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Opinión EDITORIAL Acuerdos trascendentales AUMENTO DE TARIFAS OONITA, SI NO SOCA, NO AGARRA EL BUS. QUIÉN DICE QUE VOY COGER EL BUS. La comunidad internacional tiene una responsabilidad especial con El Salvador.
Este es el tiempo de que las manos generosas se tiendan sin mezquindades. Las superpotencias tienen hoy la obligación de subsidiar su reconstrucción. 2191 03 92 lab AL DIA La deuda política La contribución estatal a los partidos políticos no debe servir para mantener un sistema de bipartidismo.
RODRIGO FOURNIER El fallo de la Sala IV que acogió el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la Licda. Estela Quesada en contra del artículo 96 de la Carta Fundamental, obliga al Poder Legislativo a dictar una nueva legislación sobre el financiamiento de las campañas políticas.
Pareciera que los partidos mayoritarios todavía no tienen posiciones definidas sobre este asunto, aunque aparentemente hay dos anteproyectos elaborados por diputados de Liberación Nacional. En la Unidad Socialcristiana no existe una decisión clara al respecto y hasta pareciera que algunos diputados no desean que el trámite del nuevo estatuto se inicie este año. El Poder Ejecutivo ha demostrado interés en otros proyectos, pero no en el que comentamos. Sin embargo, esta posición podría ser simplemente para salvar las apariencias.
Nos atrevemos a vaticinar que la financiación estatal de las campañas políticas no desaparecerá. Pero la utilización del sistema para consolidar la existencia de dos partidos, propietarios del mayor número de los votos y, en forma alternativa, dueños del poder también, creemos que es adversada por la mayoría de los costarricenses, que desearía una apertura clara del beneficio en favor de las agrupaciones minoritarias también, en una proporción que satisfaga el principio de igualdad de oportunidades. El bipartidismo no puede ser consecuencia de un sistema de financiamiento estatal, sino de las predilecciones libremente expresadas por los ciudadanos en los comicios. El público también espera una limitación del costo de la publicidad y otros gastos de los partidos, más efectiva que la mera disminución del plazo de duración de las campañas. En todo caso, debemos mantenernos vigilantes para que los señores diputados no nos vuelvan a dar más de lo mismo.
e firmarán, hoy en la ciudad de México, los acuerdos diplomáticos más importantes suscritos por centroamericanos desde la firma del Procedimiento de Esquipulas II. En un gesto de voluntad política que recuerda los mejores tiempos del Plan de Paz, el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional pondrán fin a más de una década de violencia, y abrirán, esperamos que de manera irreversible, una puerta hacia la paz, que el pueblo cuzcatleco demanda y el Istmo anhela.
Desde hace ya varios años La República viene abogando por una salida pacífica y negociada para la guerra en El Salvador.
No hemos escatimado esfuerzos por ofrecer desde nuestras páginas una voz de apoyo a quienes, en distintas trincheras, han ofrendado lo mejor de sí, incluso la vida, con tal de legarle a las futuras generaciones un país reconciliado, más justo y solidario.
Por eso es que para este diario, hoy es un día de regocijo y de esperanza, de meditación por los muertos, y de gozo por los vivos. éstos últimos es a quien corresponde ahora, con su trabajo, resucitar en el surco y en la cátedra, en la fábrica y en la sociedad democrática, los ideales de Monseñor Romero, de Ignacio Ellacuría, de Segundo Montes y de tantos otros que murieron por los pobres, y que con los pobres también están llamados a iluminar por siempre la paz en El Salvador La firma de los Acuerdos de Nueva York constituye el primer paso de un largo camino que aún se debe recorrer. La paz ni se agota ni se construye en un acto. Es un proceso cuya consolidación está llena de vicisitudes y, también, de sinsabores. La heroica Colombia es vivo testimonio del alto precio que demanda la paz. Centenares de dirigentes democráticos, selectivamente sentenciados, fueron asesinados por sicarios en los años posteriores a los históricos acuerdos de 1988. Sin embargo, allí está la paz, resplandeciente y vigorosa, despuntando en nuevos horizontes de progreso para la familia colombiana. Pero aún si el derrotero de la reconciliación es oneroso, nunca discurrir por él será peor que vivir en brazos de la guerra, sometidos los pueblos a la más grande de todas las iniquidades que es la violencia contra la vida. Los salvadoreños merecen disfruta ahora de la concordia que les fue negada por una historia en donde la represión y la injusticia impidieron que floreciera la democracia.
