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Sábado de Mayo de 1994 LA REPUBLICA 21A Opinión Competitividad, productividad y un PAE III CHISPORROTEOS RONALD RAMIREZ ALBERTO CANAS Conforme escribía mis recuerdos que ustedes leyeron de la Asamblea Legislativa a que pertenecí a partir de 1962, iban desfilando por mi memoria todos los queridos compañeros de entonces.
Me había puesto un límite numérico y me detendría al llegar a una docena de nombres en cada párrafo. Pero no fui justo, entonces. Porque la verdad es que aquellos años de cordiales enfrentamientos, de peleadas negociaciones y de amistades perdurables, fueron suficientes a conformar en hombre maduro a uno que llegó allí acaso con un espíritu excesivamente juvenil.
En algunos foros de discusión se suele denunciar la dificultad que el sector privado tiene para producir competitivamente en Costa Rica, debido los altos costos de la mano de obra (CCSS, IMAS, INA, Banco Popular. impuestos de importación de bienes terminados y materias primas, alta intermediación financiera de los bancos estatales, altos seguros del INS, etc.
Debido a que estos costos constituyen en una buena parte el financiamiento de la infraestructura social que por muchas décadas nos ha garantizado simultáneamente un crecimiento económico con desarrollo integral y la estabilidad política y social. me parece que la reducción indiscriminada de estos costos no es la mejor solución para lograr la competitividad de nuestra producción.
Para poder mejorar nuestra competitividad y a la vez mantener csa misma estructura de costos, es necesario entonces incrementar la productividad nacional (privada y pública. es decir, producir más unidades con el mismo costo.
Por ser el diseño de esta política nacional de incremento de la productividad, la última etapa de nuestro Ajuste Estructural deberá convertirse en el principal tema del PAE III, y deberá aportar los recursos y la logística necesaria para implementarla, concibiendo de una vez el Organismo Nacional que la llevará a cabo.
Este, entre otras funciones, deberá proveer a la empresa privada la mejor información disponible en mercados, tecnologías, inversión; promover en ella el uso de tecnologias modernas y eficientes, la reconversión de activos productivos y el rediseño de la escala de planta; promover en ella la investigación científica y tecnológica intensiva, pero también realizarla él mismo, en especial, la investigación que valoriza los recursos naturales nacionales; promover la atracción de inversión extranjera; incentivar el ahorro y la inversión nacional; posibilitar la profundización por parte de la empresa, del conocimiento en todas sus facetas, en especial aquellos que tienen que ver con la administración de empresas, finanzas, mercadeo, ingeniería industrial y de sistemas, la biogenética, la ecología productiva, construyendo ventajas comparativas en el camino; promover el uso masivo de la informática y la computación como instrumento indispensable para el aumento de esa productividad y la valorización de nuestro rey curso humano a través de la educación y la salud.
Este nuevo organismo absorberá y desaparecerá muchas dependencias actuales del Estado que hacen intentos fallidos al respecto, sirviendo este acomodamiento institucional como la famosa reforma del Estado que siempre ha estado asociada con el PAE III.
El costo que tendrá para la sociedad esta nueva dependencia estatal, estará justificado con creces, con los incrementos que la productividad nacional experimente y con la reducción del aparato estatal en otras dependencias.
Este PAE III, al centrarse casi exclusivamente en la política nacional de incremento de la productividad, no hará énfasis especial en la profundización de los procesos de liberalización de los mercados de bienes y servicios, con el fin de hacer más eficiente la economía, ni en los procesos de reforma del Estado desde el punto de vista presupuestario, ni en la privatización de servicios estatales, ni en una mayor profundización de la apertura comercial; y si lo hace, será coadyuvando al objetivo de incrementar la productividad.
La continuidad de la estabilidad macroeconómica que es requisito sine qua non para lograr el incremento de la productividad, será un supuesto implícito en este PAE III.
Finalmente, recordemos que esquemas de simbiosis Estado empresa similares a este, hicieron posibles los milagros económicos orientales.
Deliberadamente no cité en mi primer artículo a los tres presidentes que tuvo aquella Asamblea: esos tres ciudadanos ejemplares que son todavía y ojalá lo sean por muchos años Carlos Espinach padre, Rodolfo Solano y Rafael París.
Voy completando la lista de los diputados de San José, ese roble de sabana que es Yoyo Quirós, el incansable trabajador y componedor Jorge Arturo Montero, el malogrado servidor literal de sus electores Rafael Solórzano, un rescate nunca quieto llamado Luis Castro Hernández, y aquel feroz pero leal opositor, Milton Gutiérrez, siempre dispuesto a reconocer los méritos personales de sus adversarios políticos. los alajuelenses que me faltan: el agudo Cornelio Orlich electo diputado contra los deseos de su hermano el candidato presidencial; José Valencano, ramonense leal y silencioso cuyo hijo, años después presidió la Asamblea, Sergio Quirós, ese veterano que entonces hacía, como yo, primeras armas, y dos acuciosos y cordiales como personas pero irreductibles como diputados de oposición; Alejandro Galva y Deseado Barboza.
