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El mundo experimenta un momento complicado en los años 2020 y 2021 ya que la COVID-19 ha cambiado las vidas de las personas, los sistemas productivos y la dinámica económica en los países. Debido a lo anterior se fomentan los espacios de discusión y toma de decisiones para concretar acciones para levantar la normalidad desde todas las perspectivas: la humana, la económica y la ambiental. El Foro Económico Mundial crea un espacio de análisis para establecer algunos ejes con el fin de promover un sistema económico cohesivo, con un crecimiento económico a la par o sostenido en todos los países para mejorar la productividad y trasformación del sector industrial y empresarial basado en enfoques modernos de desarrollo sostenible (producción, medio ambiente y sociedad).También la intención es apoderarse de las herramientas tecnológicas aumentando su uso con las ventajas de la cuarta revolución industrial y la cooperación global. Con estos ejes sin duda alguna vinculan algunos organismos como la OMS, FMI y OEA entre otros.La confianza es un aspecto clave que aparece en la cotidianidad de la vida humana y que genera el espacio de bienestar y crecimiento para desarrollar países, sociedades fuertes y resilientes. En el ámbito financiero, también la confianza es una variable esencial pero volátil que se modifica con los cambios globales y locales impactando la dinámica monetaria y económica de los mercados. También genera el equilibrio necesario para emprender políticas y acciones enfocadas a procesos de transformación en los sistemas de producción y manejo de las empresas con procedimientos claros y estándares de excelencia. Bajo estas premisas, avanzar en la descarbonización es importante, pero modernizar los esquemas productivos mediante la sostenibilidad es fundamental en tiempos donde la COVID-19 ha dado una campanada a la estrategia para estar en el mundo competitivo.¿Reunirse 3 o 4 días tendrá algún impacto sobre la vida de los costarricenses con base en los acuerdos y políticas de la Agenda Davos? Esta es una interrogante entre la que, entre los mitos y realidades de estos espacios de discusión, se debaten grandes temas como los derechos humanos, derechos de mujeres, diversidad y pobreza o temas de descarbonización o desarrollo sostenible, tratamiento de los residuos, deforestación y el cambio climático.En un contexto social diferente en este siglo, en medio de una pandemia, parecen haber grandes retos en los que los acuerdos Davos 2021 se trasladan a las políticas públicas de los países que pertenecen al Foro Económico Mundial y que apuntan a dos grandes temas, entre otros, como lo son el carbono neutralidad y empleo de calidad. También, dentro de las estrategia empresariales están permeando los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, poniendo en el foco la energía asequible, no contaminante o renovable (ODS 7), la acción climática (ODS 13) y la industria, innovación e infraestructura (ODS 9).Me detengo en el empleo, ya que es uno de los pilares de recuperación de la confianza y en las agendas de discusión que se debaten entre empleos verdes, de calidad y permanentes, basados en servicios y actividades que fomenten el desarrollo y tecnología sostenible. Sin embargo, hay varios principios sobre las ideas Keynesianas en la que la demanda general inadecuada podría dar lugar a largos períodos de alto desempleo. Los bienes y servicios de una economía es la suma de cuatro componentes: consumo, inversión, compras del gobierno y exportaciones netas. Cualquier aumento de la demanda tiene que provenir de uno de esos cuatro componentes, lo cual, durante una recesión suelen intervenir fuerzas poderosas que deprimen la demanda al caer el gasto. Por ejemplo, al caer la economía la incertidumbre a menudo erosiona la confianza de los consumidores, que reducen entonces sus gastos, especialmente en compras discrecionales como una casa o un automóvil. Esa reducción del gasto de consumo puede llevar a las empresas a invertir menos, como respuesta a una menor demanda de sus productos.Por lo tanto, dentro de esta tesis, la tarea de hacer crecer el producto —es decir, la economía— recae en el Estado. Según la teoría keynesiana, la intervención estatal es necesaria para moderar los auges y caídas de la actividad económica o sea el ciclo económico. Entonces desde esta perspectiva, un incremento del gasto público hace que aumente el ingreso en una proporción mayor al crecimiento del gasto, razón por la que el multiplicador del ingreso sea consecuencia del aumento del consumo privado. Por lo tanto, es importante señalar que el estado no debe regalar bonos Proteger; más bien debe inyectar recursos para propiciar consumo, el cual se da por, el empleo, en el sector agrícola. Podría generar un fondo ágil e inmediato para financiar la producción (3 a 6 meses) de agricultura de consumo masivo y colocarla en el mercado nacional por medio del Consejo Nacional de Producción generando empleo directo e indirecto y motivando el consumo.Esta aplicación podría hacerse en otros sectores de la economía. También la motivación de consolidación de pymes y nuevos servicios, con recursos financieros accesibles y libres de tramitología para generar nuevos productos de valor con garantías de avales.En conclusión, las generaciones de la confianza promovida en agendas globales deben aterrizarse en la función del Estado o gobierno con la metodología de “enseñar a pescar”.
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