Guardar

4B DOMINGO.
LA REPUBLICA. Domingo 21 de octubre de 1990 El último rey de Talamanca En los albores de nuestro siglo, existía todavía en Costa Rica un sistema de monarquía que desde el punto de vista de la historia constitucional, había sido rechazado por el país desde el tercer decenio del siglo XIX.
El monarca era Antonio Saldaña, jefe de todos los indios de Talamanca, personaje pintoresco y típico cacique indígena de una zona difícil de someter, como lo comprueba la historia de la región. título de rey, sin duda alguna debió haber sido tomado por los talamanqueños por imitación. Los zambo mosquitos que con alguna frecuencia incursionaban en la zona, tenían un jefe a quien daban igual título. Como es sabido, los ingleses habían sugerido el establecimiento de tal monarquía. para asegurar algunos derechos que sirvieran como base a sus pretensiones territoriales en la Mosquitia. comienzos del siglo XIX y al margen pleno de los y acontecimientos políticos de Costa Rica, se estableció un estado de guerra entre las distintas tribus de Talamanca, que no concluyó sino con el triunfo de los bribris sobre los demás contendientes. Así los bribris llegaron a la centralización del poder político, antes disperso en numerosos caciques o jetes. En 1862 había en la comarca tres caciques o reyes: Chirimo, el más importante, Santiago Mayas y un tal Lapis (Fernández Guardia, 1918, 147; Pérez Zeledón, 1913, pp. 148 En julio de 1867, una ley de la República reconoció a los caciques de Talamanca como jefes políticos, factor éste que vino a ser un tácito reconocimiento a la posición política que disfrutaban los reyes en la colectividad.
La misma ley establecía, además, que dichos caciques gobernasen y suministrasen justicia conforme a sus usos y costumbres, subordinados eso sí a un Director de las Reducciones, cargo que recayó en la persona de Mr. John Lyon, norteamericano oriundo de Baltimore, residente allí desde muchos años atrás y bien conocido y respetado por los indios.
Por muerte de Chirimo, el jefe principal pasó a ser Santiago, quien estuvo en San José en 1871 y fue recibido con simpatía por las autoridades, no sólo porque como lo señaló una persona que lo conoció, era de buen aspecto, inteligente y cordial (Pérez Zeledón, 1913, 143) sino porque su territorio figuraba dentro de las pretensiones territoriales de Nuevo Granada (Sección de Panamá. Por ambiciones de mando, Lapis se constituyó en el mayor enemigo de Santiago, pero éste, nada lerdo, hizo huir a su contendiente, que murió fugitivo en la montaña y legó a partidarios y amigos la venganza, Birche y Willie, miembros del clan Salwak y primos de y Santiago, se confabularon contra su pariente y en 1872, lo sorprendieron en una emboscada, en donde pereció. Birche quedó entonces dueño de la situación, con Willie como su segundo. La incapacidad del primero y las ambiciones del otro, crearon pronto un clima difícil en Talamanca, que las autoridades del Gobierno pudieron refrenar un poco. En 1874, Willie logró asumir la máxima función, controlado directamente por Mr. Lyon, pero seis años más tarde, tuvo el jefe que huir al otro lado de la cordillera, por haber cometido un asesinato y estar en declarada rebeldía contra la autoridad nacional.
La jefatura quedó acéfala y por tal motivo el sobrino de Willie a quien le correspondía por herencia dicho cargo, asumió las funciones. El 23 de mayo de pronto en el defensor número uno de los indios de Costa Rica. El de julio del 81, a raíz de un viaje a Boruca y Talamanca, se encontró el Obispo por primera vez con Saldaña y Mr. Lyon, iniciándose así una nueva era para los indígenas, ya que como la escribió Fernández Guardia (1918, 162. Thiel. tenía el temple de los Vásquez de Coror ado y la fe de los Antonio Margil.
Poco tiempo después deja entrever Antonio su interés por el progreso y desarrollo de su pueblo, y la satisfacción de la llegada del ilustra religioso, en una carta que dirige al gobierno en solicitud de ayuda (Pérez Zeledón, 1913 ps. 175 La actitud del gobierno de Nueva Granada en su interés por adueñarse de Talamanca y el desvelo e interés del Obispo Thiel, contribuyeron a despertar interés en las autoridades costarricenses, las que llegaron a establecer una colonia agrícola y militar llamada de San Bernardo. que contribuyó a debilitar aún más el poder del rey Antonio, que partir de entonces vino a ser más jefe nominal que real, de los indios talamanqueños.
Saldaña vino varias veces a San José, la primera en 1882, ocasión en la que visitó la Casa Presidencial, invitado a comer por el presidente Fernández. De esta visita se recuerda la anécdota de que se negó a comer las hojas de lechuga de la ensalada, alegando que no era descendiente de conejos para hacerlo. En 1899, volvió de nuevo y también estuvo en 1907, como lo narran, con detalles pintorescos, los excursionistas españoles Segarra y Julia (1907, 573 596. Antonio gustó más de una vez de estar al margen de la ley. Se dedicó en ocasiones al contrabando de mercaderías que traía de Nueva Granada. En otras se levantó contra la autoridad del gobierno destacada en la comarca y particularmente cuando se excedía en la bebida, cosa que ocurría con frecuencia, creaba dificultades y problemas que en mucho contribuyeron a restarle poder y respeto. Alguna vez se dijo, no sin fundadas razones, que había querido envenenar al Obispo y a otros religiosos En lo que concierne a su vida privada, sabemos que casó dos veces, una con Oieria, quien fue madre de Victoria, Julia, Benito y Juan Saldaña. Con la segunda mujer, de nombre Leonor Almengor, fueron hijos Julia, Claracin (varón. Trar quilino, Tranquilino Pequeño y Ninfa (Tristán, 1922, ps. 156 El rey Antonio tuvo tres hermanas, la mayor de las cuales fue María, madre de José Saldaña. Este detalle es de importancia, ya que sabemos que el poder se heredaba por la línea femenina y que el sobrino mayor del rey era su heredero legítimo. José tenía un aspecto distinguido, alto, delgado, de inteligencia despejada y vanidoso en el vestir (Tristén 1922, 157. El rey Saldaña murió el de enero de 1910, en ocasión de la celebración de unas fiestas funerarias.
Se dijo entonces que su muerte de debió al hecho de haber tomado equivocadamente un poco de tintura de yodo para uso externo. Más probable es que Antonio fuera envenenado por motivos de indole personal.
Rey An tonio Saldaña, de un óleo por Llorente, 1892. Se encuentra en el Museo Nacional de Costa Rica 1880, cuando apenas sobrepasaba los veinte años de edad, empieza a mencionarse como rey a Antonio Saldaña (Fernández Guardia, 1918, 160. La sede de su reinado fue Túnsula, situada no lejos de Sipurio en el Sixaola y consistía en un gran rancho que en poco se diferenciaba de los demás.
El nombramiento de Antonio como rey coincidió casi con la llegada al Obispado de Costa Rica de Bernardo Augusto Thiel, quien llegó a constituirse Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica

    Notas

    Este documento no posee notas.