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se conserva como trabajado en Brescia por el bretón Juan Kerlin uno cuya fecha se ha fijado en 1449.
El violoncello, debido según unos Fardieu de Farascon, y según otros Buonancini, maestro de capilla de un rey de Portugal, reemplazó fines del siglo XVII al bajo de viola, y no llegó la orquesta sino algo después, cuando cierto Battistini lo introdujo en la Academia Real de Música de París.
Por fin, el contrabajo, a pesar de ser instrumento italiano, no llegó al teatro hasta que en 1700 lo llevó Miguel Montclair la Opera, donde reemplazó la gran viola de siete enerdas, todavía sin que pudiera conseguir que se lo toeara fuera del viernes de cada semana.
Como se ve, los elementos orquestrales, que tanta facilidad prestaron al desarrollo de la ópera, son de invención relativamente moderna, y los dramas musicales anteriores ella distan mucho de la grandiosidad que sucesivamente ha ido adquiriendo el gènero, gracias tan poderoso contingente.
Aunque la ligera mencionaré varios otros factores de este progreso.
La construcción de teatros adecuados para la representación dramática favoreció el cultivo de la música. El primero destinado especialmente estos espectáculos fué el construido en 1618 en Parma, en la casa Farnesio.
Habituados como estamos la suntuosidad de nuestros teatros, causa lástima saber que antes que Génova, Venecia y Florencia levantaron coliseos para gloria de Euterpe y Talía, se pudieran representar óperas en carreta. Otro de los elementos allegados al desarrollo de la música dramática fué la invención del contrapunto, equivocadamente atribuido Juan de Muris, musicólogo del siglo XIV, que marchó sobre las huellas de Felipe de Vitry y Francon de Colonia.
La monotonía de los antiguos cantos al unísono cedió el puesto a los conjuntos de y voces que dominaron en Italia de 1350 1430; pero sólo mediados del siglo XV encontramos en la península composiciones escritas muchas partes reales.
Francia la había precedido en la adopción del sistema; el siglo XIV nos ha trasmitucio algunas composiciones de este carácter de Guillermo de Machault, entre las que descuella una misa 4 partes, compuesta para la consagración de Carlos V, coronado en Reims en 1361.
También contribuyó esta obra la introducción del recitado, sea la declamación sometida intervalos y medidas musicales, invención debida al romano Emilio dei Cavalliere en 1576 y perfeccionada en 1725 por el calabres Leonardo da Vinci.
Pero el paso más gigantesco dado en el camino del lirismo teatral fué el de las generaciones tonales, sea el arte de modular sobre diversidad de tonos y modos. Esta innovación que es una de las más notables revoluciones musicales, fué obra de Claudio Monteverde, cremomense nacido en 1568 y fallecido en 1643. Después de este gran reformador, ya puede considerarse formada la ópera moderna. Continuará)
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