Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
PANCUNA!
pancuna.
Cuando Manolín decía gravemente. Pancunál era preciso ponerle el babero y sentarle a la mesa.
Los únicos traductores posibles del lenguaje infantil son los padres.
Aquel pancuna de Manolín quería decir: Que me den de comer.
Sería empeño temerario el del filólogo que pretendiese investigar porqué serie de extrañas transformaciones y derivaciones combinadas con las aptitudes fonéticas de Manolín se convirtió el que me den de comer en el cuando Manolín, personaje de veintiocho meses, modulaba esta otra palabra de su reducido diccionario, no era él quien se le caía la baba, sino sus padres. Los tenía chochos. Parece mentira lo que se quiere esta pizca. decían, comiéndoselo besos.
Lo malo era.
ipor vida del demo.
nio! que en aquella casa, llena de papelotes, no se leía nunca la cotización de la Bolsa, ni importaba que los cambios subiesen bajasen, ni se cortaban cupones trimestrales. Había, sí, un cajón destinado a guardar el papel de la deuda, según frase tristemente humorística de Pepe Landa, padre de Manolín.
Aquel cajón esta ba lleno de papele.
tas de empeño.
El nene ¡ay! no había traído debajo del brazo ese pan Foto Gil Ferrero Vista en Puntarenas que dicen los optimistas traen indefectiblemente todos los niños al venir al muado. Por el contrario, desde el nacimiento de Manolín venía sufriendo la familia una racha malísima; todo les salía mal; se acercaban la miseria. raíz de quedar Landa cesante de un destinillo de dos mil pesetas, tronó el periódico donde ganaba igual cantidad. Luego fue redactor de otros que tuvieron vida efímera, y últimamente vivía casi de milagro, colocando artículos aquí y allá, haciendo traducciones del francés y hasta copiando documentos notariales tanto el pliego.
Su única distracción, fuera de casa, consistía en frecuentar un tertulin que se formaba todas las noches en el saloncillo de un teatro. por cierto que, con motivo de haberse estrenado una obrita del género taurino, se entabló una noche acalorada discusión en pro y en contra de las corridas de toros, y había quedado allí recuerdo de la campaña antitaurófila de Landa.
572
Este documento no posee notas.