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enormes tas, un poco baba pesada polvo blanco comenllegados, se 25 dos, mostrándoles al mismo tiempo la señal de la cruz con la mano, como invitándoles la oración. No se sabe lo que pasó entonces en el alma de los rudos militares, esa alma de calabozo en donde sólo tienen eco los llamados de la muerte! Sinembargo, se pusieron en pié hicieron con sus manos huesudas el signo de la cruz.
Pero al mismo tiempo se oyó el estrépito repentino del trueno, cuyo eco resonó largamente en las concavidades de la iglesia. Los cuatro hombres se volvieron ver, como interrogándose.
Es la tormenta, dijo el cura. No replicó el primer húsar: es el Emperador! los otros dos jinetes movieron pausadamente sus cabezas en signo de aprobación. el cura terminó. Comed.
Con sus puños de acero, zaron entonces partir grandes pedazos de pan y devorar durante una hora las viandas, con tal ruido de quijadas, que Una vista en la ciudad de Alajuela (C. haberlos oído sin Fot. Rudin verlos, cualquiera los habría tomado por tres leones! cuando hubieron engullido hiasta las migas y escanciado varias garrafas de vino, se levantaron y se pusieron sacudirse el uniforme con palmadas tan naturales, que cada una de ellas hubiera podido muy bien derribar un hombre.
Uno de ellos, en son de agradecimiento, dijo al cura. Ha sido una feliz casualidad que hayamos visto su casuch. No hableis de casualidad, replicó el sacerdote: fué Dios quien os trajo aquí. como los soldados parecían no comprenderle, el cura preguntó al primero. No cree Ud, en Dios, hijo mío?
El interpelado miró sus camaradas, como pidiendo auxilio. Por fin se resolvió a contestar. Sí, sí; yo recuerdo que mi buena madre me habló de eso hace mucho tiempo, cuando hice mi primera comunión.
El cura se dirigió entonces al segundo: LY Ud. hijo mío, cree en Dios Todopoderoso? lo cual contestó el aludido. Lo único que sé, es que todo eso forma parte de la familia del Emperador. Este es el segundo hijo de Dios. El primero se llamó Jesús, 787 rio, cultivado sus botas en iluz pequeña humana comlo militar, eseadas.
Este les hizo. Soberbios, usadamente, le caracteriza oturón de su se pusieron a nesa algo que ración fuerte los solda

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