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llo cerebral; por otra parte, el uso, cada vez más extenso, de máquinas para las acciones rutinarias, ha de salvar el cerebro de mucho trabajo menudo, y, por decirlo asi, mecánico, por lo cual el órgano más noble del hombre se empleará en ejercicios, cada vez más altos y más finos. Una de sus facultades, ja memoria, alcanzará un desarrollo prodigioso; pero será para principios y métodos, no para minucias y detalles, que las máquinas y tablas repetidoras se encargarán de reproducir recordar siempre que sea preciso.
De la misma manera el ejercicio físico general, por medio de una gimnástica funcional bien entendida, hará que el desarrollo corporal sea mayor que ahora, y la herencia, como siempre, fijará la tendencia alcanzar mayo.
res dimensiones. Por eso dice el profesor Bruner que en el porvenir, remoto todavía, perceptible, la raza humana la constituirán gigantes.
En cambio algunos órganos, ya en regresión marcada, llegarán desaparecer. Probablemente se reducirán notablemente los intestinos al disminuir constantemente el trabajo digestivo por la mejor preparación de los alimentos. Desaparecerá por completo el apéndice vermiforme, causa, ahora, de gravísimas dolencias; será mejor el número de costillas, y los dedos me niques de los pies irán reduciéndose hasta dejar de existir.
Ll sexo será predeterininable, y así, según las conveniencias sociales en cada región del globo se hará que predomine uno otro, y aun se alternará en generaciones sucesivas.
Tales son las predicciones del profesor Bruner acerea del hombre del porvenir, y muchas de ellas no se les puedo negrar cierta lógica.
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el esta playa on mi dicha a solas cantia tu belleza y mi return al compás turbulente de las olas: TOBRES ABAIXDERO RAFAEL. SIIT 464
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