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6 DOMINGO. LA REPUBLICA. Domingo 13 1989 Por Daniel Fermanl, de ANSA YORK VORSTEN.
Los sesenta años de Jacqueline Kennedy detractores, pero su imagen juvenil y su elegancia la distinguieron de entre todas las primeras damas norteamericanas.
Hace cuatro meses Jacqueline Bouvier (ese es su apellido de soltera) se interno en la clínica neoyorkina del doctor Michel Hogan donde meditación, yoga, dieta y lifting le devolvieron su aspecto fresco y su famosa sonrisa de muchacha norteamericana. Cuál es el secreto que la mantiene vital y activa, además de su inmensa fortuna? Según sus propias declaraciones, hace tiempo dejó de amar el dinero (claro que con un patrimonio de más de 400 millones de dólares es fácil darse el lujo. desde que dejó sus proyectos de transformarse en una famosa periodista, se casó con John Kennedy y después con Aristóteles Onassis, convirtiéndose en una mujer riquísima, su actividad diaria podría ser la de cualquier mujer burguesa norteamericana.
Después de renunciar casi totalmente a la vida social y de no querer ser más noticia, Jacqueline, que vive en Nueva York desde hace años con el empresario judío Maurice Tempelsman, se dirige tres veces a la semana a la casa editorial Doubleday, donde trabaja como redactora.
En cuanto a sus dos hijos, Caroline y John, la viuda de Kennedy no se comportó jamás como lo exigía la tradición familiar del clan de los presidentes norteamericanos: ha sido una madre impecable, pero nunca posesiva. Para el resto de su familia política Jacqueline organiza una reunión por año, en su residencia de verano de Martha Vineyard, donde recibe a los cien parientes, que permanecen dos dias.
Más problemáticas fueron sus relaciones con su hijastra Christina, hija del rico Aristóteles. Para el funeral de la infortunada joven Jacqueline no apareció; según algunos esta fue una actitud cruel, según otros, respondía a motivos justificables.
Su madre, Janet Lee Auchincloss, murió el sábado 21 de julio en su casa de Rhode Island. Tenía 81 años y hacía tiempo estaba enferma. El resto de los vínculos sociales de Jacqueline se limitan a pocos amigos íntimos. Hace tres años que no da más la tradicional fiesta que para Navidad reunía a la sociedad norteamericana a su alrededor.
Jacqueline ama la naturaleza y los deportes al aire libre, pero raramente se deja ver en los sitios donde habitualmente los amantes del aire libre se reúnen. En su trabajo como redactora es tenaz: logró publicar una biografía de Michael Jackson y ahora intenta convencer del estupendo negocio a Frank Sinatra.
En las librerías Una mujer de nombre Jackie. de David Heymann, cuenta más que nada las anécdotas de su vida, quién sabe si en un futuro no se decidirá a ser ella también escritora de su propia historia.
Para quien quiera mandarle los augurios su dirección es 1040 Fifth Avenue, Nueva York.
La gente la amó y la odió fra JU СС la PI gr lo СС Fd di la al re ha ar bi Nunca fue una mujer hermosa Una escritora infatigable RA la esposa de uno de los más famosos presidentes norteamericanos, cuando quedó viuda se casó con el griego más rico del mundo. La gente la amó o la odio, pero nunca pasó inadvertida, se llama Jacqueline Kennedy Onassis, y cumple sesenta años.
En Roma, cerca de la ya mitica via Veneto, se encuentra aún el restaurante bautizado Jackie donde la ex primera dama y su segundo marido, el multimillonario Aristóteles Onassis, protagonizaban las brillantes noches de la alta sociedad italiana despertando envidias y admiración, criticas y elogios.
Nunca fue una mujer hermosa, admiten admiradores y side EOPOLD re lle га Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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