: Martin Robles Robles.
DIRECTOR EDITORIAL: Eduardo Amador SUBDIRECTORES: INFORMACION: Jesús Mora Elbert Duran Hidalgo DISENO: Eduardo Sánchez Sánchez FUNDADA EN 1950 PUBLICADA POR EDITORIAL LA RAZON, Reformar el sistema interamericano CON EL LECTOR EDUARDO AMADOR La larga lista El presidente electo José María Figueres, tiene en zozobra a cientos de personas que aspiran a ocupar algún puesto en la administración pública a partir del próximo de mayo. Los que quieren ser ministros, viceministros, oficiales mayores, embajadores, en fin, empleados de confianza del futuro gobierno, hacen fila con tal de presentar sus atestados para que se les tome en cuenta.
La situación es divertida. Según se me informó, hasta el guarda de la casa de don José María, tiene una amplia lista de gente que no ha podido ser atendida por el mandatario electo y que ha dejado su constancia de que quieren cooperar con el futuro gobierno.
El asunto de los nombramientos es complejo. Se sabe que don José María le dio poder a su esposa, doña Josette, para que ella los hiciera en varias instituciones, especialmente vinculadas con la cultura, la mujer, la infancia y la niñez.
Al parecer, algunos de los señalamientos hechos por la futura primera dama, no han caído bien en el círculo de colaborado res más cercanos al próximo gobernante, lo que ha provocado algunos conflictos internos, los cuales tarde o temprano y con la confianza de compartir almohadas, tendrán que resolverse.
Por otro lado, Fernando Naranjo, quien será el futuro Ministro de Relaciones Exteriores, tiene en su computadora personal, una amplísima lista de personas, que de alguna manera quieren servir al país en exterior. Incluso, se sabe que algunos embajadores que sirven a la actual administración han llamado a don Fernando, pues no quieren regresar al terruño.
Como se observa, la demanda es muy elástica, aunque la oferta es inelástica.
Cuando el nuevo Secretario General de la Organización de Estados Americanos asuma su alto cargo el próximo mes de mayo, tendrá sobre el tapete un cúmulo casi interminable de tareas pendientes. La más importante de ellas, sin embargo, sigue siendo a nuestro juicio la de reformar, actualizándolo, el Sistema Interamericano.
En efecto, el complejo conjunto de instituciones, normas y procedimientos que lo conforman reclaman, desde hace mucho, un remozamiento a fondo. No solo de sus estructuras administrativas y burocráticas, demasiado anquilosadas y disfuncionales para responder a los tiempos actuales, sino también y fundamentalmente de los principios doctrinales y los mecanismos operativos que le dan a la OEA su razón de ser. Estos últimos, muy venidos a menos, debido al nuevo contexto internacional, y la articulación de inéditas asociaciones comerciales y políticas como el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica o el Grupo de Río.
Nadie duda del valor estratégico de la OEA. Pocos pueden cuestionar el papel fundamental que ha jugado como interlocutora hemisférica. Incluso si se admite el cautiverio espiritual que la Organización ha experimentado con la potencia regional, y su abierta incapacidad para contrastarla en aquellos casos en que decidió aplicar, unilateral o multilateralmente, su voluntad interventora; lo cierto es que la OEA ha sido, desde su creación, el más importante foro de América.
Los notables progresos en el desarrollo del Derecho Interamericano, los extraordinarios aportes con que en el ámbito de la protección a los Derechos Humanos nuestro Continente ha contribuido a la paz mundial, los innegables logros alcanzados en la cooperación para la agricultura o la protección de la niñez son ejemplos del positivo papel que la OEA puede jugar en el futuro. Ello, siempre y cuando los Estados Miembros que la conforman estén dispuestos a darle un nuevo rumbo.
Por esto, una de las tareas más delicadas del próximo Secretario General será la de buscar en la comunidad interamericana grandes consensos con respecto al papel que la OEA debe jugar en la América del próximo siglo. Será el suyo un liderazgo indispensable para garantizar que todos los países, grandes y pequeños por igual, contribuyan de manera decisiva a transformar la Organización, dotándola de los recursos materiales, jurídicos y políticos mínimos para asumir un rol más activo y determinante en la historia americana.
Enfrentar este reto no será fácil. Tras la Guerra de las Malvinas, con la aparición de nuevas democracias, y al término de la Guerra Fría, el surgimiento de entendimientos inéditos entre los principales socios hemisféricos le ha cercenado a la OEA muchas de sus antiguas atribuciones. Incapaz de soportar los embates de un sistema internacional en ebullición, la OEA empezó a deslizarse por un tortuoso camino de irrelevancia.
Ni siquiera su impresionante desempeño en la resolución de la crisis centroamericana, o su alto perfil en la formulación del Compromiso de Santiago por la Democracia en 1991, fueron suficientes para ponerle fin al desatino político en que la OEA se precipitó desde finales de la pasada década.
Como muchas otras instancias políticas de nuestro tiempo, la OEA adolece de una visión de futuro. Valga decir, se encuentra atrapada entre las glorias y fantasmas del pasado, y las vicisitudes de un presente vacío de contenidos.
La perenne crisis financiera; la ausencia de un proyecto político estable y realista; la estrechez jurídica que agobia la toma de decisiones y, en última instancia, inhibe la gestión eficaz de la política de la OEA; y, sobre todo, la falta de creatividad y liderazgo con que la Secretaría General ha conducido los asuntos hemisféricos puestos a su cargo, son los principales rasgos de la situación que aguarda al nuevo jerarca de la OEA. Sobre esto abundaremos en un próximo editorial.
ENFOQUE DEL REDACTOR LUIS ROJAS Un Estado eficiente APUNTES DE LALO EN CIERTAS ESCUELAS DEL PAIS پیرع ہنگامہ woru سعر José María Figueres tiene la papa en la mano para demostrar que el decir neoliberal, de que un Estado eficiente se procura solo eliminando funcionarios, es falso.
Hay males que aquejan a las instituciones del Estado y que de terioran su imagen. Sin embargo, pocos se ponen a pensar en los porqués. Si uno entra en alguna estancia gubernamental y tienen que esperar largo rato para ser atendido, mientras un grupo de funcionarios conversa al fondo, no es que está sobrando gente, sino que está mal distribuida.
Cuando un cliente se pelea con un funcionario pidiendo una buena atención, o atención al menos, no toma en cuenta que ese tipo tiene un jefe que seguramente está escondido en alguna parte, tratando de evadir responsabilidades y cualquier toma de decisión, pues su único fin es cobrar el jugoso salario el día viernes.
Siempre, en algún punto de una jerarquía, hay un responsable que podría mejorar las cosas y no lo hace.
Pero no todos son así. Me consta que ahí también hay gente capaz y muy valiosa, que podría modificar esta situación.
Por eso, ahora que estamos a las puertas de un cambio de gobierno, que bueno sería una buena escogencia en lugar de regalar puestos como pago político, o no mover a quienes han trabajado bien; declarando así, por fin, la guerra a la mediocridad estatal.
Hace años escuché al presidente Calderón hablar sobre la reforma del Estado, pero hasta el momento no he visto cambios. Lo primero, y más importante por hacer, es modificar la mentalidad del empleado público, que este entienda que los tiempos han cambiado y que llegó la hora de actuar, o marcharse para darle campo a los que si están dispuestos a enfrentar el reto. ES CIERTO QUE EN LA ESCUELA TENDREMOS COMPUTADORAS. CUÁNTO FALTA PARA LLEGAR LA ESCUELA, MAM. YA LLEGAMOS CHIQUITOS 613 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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