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Quer En Mi gia. el es Lord Byron. se robó un Con u tos análogos, Sabe digno marco de la rosa.
Que el tiene el do se le estrecha El afe tiene el ardo la duración.
El poe sólo él es su sólo es dado sublime que Mortal de los seres inspiraciones vida intensa que sea su an ma de instinto de que mi felicidad terrrestre, no la podrá realizar sino un hombre de condiciones raras, como las mías.
El vate de Kaunitz detuvo un momento su relación, encendió nuevavamente su pipa, que se le había apagado en el curso del relato, y prosigió tranquilo, con aquella intensa languidez de su voz, que tanto impresionaba. No sin una sincera emoción, recapacité un momento, como para llamar en mi auxilio todos los recursos de mi espíritu, y por fin repliqué tan inesperado interrogatorio. Como Ud. lu sabe ya, encantadora niña, soy un letrado, un vate, lo que generalmente llaman hoy, un intelectual.
Todo hombre de pensamiento se pasa en una febril actividad interna; su verdadera existencia se desarrolla dentro de sí.
Vive en una perpetua observación de la Naturaleza, toma de cada cosa lo que hay más esencial en ella, entra en el laboratorio de su propio ser, y así llega al conocimiento de las leyes secretas de la Creación.
Los matices más vaporosos de los afectos, el lenguaje ininteligible de las cosas muertas, las pequeñas causas generadoras de grandes efectos, él las conoce.
Esa es la explicación de por qué solalamente el artista, el hombre intelectual, es susceptible de inspirar. y también de sentir. el glorioso, el soberano amor; porque él solamente es capaz de comprender las inefables armonías de lo Bello, de lo Verdadero y lo Sublime. Los ejemplos se agolpan mi mente, niña incomparable.
Uno de los más preciados trofesos del triunfo glorioso de Alejandro el Grande contra las huestes de Darío III, fué la seducción de la bellísima hija del Asia que se llamó Campaspe. queriendo conservar de esa beldad una imagen exacta, la puso desnuda delante de Apeles, para que Fot. Paynter copiase sus perfecciones. Pero la belleza de aquella eva divina impresionó tanto al artista, que se puso trémulo, un frío sudor humedeció su rostro, palideció como si fuese morir, y no pudo hacer la copia. ved lo que uno de los más pujantes intelectuales que haya visto la Historia escribía su amada, en momentos en que se jugaba su destino.
En vísperas de Castiglione, cuando la destrucción del pequeño ejército del General Bonaparte parecía inevitable, cuando por la primera vez ese genio de la fuerza y de la fortuna tuvo desconfianza de sí mismo, ved, repito, lo que escribía Josefina: Ah! déjame, por Dios. ver alguno de tus defectos: sé menos «bella, menos graciosa, menos dulce, nenos buena! Sobre todo, no llores nunca: tus lágrimas me hacen perder la razón y me queman la sangre. Ven cuanto antes mi lado, para que, por lo menos, antes de morir poda mos decirnos, contando los días: Fuímos felices tantas horas. des«pués. Cuando me siento punto de maldecir la vida, me pongo la mano «sobre el corazón, en donde palpita tu retrato: lo contemplo, y entonces el «amor que siento se torna para mí en felicidad absoluta, durante el tiempo «que permanezco lejos de mi amiga. Fot. Paynter Bros.
Entra misterioso y de mi próxim 836

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