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Viernes de Junio de 1994. LA REPUBLICA 17A Opinión Justicia, consenso y compromiso HERNANDO PARIS El padre Calvo y el padre Núñez inFRANCISCO MORALES ra e.
a no exblí resu sisaces afica. Fue impresionante. Quizá no sea extraño ver reunidos en una actividad al presidente de la República, Ing. José Ma.
Figueres Olsen, al presidente de la Corte, Lic. Edgar Cervantes Villalta, al primer vicepresidente de República, Lic. Rodrigo Oreamuno, al ministro de Justicia, Lic. Enrique Castillo, a los magistrados que inte gran la Comisión de Modernización Judicial, a representantes del sector público, incluyendo a la Defensoría de los Habitantes y la Procuraduría General, junto a representantes del sector privado, contando con la Unión de Cámaras, la Asociación Bancaria Costarricense, la Cámara de Comercio, el Colegio de Abogados, la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, y organismos internacio ales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID. el ILANUD y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD. entre otros. Lo que resulta impresionante es el tema tratado en la encerrona que motivó su presencia, y el consenso logrado entre el sector público y el privado, entre organismos internacionales y el Gobierno, entre la socie dad civil y las autoridades.
El tema: la justicia; el consenso: los pasos necesarios para la reforma judicial y la modernización del sistema jurídico costarricense; la actividad: el Primer taller sobre Estrategias para la Modernización de la Administración de Justicia. realizado hace pocos días en San José.
Durante la sesión inaugural de dicho Taller, el Ing. José Ma. Figueres, reafirmó el compromiso de su Gobierno con la modernización del sistema jurídico. Al respecto afirmo. ante la magnitud y profundidad de los retos que encaramos, es indispensable una profunda transformación de las instituciones jurídicas, puesto que el desarrollo social y económico del país no será posible sin un sistema jurídico moderno y eficiente. En nuestro Plan de Gobierno señalamos que apoyaríamos los programas de modernización que impulsa la Corte Suprema de Justicia, para lograr una justicia pronta y cumplida. Mi presencia esta mañana con compañe ros del Ejecutivo, confirma ese compromiso.
Por su parte, el presidente de la Corte, Lic. Edgar Cervantes Villalta, enfatizó la necesidad de introducir reformas sustanciales en el sistema de administración de justicia costarricense, señalando que: Conocemos de las reiteradas quejas por el atraso en la resolución de los asuntos pendientes en los tribunales, la ausencia de tecnología que coadyuve en la labor de nuestros jueces, y la falta de la información jurisprudencial, doctrinaria y legislativa, debidamente sistematizada, que nuestros funcionarios requieren para resolver los casos con prontitud y seguridad.
El Poder Judicial requiere una an nación integral que le permita hacer frente a estos nuevos retos. En ello estamos trabajando. sin embargo, afirmó el Lic. Cervantes la solución a los problemas que aquejan a la administración de justicia, no es labor para unos pocos, sino más bien un compromiso de todos. Por ello, me complace compartir con ustedes en este acto de inauguración, donde se reúnen, quizá por prime ra vez para analizar estos temas, el sector público y el privado, el Gobierno Central y el Poder Judicial, delegados de los diversos circuitos judiciales del país, y representantes de las diferentes fracciones políticas de la Asamblea Legislativa. El Lic. Cervantes resumió en dos palabras los ingre dientes necesarios para que el proceso de reforma judicial tenga éxito: compromiso y consenso.
Ojalá que ese consenso y ese compromiso que quedaron patentes en la actividad de comentario sean constantes en todos los sectores involucrados, porque solo trabajando juntos podremos legarle a los costarricenses un sistema jurídico moderno y eficiente, que propicie el desarrollo del país y garantice el bienestar de los ciudadanos.
nas an mi del los que ro, COeode le asericerasda, deSiempre hemos encontrado un gran paralelismo en la vida de los sacerdotes Francisco Calvo y Benja.
mín Núñez.
Cartagos, los dos (probablemente aquí empiezan los peros. Polémicos, los dos. Calvo, de ilustre familia, cuya madre había inspirado al atormentado poeta Gordiano Paniagua allá por 1802 aquellos versos Dulcísima prenda mía dueña hermosa de mi amor y que cayeron en manos del marido y fueron escándalo en la vieja metrópoli.
Núñez, de Pacayas, de hogar campesino pobre, herrero el padre, costurera la madre.
Calvo crea, en 1874, la primera organización de obreros y artesanos y la pone bajo la protección del presidente de la República General Tomás Guardia.
Núñez, inspirado por el arzobispo Monseñor Sanabria, crea la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum en 1943.
Calvo es capellán del ejército nacional en la gue.
rra del 56 con don Juan Rafael Mora.
Núñez es capellán del ejército de Liberación en el 48 con don José Figueres. Calvo está entre los creadores y profesores de la Universidad de Santo Tomás en 1844. Núñez está entre los creadores y profesores de la Universidad Nacional en 1973.
Los doctores Juan de los Santos Madriz, Domingo Rivas y Benjamín Núñez han sido los únicos sacer dotes que han ocupado el alto cargo de rectores de universidades; Universidad de Santo Tomás y Universidad Nacional. Calvo es apasionado partidario, amigo y confidente de los presidentes Mora y Guar dia.
Núñez, lo es de Figueres, Orlich, Oduber, Monge, Arias y Figueres.
También hay diferencias. Calvo no fue político.
No ocupó o mejor rehusó los puestos públicos. Se gún el profesor Rafael Obregón Loríaa quien debemos los conocimientos sobre Calvo con su libro el Presbítero Doctor Francisco Calvo (Ganganelli. una de sus pocas actuaciones públicas fue el discurso en la inauguración de la Universidad de Santo Tomás donde compartió tribuna con el ministro José María Castro Madriz y el rector presbitero Juan de los Santos Madriz.
