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AVOLINUS Wal seelah gulmenniglebres, 2013 18A LA REPUBLICA Viernes 25 de Diciembre de 1992 Editorial APUNTES DE LALO EDITORIAL CON AMOR, PAZ SIN ABUSAR DEL LICOR CON UN PONCHECITO SUAVE ES MAS QUE SUFICIENTE NO HAY COMO UNA NAVIDAD EN FAMILIA La disminución de la pobreza wa 7:13 NADIE DUDA DE QUE EL PAIS HA TENIDO EN LOS ULTIMOS MESES UN MUY IMPORTANTE AVANCE EN EL CAMPO ECONOMICO, REFLEJADO ESPECIALMENTE EN LAS CIFRAS MACROECONOMICAS.
Monis 92. FELIZ NAVIDAD. AL DIA Cómo torear a la opinión pública Ese podría ser el nombre de un capítulo de consejos actualizados al Principe, al modo de un don Nicolás Maquiavelo. La palabra torear se emplea aquí con la acepción de lidia de toros aunque tiene otra, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que para el caso podría utilizarse también, la de entretener las esperanzas de uno engañándole. RODRIGO FOURNIER n ejemplo de la situación que queremos exponer, es cómo evitar las reacciones del público contra los aumentos de los precios de algunas mercancías y artículos de primera necesidad. Para este propósito, se escoge el periodo cercano a los festejos de la Navidad y el fin de año, después del pago del aguinaldo y se anuncia el aumento del precio de, digamos, la leche, el jugo de naranja, el azúcar, la manteca y, se nos olvidaban, los pasajes de los buses. Este últi.
mo aumento, cuyo monto es un severo impacto a la bolsa del usuario, se anuncia en forma de porcentajes, cuyo equivalente en números absolutos cambiará según las rutas, con lo que se eluden los ejemplos concretos. En los primeros días del año entrante, el ajuste de salarios contribuirá a calmar las reacciones, aunque no cubra la totalidad del aumento real del costo de la vida. Esta ha sido la práctica de todos los gobiernos.
La lectura de los índices económicos también tiene sus trampas, como la que sufrió el presidente Bush con el anuncio, después de las elecciones, de que la recesión había concluido en los Estados Unidos. Las verdades a medias producen más confusión que las mentiras y, en esta situación, el público no reacciona.
os organismos internacionales destacan a diario esta realidad que, en estos días del mes, se manifiesta: miles de costarricenses salen adel país a realizar sus compras navideñas y, en los comercios de aquí, los ticos nos hemos dedicado a un consumismo, todo lo cual, en lugar de alegrarnos nos debe preocupar, porque evidencia que la palabra ahorro no es conocida por los costarricenses.
Todo esto viene en relación con el anuncio hecho por el Presidente de la República el pasado martes en Río Azul, cuando afirmó que la pobreza ha disminuido este año, de lo cual él se alegraba.
Ojalá que el señor Presidente tenga razón porque, si es así, la alegría debe ser compartida. El deseo de todos es el de que, conforme pasen los días, los meses y los años la pobreza desaparezca para lograr vivir en una sociedad cada vez más feliz.
Pero, la realidad en estos momentos parece ser muy otra. Los signos de la pobreza aparecen por todo lado a pesar de los grandes avances que ha tenido el país en el campo macroeconómico.
Posiblemente, y como se ha dicho en repetidas ocasiones, este sea el gran dilema para los economistas, no solo de este país sino de todo el mundo: cómo avanzar en el campo económico sin que se produzcan fisuras muy profundas en el campo social.
Por desdicha, esto no ha pasado y hoy, por todos los rincones del país, se puede observar sin hacer mucho esfuerzo esos signos reveladores de que algo anda mal desde hace mucho tiempo.
Sin profundizar en el tema, apuntare mos algunos hechos que cualquier costarricense puede observar en alguna oportunidad: los tugurios revientan por doquier, la prostitución avanza entre la población menor, los niños de la calle deambulan a toda hora por nuestras principales avenidas y aumenta el número de ancianos que piden limosnas.
Esta es parte de nuestra realidad, realidad que da la pobreza en que se ha sumido al costarricense en los últimos gobiernos.
Es evidente que ha habido un desmejoramiento notable en nuestro nivel de vida.
Frente a esta verdad creemos que los gobiernos han hecho un esfuerzo, que sin embargo no ha sido suficiente como para contrarrestar adecuadamente este descenso en el nivel de vida.
Se han dado los programas de construcción de viviendas, los hogares comunitarios y otros. Sin embargo, no han sido suficientes para paliar de alguna manera la penuria.
Los propios esLa República sorge la tudios del Ministerio de Planificación expresan que es mayor el número de costarricenses que viven en la miseria, aunque es posible que en forma porcentual haya disminuido.
Creemos que debe darse una gran cru.
zada nacional para combatir la pobreza: ese es un deber del Gobierno, pero también de todos los sectores del país que realmente deseamos una nación libre de indigencia.
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