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CRONICA DEL BAILE une 14 de setiembre de 1905 rast Después de las arideces de la política, que como sol abrazador calentaba campos y levantaba polvaredas de pasiones encendidas entre los diferentes bandos políticos, llega hoy el día de la patria, trayendo entre los albores de la mañana, la blanca paz, la misma paz que vieron nuestros antepasados hace ya unos ochenta y cuatro años, al aparecer la aurora de este bendito día, en que nuestra madre patria, la invicta España, concedía, bien que por la fuerza, la independencia de sus hijas, las florecientes repúblicas centroamericanas, y la libertad de la América latina.
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en el errab Somos los socerdotes de la Belleza; en su altar y ante su ídolo, inclinamos respetuosos nuestras frentes, le ofrendamos nuestras simpatías y levantamos, cual hostias blancas, nuestras amiguitas que así lo merezcan, ya sea por sus gracias por sus virtudes. Nuestro entusiasmo brota ardiente al contemplar unos ojos negros, azules; nuestro espíritu se recrea admirando las formas esculturales y nuestra retina se impresiona agradablemente, viendo desfilar ante nuestros ojos, los colores de los trajes bañados en un océano de luz.
El baile no estuvo tan concurrido como lo hubiéramos deseado.
debido sin duda al poco tiempo de que pudieron disponer nuestras bellas, para presentarse en el elegante torneo, para el cual habían sido invitadas por la comisión de caballeros que formaban el Comité, pero siempre fué un éxito.
El vals Poupée, como galante caballero, nos presentó esa noche Isabel de la Guardia vestida con mucha elegancia y Chabelita Montealegre, bianco vestita, modesta como blanca violeta.
María Luisa Bonilla, de belleza ideal y alma ingenua.
Luisita, Felicia, Hortensia y Berta Montealegre, bellas y admiradas de todos, por su porte de reinas.
Chabelita Aragón, dans une simple, mais trés exquise toilette.
Elena Fernández, Lastenia y Marta Carranza, parisiennes raffinées.
Zara Aguilar, buena y pura, como la blanca plegaria de un niño.
Ida Prestinary y Julia Castro, dos frescas rosas, en una linda mañana de primavera.
Adriana y Claudia Carranza, dos perlas, dignas de ser estimadas en todo lo que ellas valen.
Arabela Borbón y Margarita Osborne, para quienes Sidney Jones compuso sus papeles de Geisha, Mimosa San y Miss Molly. OI Cuando y vestid desfilar sus fant sus páli ¡Oh y En la hi no me donde e los valle Oh Llamad donde el la géli hacia la llamada hacia ar 962
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