Una oportunidad histórica HERNANDO PARIS En un comentario publicado en este espacio, el Lic. Fernando Berrocal Soto, como muy buen criterio, analiza el tema de la Justicia hacia el siglo XXI. Efectivamente, el tema de la reforma judicial y la modernización del sistema juridico es un imperativo que no solamente corresponde discutirlo a abogados y académicos, sino que, en cuanto a reforma integral que propicie el desarrollo del país, es un asunto que interesa a todos los ciudadanos.
Quizá, esto fue lo que motivó la participación activa de cientos de costarricenses, los que trabajaron durante varios meses en la elaboración de las ponencias presentadas en el Congreso Nacional sobre Administración de Justicia. celebrado en setiembre de 1993, con el auspicio del Programa Derecho para el Desarrollo (PDD. de la Corte Suprema de Justicia, y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD. En el Plenario de dicho Congreso, se acordó bautizar la actividad con el nombre de uno de los principales precursores de la modernización judicial: el Lic. Edgar Cervantes Villalta. presidente de la Corte Suprema de Justicia (Acuerdo No. El artículo del Lic. Berrocal demuestra que ya se está gestando un ambiente propicio para la reforma, y que, como mencioné en otro comentario, estamos a las puertas de una verdadera revolución jurídica.
Por primera vez en muchos años, encontramos consenso efectivo entre el sector justicia y sector privado, lo mismo que entre las autoridades políticas de Gobierno y los organismos internacionales, sobre la necesidad de brindarle mayor atención a lo jurídico y a la la justicia como factores indispensables para el desarrollo del país.
Un ejemplo de este consenso lo constituye la reciente creación de la Comisión Técnica Interinstitucional para la Modernización del Sector Justicia (CTI. al amparo de la Comisión Nacional para el Mejoramiento de la Administración de Justicia (CONAMAJ. La CTI tiene representantes técnicos del Poder Judicial, del Ministerio de Justicia, la Procuraduría, la Defensoría de los Habitantes, el Colegio de Abogados, la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, la Unión de Cámaras y la CONAMAJ. La función de la CTI es colaborar en la obtención del consenso necesario para la formulación técnica de los proyectos de modernización, que se realizarán al amparo de la cooperación técnica y financiera de diversos organismos internacionales.
Otro ejemplo de este consenso, que se está generando alrededor del tema de la justicia, es su inclusión en los programas de Gobierno de ambos partidos mayoritarios, durante el proceso electoral recientemente concluido.
En el programa del nuevo Gobierno, cabe destacar que se incluyó como tema prioritario el de la modernización judicial.
En uno de sus apartados, se indica expresamente: en el plano de la acción judicial, nuestro objetivo es el de apoyar los programas de modernización que está impulsando la Corte Suprema de Justicia, para lograr una justicia pronta y cumplida. Se apoyarán desde el Ejecutivo, los acuerdos de cooperación internacional para modernizar la administración de justicia, en particular aquellas actividades dirigidas a acelerar el funcionamiento de los tribunales y a descongestionarlos mediante mecanismos alternativos de resolución de disputas. Programa de Gobierno, página 38. Este contexto reafirma que estamos ante la oportunidad histórica de desarrollar un programa de reforma integral del ordenamiento jurídico, que responda efectivamente a las necesidades de los diversos sectores de la sociedad, y nos permita avanzar con paso firme hacia un mayor desarrollo humano.
Se me quedó en el tintero de los cartagos, Jesús Benavides, hombre modesto y poco estruendoso con un gran espíritu de servicio, pero a los heredianos les cité el otro día a todos.
La oposición guanacasteca la encabeza.
ba el veterano Alvaro Cubillo, recientemente fallecido, por el calderonismo y por el ulatismo otro que acaba de morir: don Saú Cárdenas. el contingente liberacionista lo completaban un médico en ese entonces muy joven, recién graduado y tímido, Danilo Flores, y un profesor un poco enigmático y silencioso pero con el que sabíamos que siempre se podía contar: Tino Ocampo.
Un abogado fogoso, alguna vez cliente del abogado que escribe esta columna, Rodrigo Arauz, era uno de los más bravos calderonistas de aquella Asamblea, y con el transcurso de los años se acercó a Liberación. Los otros puntarenenses eran un hombre bondadoso que fue el primero que falleció de todos nosotros: Octavio Ramírez, un diputado rural, en aquel tiempo legendario; Malaquias Jiménez, venido a Liberación también desde las filas opuestas y uno de los legisladores que con más seriedad tomaban su misión, Ciro Guerra, el de las cifras incontrastables.
Cuando falleció don Horacio Tasis ocupó su curul por pocas semanas, Florencia Castro Sánchez. Apenas tuvimos los demás una ligera oportunidad de conocerle.
Esa fue la Asamblea de 1962 considerada por algunos en reciente encuesta como la segunda en calidad del 48 a hoy. La mejor fue la que la siguió, la de 1966, que actuó durante el gobierno de Trejos. Qué le falta a la que estamos estrenando para equipararse a ellas? mi juicio na da, palabra de honor. Todo es cuestión que los 57 nos lo propongamos.
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