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LA REPUBLICA. Lunes 13 de febrero de 1989. 13 PERSPECTIVAS DESARROLLO GLOBAL DE LA SOCIEDAD.
Administración General Johnny Meoño Segura Doctor en Administ.
Pública The London School of Economics and Political Science.
Inglat. especialista en Planificación y Adm.
Pública y General; profesor UCR; consullor organismos DESARROLLO GLOBAL DE LA SOCIEDAD Derechos Humanos y Deuda Extema Dr. Francisco Barahona Riera Abogado, doctor en Ciencias Políticas, vicerrector de la Universidad para la Paz. Profesor en la UCR. Qué se requiere en situación de crisis: communicate Administración de empresas o pública?
de cuatro libros.
Buckle CIRCONACION PRESTAMO Los derechos humanos y la deuda externa Las condiciones del pago de la deuda externa han gravado seriamente las posibilidades de la tier justicia social y de consumo de los pueblos a los que se aplican las recetas de organismos internacionales.
mIScM enel laС TiUcro de Para enfrentar la crisis integralmente, hay que comenzar por distinguir que los procesos y requerimientos, propios de los fenómenos administrativos privados en relación con los fenómenos administrativos públicos estatales, son muy distintos.
UY oportuna la salida de Mauro Murillo en su artículo aquí, el viernes 10, sobre La administración, para los administradores. Dijo entre otras cosas, que la improvisación en el ejercicio de las disciplinas administrativas genera retumbantes fracasos y cuantiosas pérdidas. Muy de acuerdo con esto.
Pero es necesario ir más allá, incluso en el espíritu de mi comentario anterior aquí también, hace ocho días, y en el contexto de la misma Ley del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas que el Dr. Murillo comenta.
Creo que don Mauro dejó sin tocar un problema de mayor fondo aún, determinante en nuestro desarrollo hasta el presente, y más aún hacia el futuro inmediato y mediato. es la administración una disciplina universal, transplantable del contexto público al privado, o de un contexto industrializado a uno subdesarrollado? Mi convicción de quince años de estudio y práctica, así como de docencia, es la de que no. Un no rotundo; y así lo he sostenido todo este tiempo.
La administración para los administradores, es un enunciado necesario; pero hay que proyectarlo aún más, y exigir mayor claridad entre la administración de empresas y sus requerimientos según los fenómenos que la tipifican, y la administración pública como fenómeno estatalburocrático político.
Nos parece grave que sobre esto haya poca conciencia en el país, al extremo de que aún seguimos viendo anuncios de universidades privadas que ofrecen carreras y posgrados en administración de empresas útiles para ejecutivos públicos y privados, sabiendo que por lo general los programas de universidades privadas e incluso estatales en administración de negocios, salvo muy aislados casos, dificilmente contienen áreas o cursos que forman al estudiante sobre las particularidades determinativas del fenómeno administrativo público. Un administrador de empresas no es preparado, sostengo, para comprender el fenómeno público estatal. Consecuentemente, no ha sido históricamente, ni puede serlo ahora, eficaz para contribuir imaginativa y adecuadamente a generar eficacia en los complicados procesos y acciones que distinguen a la gestión estatal en sus distintas manifestaciones y niveles.
Si hay un grupo de profesionales dentro de la llamada rama de ciencias económicas que tiene que preocuparse por lograr una identidad propia en cuanto a proyección profesional e incluso formación misma, es el de los profesionales en administración pública, pues aunque la administración así en general se reputa de universal, ni lo es ni es transplantable, pues no explican los textos foráneos los fenómenos propios de nuestra cultura empresarial, pública y política. Colateralmente, hay desconocimiento e insensibilidad en quienes administran los sistemas de personal en el contexto público, pues se asume ya por mera tradición, que el administrador de empresas sirve igual para el contexto público, y los requisitos de puestos así lo denotan.
