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LA CAMPAÑA ANTI TUBERCULOSA VACUNACIÓN DE LOS RECIEN NACIDOS El amor recomendado por Dios la humanidad desde la cumbre del sacrosanto Sinaí, y el de sí mismo, que según Zapater impone al hombre el ineludible deber de obrar bien, haciéndose digno del aprecio de sus semejantes, son, no dudarlo, los móviles que han guindo al ilustre sabio von Be.
hring para que se dedicara al estudio de la interesante tesis que nos ocupa, labor que presentó hace muy poco a la prestigiosa Sociedad de Medicina in terna de la capital de Austria a propósito de la lucha contra la tuberculosis, que hoy con justificados motivos tanto preocupa en los pueblos civilizados.
Én los momentos en que la boga por los sanatorios comienza a apagar un tanto sus fuegos, y ser reemplazada por cierto grado de esceptisismo, no deja de tener notorio valor, el que aparezea uno de los representantes más autorizados de la ciencia, haciendo entrever la posibilidad de conferir los seres que nacen la inmunidad visavis del vacilo de Koch, lo que tiende a exter.
minar la tuberculosis, temible azote de los sociedades contemporáneas.
El respetable facultativo que con notoriedad ejerce en la urbe corte del emperador Francisco José, ensayo primero, aunque sin resultados, inmunizar a los animales por medio de los productos inertes extraídos de los microorganismos engendradores la tisis, con suero de los irracionales saturados de esas materias, y como resultaron todos negativos, acabó por adoptar el método al que dió el nombre de Jenerización y que consiste en inyectar el mismo virus que provoca la enfermedad en cuestión, modificado de modo, que su empleo sistemático fuera completamente inofensivo para el sujeto sometido a la inmunización, lo que en realidad constituye el sistema de las vacunaciones pasterianas por medio de los virus atenuados.
Ha reconocido el distinguido profesor de Viena, después de varios en sayos, que la inmunización de los vovídeos contra la tuberculosis puede obtenerse con diferentes bacilos atenuados de la tuberculosis de esos mismos animales, de igual manera que los de origen humano, prefiriendo un tipo de este último, que él entretiene en su laboratorio desde hace ocho años en cultivos artificiales, el que ha perdido mucho de su virulencia primitiva en virtud de la causa manifestada.
Con el fin de que la inoculación sea lo más inofensiva posible, el autor del procedimiento ha perfeccionado últimamente su técnica, practicando la inoculación en dos tiempos y usa el cultivo de la tuberculosis humana sobre suero glicerinado puro desecado en el vacío la temperatura ordinaria.
La primera sección comprende la inyección intra venosa de gr. 004 milgr. del cultivo desecado; la segunda inoculación no se realiza hasta pasado un mes de la efectuada antes, entonces se inyecta de igual manera en la yugu.
lar gr. 01 centigr. del mismo cultivo pero fresco, triturado con cuidado y diluido convenientemente.
La primera vacunación no origina ningún efecto visible en los animales sanos, al paso que en aquellos que se encuentran bajo el influjo de una lesión tuberculosa, provoca una reacción febril intensa muy marcada.
Transcurrido año y medio de la inoculación con bacilos de la tuberculosis, fueron sacrificados varios animales de los iamunizados después de haber estado expuestos contraer la tuberculosis espontánea, causa de su permanencia constante entre bovídeos atacados de tisis; pues bien, al efectuar la autopsia de los inmunes, no se encontró nunca lesiones tuberculosas; lo que igualmente ocurrió en la necropsia de gran número de vovídeos, inmunizados en la práctica rural, en condiciones de medio muy distintas.
Algo más, la prueba de la tuberculina, dió en los mamíferos vacunados, resultados negativos un año después de la vacunación, al paso que en 706

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