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12C LA REPUBLICA. Lunes 10 de octubre de 1994 Deportiva Claudia Poll La sirena ríe, trabaja y sueña AMADO HIDALGO QUIROS Colaborador especial KAOS Pann a esbelta rubia que devoró un pedazo de carne con la ansiedad de un largo ayuno, o que acabó un helado italiano con avidez de niña golosa, es la misma imperturbable mujer que de nuevo renuncia a todo y reta cada mañana el límite de sus fuerzas.
Claudia Poll Ahrens es de hierro puro. El permiso para saciar el reprimido deseo por un helado y una porción de jugosa carne, las visitas a los santuarios de la historia romana, un encuentro hermoso con los tulipanes holandeses y el paso tranquilo por la capital estadounidense, no le hicieron abandonar la piscina. En todas partes buscó tiempo y lugar para el reencuentro con el agua, de donde había salido triunfal durante el campeonato del Mundo.
Hoy, en el viejo escenario de los últimos 14 años, en la alberca odiada y amada del Cariari, la menor de las Poll sigue su batalla de cada día, olvida honores, entierra recuerdos y siembra nuevas ilusiones. No voy a llegar a un evento internacional con mis dos medallitas colgadas del cuello y todas mis rivales se van a rendir a mis pies dice con su voz aguda, en una sentencia donde ella se auto condena al sacrificio y al dolor, en pos de la última gran escala de su viaje triunfal: la Olimpiada en Atlanta 96.
Frunce el ceño como es su costumbre, marca el rostro con una enorme sonrisa y deja ver desde el fondo de sus palabras a la muchacha feliz que habita en ella.
Tiene razones para estar contenta. Aun no se disipa la euforia del campeonato del Mundo y aunque vienen tiempos duros, vive una época de relativa bonanza: por fin volvió a una pretemporada con sus compañeros, nada cinco y no doce kilómetros como antes del Mundial y corretea detrás de una bola de papifutbol, tenis o voleibol.
Pero a partir de enero se acabó la fiesta. Volverán las madrugadas, 240 piscinas de 50 metros, las pesas y el acondicionamiento fisico que la hará llorar y pedir no más, mientras los técnicos Rivas e Hidalgo la miren con cara de serios.
Como si fuera poco, la entrenadora Montserrat Hidalgo le deja ir un balde de agua fría que ni siquiera inmuta a Claudia. Para el Mundial entrenó duro, pero no al máximo. Vamos a entrenarla más del 100 por ciento de lo que ella puede dar, tan duro como lo permita.
Busco un gesto de reprobación en la rubia sirena, un asomo de miedo en sus ojos claros. Pero no hay nada. Casi que encoge hombros y habla como si contara un chiste. Cada año es más duro y dicen que no entrené nada. Sé que debo empezar de cero, como el año pasado después de los Pan Pacific. No puedo vivir de lo que pasó, quien se mete aguanta y ya sé eso. aunque la visita al cine en el fin de semana Trío ganador. Claudia, Francisco, Montserrat. El Mundial, pudo ser una simple promesa de lo que vendrá.
Abelardo Fonseca La República fue un símbolo de esta etapa de recuperación por la que atraviesa, Claudia no mira hacia el pasado ni teme al futuro como algo tétrico. Sencillamente borra de su código de los deseos todo aquello que pueda perturbarla. Yo no me privo de nada, pues si lo viese como una privación no lo haría. Durante dos o tres meses antes de la competencia no deseo hacer otra cosa que nadar. Estoy saludable, tengo 21 años, carezco de vicios y me estoy formando para el futuro. Hay un tiempo para cada cosa. No podría nadar con 40 años, pero en ese entonces sí podré estudiar, tener relaciones con alguien o criar hijos.
En este momento lo más importante de mi vida es la natación.
dounidenses y alemanas, mientras nadadoras de esos mismos países también irán en cacería tras ella.
Para seguir en la élite y aspirar a medallas en la Olimpiada de Atlanta sólo le queda trabajar, y ella está dispuesta al reto, mientras Francisco Rivas le recuerda que ya caminaron el 50 por ciento, pues en el Mundial siempre perdió con una china pero superó a otra. ninguno de los tres les gusta hablar de medallas y menos prometerlas. Mientras Claudia asegura que en Atlanta va a lograr sus mejores tiempos, los dos entrenadores prefieren conjeturar con la fría realidad de los números. La única manera de asegurar que ella gané oro en la Olimpiada es que rompa un récord mundial en varias ocasiones y tenga un segundo o más de diferencia con las demás. Para ir por el oro tendría que estar de primera o segunda a partir de la mitad de 1995 y ni así es posible asegurar que lo gane.
Montserrat Hidalgo es contundente. Francisco Sola contra el Mundo Después del Campeonato en Roma es evidente que Claudia estará al acecho de las chinas, estaEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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