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moda la de los idem, idem, ta Conozco con unas zapa tía suya en un allá por el año armario! Pero guntarles sue Pues, y cidad!
Cójase ti adórnesele con señorita. lo de manera que para recoger a Octubre Una amiga mía, que lioy es muy rica. pero que en el tiempo de la historia que voy contar era una pelala, muy presumida, flacucha, casi una sombra, se presentó un domingo en un recreo, en el Parque Central, mostrando al público redondeces verdaderamente provocativas; y cuando más campante caminaba por las enarenadas callecillas del Parque iplaf!
se le reventó el cordón que sostenía tanta carne mentirosa y cayó al suelo un montón informe de ropa. Allí liabía de todo: fustanes, camisas de dormir, uos calzones de flanela, una colcha, unas mantillas y un par de escarpines, que probablemente venían allí de intrusos. Aquella niña quedó tan chu padu como una bomba de luule sin aire.
Recuerdo de otra, muy simpática por cierto, a la que Natura negó carnes, que solía pasearse por las principales calles de San José provocando medio inundo con una corrección de curvas y contracurvas que daban el opio. Un día de tantos la mala suerte dió al traste con tanta liermosura: al pasar por la esquina del liotel Chaves. lace poco Guardia etc. Quelquejeu. la adorable niña dejó caer, sin sentirlo, todo un museo de pluinas de aves de corral! Durante un trayecto de doscientas varas fue dejando en el suelo aquella niña tuna tupida, suave y multicolor alfombra de plumas! Qué liabía pasado? Poca cosa: la rotura inesperada de una hermosísima almoliada de cana de inatrimonio que llevaba manera de tontillo. Hoy en día las modas en boga son muy curiosas y muy.
higadosas, como diría una de nuestras señoritas. yo, por mi parte, digo que una de ellas es hasta criminal, por ser antihigiénica. La policía debía prohibirla toda costa. Les parece listedes poca cosa que, cuando más tranquilo ya uno por la calle, pensando en el porrerir risueño en la risueña novia, venga lina señora una señorita. que para el caso es igual. y sin decirle: Con permiso de usted! le introduzca en un pie todo un punzón afilado que lo obliga a poner el grito en el cielo? Claro que no! si se da usted averiguar la razón por la que se le hiere tan alevosamente y sobre seguro, se encuentra con que la dama, autora de Seinejante atentado, le dice. caballero: siento infinito haberle pisado un callo! Usted perdone! se marcha tan campante. Vuelve usted la vista lacia el arma homicida y si no se tiene de algo de alguien, se desplomna sin sentido. Qué es lo que usted ha visto? Pues una bota una zapatilla que lleva de tacón algo así como un cincel ui cuchillo de zapatería! Yande usted, que lo lleven (esto es lo más seguro) casa del inédico, y de allí su casa bien al hospital, en donde si le va como un quebrado, apenas le liarán la amputación del pie, porque la liabido personas quienes le lian amputado la vida. Pero, qué quiere usted; es la moda del día: que las mujeres an den con zancos en los talones! les aseguro ustedes que hay algunos de esos tacones muy enconosos. Los de nii suegra, por ejemplo, la cual, donde los pone no vuelve crecer la yerba. Los pies de esta señora deben de ser hermanos de los del caballo de Atila. si les aseguro ustedes que ya las cocineras pisan alto también, no les cogerá de sorpresa.
La chichigua que tenemos en casa se hace ella misma con semillas de aguacate los tacones zancos de sus zapatos. Menos mal que no son tan dañinos como los de palo o de cuero. agreguen ustedes tan bárbara «Huye cc en el extranjer «Si no te amparada: y el extranjera. Una blar las tiernas flor Un joven luurtadillas de Anduviei mala estrella: Alzase sa viento de la tar mozo del molin Soplan Ic voz más dulces un súbito muti: 1070

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