Hay mundos de diferencias entre lo público y lo privado en nuestro medio. La situación de crisis requiere máxima preocupación por identificarlas para actuar a través de respuestas más eficaces, formando el tipo de profesionales que la empresa privada requiere para comprender y contribuir al ajuste estructural que nadie cuestiona ya en principio, pero formando también el tipo de técnicos y gerentes públicos que el ejercicio del liderazgo estatal de nuevo cuño sobre la sociedad, demanda para sacar al pais adelante, sin tanta improvisación y retumbantes fracasos. Bien por don Mauro Murillo con su incursión en este tema, y ojalá que otros entren al debate. Por mi parte, volveré sobre aspectos relacionados con el tema.
de bl on on haán al COS ana Bar onrar COrriBeDESARROLLO DE LA EDUCACION Educación Superior Nelson Gutiérrez Espeleta Doctor en Sociología; Licenciado en Ciencias Políticas UCR; Profesor UCR en Ciencias Políticas pa UANTAS veces en los últimos años hemos escuchado hablar del tema de la deuda externa, cuántas ideas y propuestas han sido lanzadas dentro del marco de esta problemática, e inclusive, hemos sido testigos de algunas acciones prácticas adoptadas por algunos gobiernos, a las que se contraponen juicios y lo, respuestas variadas de parte de los organismos financieros internacionales.
Costa Rica no ha sido una excepción y ya desde el año 1980, el tema de la Deuda ha estado presente en la mente de los árbitros de nuestra política económica y en las discusiones ideológicas principales, ya sea al interior de los partidos pollticos o de aquellos sectores relacionados con esta problemática, sean estos Cámaras Patronales, organizaciones gremiales, o instancias académicas.
La realidad es que cada día que pasa, en lugar de acercarnos a una solución del problema, nos los presentan como más grave y de naturaleza más explosiva, tanto en sus dimensiones sociales como en las políticas. diferencia de hace unos años, cuando el sentimiento nacional mayoritario, alentado por los medios de comunicación y las instancias políticas, era el de honrar el pago de la deuda externa, casi como si se tratara de una deuda personal en la que el honor desempeñaba un papel central; hoy la situación parece modificarse un tanto. Comenzamos a analizar con mayor detenimiento este problema, ya no se CONDENA tan fácilmente a un Ifder que sostiene que el pago de la deuda en los términos tradicionales, no es conveniente para los países que sufren ese nuevo flagelo: los oídos parecen ser más receptivos a nuevas ideas, que influyen con frecuencia en el rompimiento de posturas tradicionales y conservadoras.
Pero el análisis no se ha modificado únicamente porque podemos estar a las puertas de una nueva moda, la de No pagar la Deuda, sino sobre todo, porque hoy resulta evidente que el honrar la Deuda, ocasiona situaciones de desequilibrio financiero, injusticia social, recesión del aparato productivo, y hasta altos costos políticos. Las condiciones de dicho pago, han gravado seriamente las posibilidades de justicia social y de consumo de aquellos pueblos sobre los que se aplican dichas recetas.
Varias fórmulas se han ido elaborando, todas conducentes a reducir la carga del pago de la deuda, unas pregonan la condonación total o parcial, otras condicionan el pago de la deuda contraída en términos de justicia y rechazan la deuda oscura, negociada por regimenes de inspiración militarista y antidemocrática; otros pregonan el pago parcial del principal o, un porcentaje del pago de los intereses, ligándolo a los niveles de ingresos generados por las exportaciones totales de un país; unos quisieran una moratoria total por cuarenta o cincuenta años, otros impulsan la creación de una agencia internacional que compraria la deuda en valores reales de mercado y establecerian sistemas de pago y unificados, creando una especie de cartel unitario de deudores, idea esta última que ha encontrado de parte de los países acreedores, férrea oposición.
Sin embargo, la discusión incipiente que se ha tenido en Costa Rica, vía la publicación de informaciones internacionales o de planteamientos concretos de académicos o lideres politicos, no ha tomado en consideración, la variable fundamental de relacionar el pago de la deuda con el cumplimiento, respeto o violación de los Derechos Humanos.
en este tema que quisiera detenerme un momento, poi considerar que su riqueza, bien merece un análisis detallado. En el marco de este artículo, planteara únicamente los fundamentos centrales ampliándolos en una nueva entrega.