El contexto internacional es propicio. El enfrentamiento Este Oeste ha terminado. El fin de la Guerra Fría permite una nueva aproximación a los apremiantes problemas del desarrollo. Las circunstancias históricas han vuelto más parcos a los antiguos contendores y menos dogmáticos a los actores protagónicos de una tragedia interminable que, so pretexto de defender a los más necesitados, a ellos se victimizó.
La clase política salvadoreña es hoy más que nunca conciente de que la guerra no lleva sino a la perpetuación de la pobreza y de la inestabilidad económica. La concertación nacional es el único camino que asegura el progreso humano. Empresarios y guerrilleros concuerdan en que sólo por medio del diálogo será posible poner fin a la destrucción de las estructuras productivas sobre las cuales descansa la prosperidad del país. Más aún, enfrentados a la disyuntiva democracia militarismo, todos los sectores pensantes de El Salvador han reconocido, con valentía, que mientras la segunda prevalezca, la primera no podrá ser fortalecida. Pero quizá el más esperanzador de todos los indicadores, es que la gente, el pueblo, las mayo rías que han tenido que soportar sobre sus espaldas el costo de la guerra, no quieren apoyar más las opciones que no lleven a la paz. en El Salvador, esto ha dejado de ser una entele quia para convertirse en el eje mismo del sistema político. diferencia de lo que sucedió hace algunos años, cuando las soluciones de fuerza parecían ser las únicas posibilidades de encontrar un consenso en un país fracturado por la desconfianza y el descrédito de las instituciones públicas, ahora la ciudadanía sólo cree en la paz, cuyos dividendos demanda sin más tardanza.
La comunidad internacional tiene una responsabilidad especial con El Salvador.
Este es el tiempo de que las manos generosas se tiendan sin mezquindades. Si ayer fueron pródigas las superpotencias en subsidiar la guerra, hoy tienen la obligación las naciones industrializadas de financiar la reconstrucción, sin exclusiones, en aras de garantizar la democracia. aunque ello pueda ser ilusorio en un tiempo de prioridades internacionales trastocadas, por respeto a sus muertos, El Salvador merece la solidaridad mundial.
Hoy es día feliz para El Salvador y Centroamérica y nosotros con júbilo nos sumamos a esta fecha de renovadas esperanzas en el espíritu humano.
La República Jorge Illa LA REPUBLICA PUBLICADO POR EDITORIAL LA RAZON, DIRECTOR GERENTE GENERAL Yehudi Monestel Arce Luis Guillermo Holst Quirós SUBDIRECTOR SUBGERENTE GENERAL Eduardo Amador Hernández Alvaro Loría Campos JEFE DE REDACCION GERENTE DE PUBLICIDAD Jesús Mora Rodriguez Roberto Ulloa Monge DIRECTOR DE DISEÑO Iuris Cartin Sánchez APARTADO 2130 1000 TELEX 2538 SVTRAL TELEFONICA: 23 0266 OFICINA SAN JOSE: 21 5196 OFICINA AMON: 57 0411 FACSIMIL REDACCION: 55 3950 FACSIMIL PUBLICIDAD:57 1134 EJECUTIVOS DE PUBLICIDAD: 57 1133 PUBLICIDAD: 22 9215 COBROS: 23 0309 SUSCRIPCIONES: 23 8885 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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