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felicidad! Poder ostentar aquel puntito blanco, como una valiosa joya, ant los amigos de la casa!
Ya tiene un diente, luego tendrá un amigo, después una novia. Lueg cosechará distinciones, irá colgando de su nombre, uno uno, todos lo triunfos de su vida. Cuando los dientes hayan caído, quizás la soledad de si boca sea hermana de la triste soledad de su corazón.
en al qu Ten Ajá, ya dió su primer paso vacilante y medroso. Mirándolo sonreir de su victoria, me entusiasmo y me apeno. Parece un hombre; ya dejó de ser el pobre animalito que se arrastraba hace unas horas.
Al verlo avanzar resueltamente por el cuarto, me parece un esfuerzo en marcha, que va recoger el progreso de los hombres en el punto en que una generación lo ha abandonado para tenderse dormir su último sueño, y llevarlo hacia adelante, siempre hacia adelante. Pienso después con el corazón oprimido por la congoja, que va al encuentro del dolor. es tan duro ese encuentro. Nó.
Tamb Quien sienta anegado el corazón por la amargura y arder en los labios, como una ascua, la maldición contra la vida, que bese la boquita de un niño siempre fresca, siempre sonrosada.
Los niños alientan y refrescan, rejuEl primer paso venecen y consuelan. Suavizan las asperezas de la familia y son un lazo que acerca las voluntades que el odio ha separado. Para deponer todo rigor con tra las indignidades de los hombres, no hay sino imaginarlos rodeados sus niños en un rincón cualquiera de su hogar.
Yo os amo, delicadas flores de sentimiento y de alegría que llenáis perfume los hogares! Yo os adoro, tiernas y dulces avecitas que saludáis aurora con la divina canción de la sonrisa. JOSÉ MARÍA ZELEDÓN con de tu y te al con SEÑOR DON PRÓSPERO CALDERÓN Director de la Revista Páginas Ilustradas.
Muy estimado señor mío: San José, Costa Rica. América Central La Biblioteca Universitaria de Granada, España, ha recibido del año de sus notables Páginas Ilustradas, hasta el número 21, faltando los núme ros á 4, á 11 inclusives, y el 14, 14 y 18, que mediante la cortés invita ción del Director de ese Museo, me apresuro reclamarle, rogándole que cese de remitirnos esa interesante publicación, cuyo regalo le agradecemo mucho. Siempre su afmo.
El Jefe de la Biblioteca, GUILLÉN ROBLES

    José María ZeledónSpain
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