Afirmo como tesis fundamental de este escrito, que el pago tradicional de la Deuda Externa, dentro de las condiciones en que se exige el cumplimiento de las obligaciones por parte de los acreedores, es violatorio del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de los Pueblos, suscrito por el Gobierno de Costa Rica y por lo tanto de cumplimiento legalobligatorio con características de jerarquia superior a la ley.
Los derechos económicos, sociales y culturales comprenden aquellos que protegen unas condiciones de vida y un acceso a los bienes materiales y culturales en condiciones adecuadas a la dignidad inherente a la familia humana.
Mañana continuaremos el análisis bajo el título. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de los Pueblos, vrs. Deuda Externa.
ere, El futuro de la universidad deHoEs preciso entender primero qué es lo que hacen las universidades estatales, para valorar sus resultados en términos del considerable financiamiento presupuestal asignado a ellas. A crisis de la universidad no es producto solamente de la crisis presupuestaria. El presupuesto, continuamente cuestionado e insuficiente, es indicador de un fenómeno mucho más profundo y de consecuencias especialmente delicadas para el futuro de la universidad: una lamentable incapacidad política para distinguir lo esencial de lo accidenSi bien es cierto, el Estado está otorgando a las universidades un presupuesto de cifras considerables y está obligado, por la Constitución, a velar porque sus inversiones rindan buen fruto; para valorar los resultados de las universidades estatales deben entenderse primero qué es lo que hacen.
La materia prima de las universidades es el saber. Los recursos económicos son solo un medio para descubrir, comunicar y aprovechar ese saber en beneficio de la comunidad. El saber necesita una serie de condiciones para constituirse: necesita cabezas con tiempo y condiciones para pensar. Necesita que ese pensar sea ordenado, coherente, riguroso, bien fundamentado y dirigido. Necesita tomar forma, ser comprensible y trasmisible. Necesita de la juventud para renovarse y de la madurez para concretarse. Necesita un soporte económico.
Desde el punto de vista accidental, se piensa que la universidad debe ser capaz de producir este soporte económico.
Desde lo esencial, lo que preocupa es el futuro de la única institución formadora, investigadora y crítica de la sociedad en un medio inmediatista cuyo criterio fundamental para establecer prioridades es la rentabilidad económica.
En el primer caso, se han dado muchas respuestas desde afuera, según las cuales la universidad debe prepararse adecuadamente para el futuro, realizando los cambios curriculares necesarios, eliminando lo superfluo en la investigación y entregando a la sociedad costarricense profesionales prácticos, poco o nada críticos de su hacer y de las relaciones que constituyen, reproductores calificados de lo ideológicamente predominante. Este tipo de universidad, acotada y definida por el accidente, perderia su Universalidad.
En el segundo caso, las respuestas surgen de la Universidad misma. Un hacer universitario con, pero más allá del accidente, una academia soberana, capaz de distinguir lo esencial de la condición humana y la importancia de la diversidad en el acumulado cultural. La Universidad universalizadora, punto de encuentro de interrogantes, preocupaciones y dominios efectivamente logrados, cuyo compromiso fundamental es liberar al hombre de todo tipo de opresión, incluso aquella que el hombre mismo se impone. Esta universidad no favorece la tecnocracia, no puede ni debe permitir que la tecnologia no esté subordinada al hombre mismo, no puede, a costa del ser humano, garantizarse su subsistencia como institución. Debe distinguir que no todas las demandas políticas van en su beneficio; que a muchos políticos les conviene afirmar sus intereses mediante el aprovechamiento de su legado y de su infraestructura, definiendo el presupuesto, no como el recurso constitucional garantizado para el cumplimiento de los fines que le son propios, sino como el arma para subordinarla.
Esta crisis entre el será y el llegar a ser no es exclusiva de la universidad costarricense. Es la que hoy enfrentan las universidades occidentales al afirmarse frente a las demandas político ideológicas de grupos económicamente poderosos que ven en la universidad un instrumento apropiado a sus intereses.
América Latina busca su identidad. Del mismo modo, la universidad latinoamericana debe definir su actuación en el medio politico, económico y educativo, nacional y regional.
Mañana proseguiremos nuestro análisis sobre esta materia.

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