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explotan con inhumana crueldad. Cuando ya se llore por el dolor de los que en el patrio suelo sufren hambre y frío; cuando se llore por las tinieblas de las coneiencias, sin más horizonte que la esclavitud y la miseria; cuando la persecución y la matanza dentro de Rusia misma, de infinitos seres inocentes despierten lástima; cuando el gemido de los que marchan por entre nieves y esearchas las minas y presidios de la Siberia, llegue las alturas del poder; cuando el infinito sufrir de las muchedumbres vibre como un relámpago rojizo ante los afortunados y sen advertido por ellos y la lógica encadene inesorablemente la humillación impuesta por los japoneses, con el abuso, con la tiranía y con el crimen entronizados en la patria; y cuando en la honda del llanto haya una lágrima por el propio pueblo cuyos hijos mueren gallardamente en el Oriente Extremo del Continente Asiático, apuntará la aurora de redención para ese pueblo ruso quien es hoy adversa la suerte de las armas. PÉREZ TRIANA Gl Padre Lachaise Polvo es el cuerpo, y con todo, tiene su religión, la religión de la tum ba; tiene su templo, el panteón; tiene su altar, el sepulcro; tiene sus peregri.
nos, los deudos, los amigos de los muertos. Yo gusto de ese peregrinaje: un paseo en el cementerio es una lección profunda de sabiduría. Alli voy, amigo; allí encuentro al género hamano reunido, nivelado, en gobernación perfecta: silenciosos, obedientes y ordenados todos; los que amaron: Abelardo Eloisa. Los que fneron opulentos: Casimiro Périer, Laffitte. los que can tivaron el mundo con su genio: Moliére, Racine; los que le deleitaron con el arte: Rachel, Talma; los que padecieron: Eloisa otra vez y todos los de.
más; porque el dolor es semilla del corazón, dote de la especie humana, al cual no es posible renunciar ni en medio de las riquezas, cuyas voces no se deja de oír ni al estrucado de la música que nos hace bailar furiosos. Ora alees el harapo del mendigo, ora el púrpuren manto del potentato, allí verás en el centro del hombre un punto negro, que se dilata y se distrae según los vaivenes de la suerte. Pregunta al rey, señor de pueblos, que vive mandan.
do y gozando banderas desplegadas, obedecido de sus súbditos, amado por sus queridas, respetado por otros principes, fuerte en poder, ilustre de nombre, euántos días ha sido feliz en toda tu vida, y te responderá: Catorce!
Pregunta a la mujer hermosa, que ha dominado en los corazones, ha hecho víctimas y esclavos, harta de riquezas y de pompa, contoneándose como un orgulloso cisne; pregúntale cuántos días ha sido verdaderamente dichosa, y te responderá: Cuatro! Los demás son de la inquietud, de la zozobra, de los temores, de los celos, del arrepentimiento, de las ambiciones, de la cólera, de la envidia, de las amarguras, del fastidio, del odio, y la mayor parte de las enfermedades y el sueño. Con que, senántos días se vive? Con que, viviendo, a cuántos días gozamos de felicidad acendrada? Grande, antigua y triste afirmación: nadie puede llamarse feliz sino el día de la muerte.
JUAN MONTALVO 682
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