No fue político, pero ejerció gran influencia politica sobre los presidentes Mora y Guardia.
Fundador de la Masonería, manejó hilos políticos muy finos y cortantes. Influyó notablemente en el presidente Guardia para que el presbítero Dr. Domingo Rivas no fuese el sucesor del obispo Llorente y la Fuente y en su lugar se designase a monseñor Thiel, periodo llamado por Sanabria la Primera Va.
cante de la Diócesis de San José.
El padre Núñez si ha tenido sin querer querien.
do una destacada y brillante vida politica. Tal vez la más importante después del padre Volio. Su hito lítico probablemente lo constituya el cargo de Cape llán del Ejército y negociador de la rendición del gobierno de Picado y los delicadísimos acuerdos con el líder del partido comunista Lic. Manuel Mora Val.
verde en el Alto de Ochomogo. Ha sido el único sacerdote Ministro de Estado en el siglo XX. temo que también en el siglo XIX) de Trabajo y Relaciones Exteriores por recargo, Embajador en Naciones Unidas, Israel, Rumania y UNESCO. También director de la Caja del Seguro Social, Instituto de Vivienda y Urbanismo y presidente del Instituto Costarricenseisraelí. Co fundador en 1951 del Movimiento de Liberación Nacional y principal redactor de la primera carta ideológica que es más que socialdemócrata un pulido documento social cristiano. Fue un gol del padre Núñez, le explicaba una vez Don Pepe a Willi Brantd. Co fundador, en 1957, con Betancourt, Bosch, Muñoz Marín, Haya de la Torre, Paz Estenssoro y Figueres, del Instituto Interamericano de Educación Política con sede en San Isidro de Coronado, y primer director. En 1968, inspirador en Liberación Na.
cional del grupo de Patio de Agua. Casi no se ha es crito documento político importante por parte de los máximos dirigentes de nuestro partido en donde no haya estado la inspiración y la mano del padre Núque Campaña electoral y democracia política ARNOLDO MORA no dio atedel craEl sistema político que los costarricenses hemos venido forjando, no sin dolorosos desgarramientos en determinadas coyunturas de nuestra historia patria, y que orgullosamente exhibimos ante los otros pueblos como nuestra centenaria democracia. requiere de un cuidadoso examen siempre dentro de una sólida mentalidad democrática fiel a las mejores tradiciones civilistas de nuestro pueblo.
Lo logrado hasta el presente, si bien es importante y mere ce por ello que honremos a nuestros antepasados que lo concibieron y pusieron en marcha, debe ser mejorado. Ese será, de lograrlo, uno de los aportes más significativos de nuestra generación, a fin de consolidar nuestro régimen político a las puertas de un nuevo siglo, por no decir, de una nueva época de la historia no solo de nuestro país sino de la humanidad toda entera.
Nuestro sistema democrático puede ser mejorado desde diversos ángulos. Debe sustentarse en una sólida base económico social que se sustente en la justicia social. Toda injusticia social y, en concreto, la brecha que cada día se acrecienta debido en buena medida a las políticas neoliberales del último decenio, constituyen una bomba de tiempo que debe ser corregida lo más pronto si no queremos ver en nuestro país un estallido como el sufrido en otras latitudes no muy lejanas de nuestra tierra.
Pero, dado que estamos ya iniciando un nuevo período gubernamental, mis reflexiones por ahora versarán sobre algunas estructuras jurídico políticas de nuestro sistema democrático. Nuestras observaciones parten del supuesto de que la libertad política o ejercicio de la soberanía popular no debe restringirse únicamente al derecho de votar, es decir, a los cinco minutos que nos dan el primer domingo de Febrero para escoger primero entre dos candidatos a la presidencia y luego entre una larga lista de candidatos a diputados y a municipes.
Debemos evolucionar hacia formas de gobierno donde el poder legislativo sea más representativo geográfica y socialmente, donde las provincias se reestructuren y las municipalidades en los cantones, e incluso, reunidas en el ámbito provincial o regional, tengan una mayor capacidad de deci.
sión en el uso de los fondos propios y nacionales en bien de las comunidades regionales, inspirados en un sistema me jor planificado regionalmente y con criterios más patrióticos y científicos.
La jurisdiccionalidad misma del Estado Nacional debe ejercerse de manera menos centralizada y con una mayor participación de las comunidades. Es quizás un poco prematuro hablar ya de una nueva constitución. Debemos por el momento ir creando las condiciones políticas para un avance democrático que signifique una mayor y permanente participación de las comunidades en el ejercicio mismo del poder político, mediante su voluntad permanente de tomar parte en los asuntos de bien común y, en general, en el destino histórico de nuestra Nación. Toda reforma constitucional debe, primero, inspirarse en la práctica democrática del pueblo y ser ampliamente probada en la práctica. Los cambios deben realizarse a tiempo, antes de que sea demasiado tarde, pero tampoco deben festinarse, ya que requie ren de un cambio de mentalidad si pretendemos que calen hondo en la conducta real de la gente. Lo que está en juego es nuestro más preciado tesoro: la solidez y estabilidad de nuestro sistema democrático. No nos atrevemos a afirmar por falta de conoci mientos históricos que el padre Calvo fue el sacerd te de mayor influencia politica en el siglo XIX, pero sí postulamos que el padre Núñez es el sacerdote de mayor influencia política en el siglo XX.
De Calvo. dijo Sanabria En Europa el padre Ca.
vo hubiese sustituido con ventajas a Talleyrand; aquí fue la ninfa Egeria de más de un presidente.
De Núñez, dijo el expresidente Ulate. Usted ha sido, padre, ninfa Egeria de presidentes.
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