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Señorita Ada Fernández potencia.
Pertenece al primoroso grupo de las más bellas y agraciadas costarricenses. Como fisonomía, es un tipo que encanta. como alma, vale tanto como una de las mujeres mejor dotadas de poderosas energías morales y de inteligencia. Su ingenio es fino y brillante; su imaginación animada, sutil, revelándose en sus grandes disposiciones para el arte de la pintura como para el de la música. En ambos estudios ha podido aicanzar envidiables progresos. La cultura de su inteligencia es de las más esmeradas y sólidas. Habla con facilidad y corrección el inglés y el francés, y gusta de ocupar su pensamiento en las cuestiones de alta importancia social y de positiva trascendencia para la civilización y el progreso humanos, formándose, de ellas, el más acertado concepto y ejercitando con indudable éxito su talento vivo y perspicaz, desarrollándolo, ilustrándolo y ganando en su provecho mayor En cuanto sus sentimientos, la señorita Fernández posee los de calidad más exquisita, los de una bondad sin limites, sublimes en su elevación y pureza, y benéficos la sociedad tanto cuanto son dignos de la nobleza y de la virtud de quien los abriga en el fondo cristalino de su corazón.
Su temperamento de artista, sincero y espontáneo en sus manifestaciones, propio para el bien, ha sido constante y eficazmente estimulado y favorecido, para amarlo y sentirlo como una insaciable necesidad de su ini.
maculado espíritu. alegre y radiante como el alba. por el ejemplo saludable y sencillo, educador y estrictamente ajustado los preceptos morales, que le ofrece su tranquilo y honorable hogar.
Ella, en sí buena, inteligente, laboriosa y modesta, ha alimentado sus hermosas facultades, ha fortalecielo su ánimo, en fuentes puras, apacibles y ricas de esencias maravillosamente excelentes para la formación del carácter más elevado de la mujer y para vigorizar los más delicados sentimientos, con los cuales se va en camino de la perfección moral que anhela y persigue el género humano.
El ambiente bajo cuya influencia ha nacido y se ha desenvuelto la seño.
rita Fernández, ha sido propio para el feliz cultivo de sus fecundas dotes y prendas personales. Ela ha brotado fresca y sonrosada. como la flor. las vivificantes caricias de la luz de un claro sol: el gran talento de su ilustre padre, y el alma benefactora y magnífica de su adorada madre, cuya conjunción armónica y esplendorosa, constituye un inestimable tesoro por lo que mira la inteligencia como por lo que corresponde al dominio del corazón.
Triunfadora, la señorita Fernández, en un concurso de belleza, 110 es éste su más halagüeño título, ni se ha sentido más dichosa por el voto que han merecido sus privilegiadas y seductoras cualidades físicas; sino que esa dulzura y majestad de su semblante, esa gracia de su sonrisa de ángel, esa expresión dominadora de sus negros ojos y esa elegancia y distinción de su porte y de sus movimientos, reflejan, de modo singular, todas las capacidades sobresalientes de su espíritu, y todo el fondo amable y virtuoso de su corazón.
La juventud de la señorita Fernández, está llena de encantos sabyugadores. Ayer, no más, era un precioso botón; y hoy, al desplegar sus tiernos pétalos, se ha mostrado una rosa de lindos matices, y de suave, pero firme y rico perfume.
Páginas Ilustradas siente una especial satisfacción al rendir este homenaje de simpatía y de justa admiración a la distinguida señorita Ada Fernández, cuyos personales atractivos, son el más legitimo símbolo de los soberbios atributos de su alma blanca, acariciadora de grandiosos y sayra.
dos ensueños.
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