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12 LA REPUBLICA. Lunes de febrero de 1989 COMENTARIO INTERNACIONAL Por Gustavo Catalán, Diario 16 FILES de mujeres cubanas pasan por la guerra de Angola. Su misión es doble. Como artilleras antiaéreas debían abatir los aviones sudafricanos. Como mujeres, impedir que los soldados cubanos regresaran a su patria infectados de las enfermedades venéreas y el SIDA, muy extendidos en este país africano. En ambos casos, han demostrado tener muy buena puntería. Más de una decena de Mirages sudafricanos yacen espanzurrados en el suelo. las tropas han encontrado con ellas un mayor equilibrio. Fidel Castro encontró esta nueva arma para su aventura militar en Africa.
Son la retaguardia de las fuerzas armadas revolucionarias de Cuba. Su misión no está en el frente de combate.
El doble papel de las artilleras cubanas es el de abatir los aviones enemigos y evitar que los soldados cubanos se contagien en sus relaciones con las nativas. En Angola han demostrado que tienen puntería.
Las unidades artilleras femeninas enviadas a Angola han conseguido tumbar varios Mirage de las fuerzas de Sudáfrica.
Su acción en la batalla de Cuito Canavale fue decisiva para romper el cerco a que estaban sometidas las tropas de Fidel Castro.
Pese a no entrar en combate directo, son instruidas militarmente. Se diferencian de los hombres porque su fusil de asalto Kalasnikov lo cuidan tanto como sus uñas.
Brilla casi tanto como los pendientes que Las artilleras cubanas y su acción en Angola llevan.
El ejército cubano decidió enviarlas a Angola en vista de la prolongada presencia, trece años, que han mantenido en el frente africano.
Las enfermedades venéreas y el miedo al SIDA fueron decisivos. Además de disparar contra los aviones enemigos, debían calmar las ansias de sus tropas.
El más cerrado aplauso que el otro día se produjo en Luanda, cuando los cubanos iniciaron su retirada de Angola, se lo llevaron ellas.
Melva Rosa Núñez Pérez es, a sus veinticinco años, teniente de una unidad artillera. No consiguió entrar en combate en el año que ha pasado en Africa. Pero venció. Los hombres nos ven como combatientes y como mujeres. dijo. Los compajeros cubanos lo saben.
Sus amigas, Belkis Fuenteseca Herrera y Odalís Figueroa Rodríguez, suboficiales a sus veintitres y veintiún años, también ayudaron en la misión. Todos somos revolucionarios. dijeron.
No les gusta mucho hablar sobre el tema, pero las chicas cubanas confesaron que reciben precisas instrucciones sobre ello antes de partir de La Habana.
Además de mantener limpio su armamento, en la mochila deben llevar anticonceptivos. Pildoras o el clásico preservativo les son facilitados por la intendencia militar.
Pueden mantener relaciones con sus superiores. Incluso con los generales. En Cuba no hay clases y mucho menos en el frente de batalla.
Pero deben evitar quedar embarazadas.
Ante tal situación tienen la posibilidad de volver a la patria, donde pueden tener el hijo o simplemente abortar. si no quieren dejar el frente, el hospital cubano en Luanda las ayudará a desembarazarse del problema.
Un batallón de ginecólogos desplazado a Luanda atiende a las artilleras de sus heridas de guerra o de amor.
En Angola se han forjado muchos matrimonios, Más de trescientos mil jóvenes cubanos han pasado por esta guerra. Casi toda una generación han aprendido mucho de la vida en el país africano. algunos se han vuelto a casa con pareja e hijo.
Lo confesaba el otro día Saul Pino, un joven soldado de veinte años, que lleva dos en Angola. Menos mal que están ellas, nos ayudan a sobrellevar esto mucho mejor. El que consigue encontrar chica lo lleva bien. Pero muchos se quedan a dos velas.
No hay tantas artilleras como soldados. Han de conformarse con mirarlas. Verlas pasear bajo el sol africano, con el Kalasnikov al hombro, por el cuartel de Funda, cercano a Luanda, no deja de ser una nueva imagen de la guerra, muy desacostumbrada en nuestra machista tierra.
Fidel Castro se propuso vencer en la aventura que inició en el Africa Austral en 1975, e inventó la nueva arma. El doble papel de las artilleras cubanas le ha ayudado a ganar la guerra. Los Mirages sudafricanos abatidos dan muestra de ello.
La alta moral de los compas son la otra muestra. además, ha conseguido que las enfermedades venéreas africanas y el terrible SIDA no sean un nuevo factor de problemas en la promiscua isla caribeña.
MUJERES EN GUERRA El ejército cubano no es el único que incorpora mujeres en sus filas. Las fuerzas armadas de EE. UU. e Israel ya son veteranas en las mismas lides.
Pero lo que caracteriza la presencia de las mujeres en las filas cubanas es la democratización de sus relaciones a todos los niveles.
Una soldado cubana puede saltarse toda la estructura jerárquica del ejército al mantener relaciones con un general. Para el comandante español presente en Angola como enviado de la ONU, José Segura, esta situación no favorece la estructura militar. Las cosas no son las mismas al día siguiente después de haber mantenido relaciones sexuales entre un jefe y una soldado, por ejemplo.
En el ejército cubano, una mujer puede también alcanzar un alto grado de mando, con lo que la situación anterior se podría invertir.
Esta mezcla entre los sentimientos y el poder de las armas ha sido el origen de muchos roces, pero también de muchos éxitos. 66
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