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se halla dentro del círculo marcado se paga más o menos, pues se ha fijado que por enda seis varas de frente se pague un real al mes.
El impuesto de que acabamos de hablar no merece el nombre de tal, pues además de ser tan pequeño se emplea muy directamente en el bien y seguridad individual. Por cuatro seis reales mensuales se ilumina el frente de una casa de regular extensión y las personas que la habitan duermen tranquilas y descuidadas, por que hay quien cuide y vele por sus intéreses durante su ausencia su descanso. Por lo que hace los solares vacíos, esta medida servirá para que sus dueños edifiquen en ellos los vendan personas que puedan edificar, de modo que aun bajo este aspecto el nuevo arreglo influirá muy directamente en la hermosura y mejora de la población, sin dañar en nada los dueños de dichos solares, pues sobra quien los pague bien en caso que se quieran realizar y el público gana mucho en esto. fin de proceder en el nuevo arreglo con rigurosa equidad, el Supremo Gobierno comisionó al señor don Rafael Nicolás Gallegos para que midiese todas las calles de la Capital de uno y otro lado, en un radio de quinientas varas de la plaza principal y para que levantase un plano tupográfico, marcando en él las diferentes casas y solares, su extensión y sus propie.
tarios. Es con arreglo dicho plano que se ha señalado de un modo breve y exacto la cuota con que cada uno de dichos propietarios debe contribuir.
Ahora sólo nos resta manifestar nombre del público de esta ciudad, el deseo de que se reforme la escuela de música vocal en que han sido instruidos nuestros serenos, haciéndoles adoptar otra clave y omitir las notas agudas y agudísimas con que nos regalan durante las horas de nuestro mejor descanso.
Gaceta de Costa Rica, Abril de 1851 En Julio del mismo año se usaron las columnas de hierro que para este objeto se pidieron a Inglaterra. La luz que despedían los reverberos era viva y alumbraba casi toda la calle.
La noche del miércoles que empezaron servir, la música militar acompañada de mucha concurrencia recorrió las calles de la capital dando muestras de regocijo por ese adelanto.
Las Cuatro y Tres Cuartos Comedia en un acto y en prosa por CARLOS GAGINI (Continuación)
ESCENA III Doña Isabel, Rochefort Is. Dígame con toda franqueza, amigo mío, que opinión se ha formado usted de mi hija.
Roch. Dona Isabel, Irene es un angel: bajo esa apariencia de piña aturdida guarda un tesoro de lealtad, de voluntad firmísima, de juicio nada común y de sensibilidad exquisita. Usted debe estar orgullosa de tal bija. Es imposible conocerla sin amarla. Is. Usted que ha de decir? La quiere tanto, a mima tanto, que la venda del cariño no le deja ver las imperfecciones. Pero dígame, a no ha advertido usted en ella cierto eambio de algún tiempo aca? Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica