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7 Isaias GAMBOA EN SU MUERTE Te amo desde hace días, Desde que los acentos de tu lira armoniosa Trajeron mi oído la queja rumorosa De tus melancolías.
Te amo desde hace días, Te amo porque las notas de tu plectro doliente Resuenan en mi pecho tranquila y dulcemente Con tristes melodías; porque tus cantares Cual pájaros hermosos que nadie vio cautivos, Llevaron en sus vuelos errantes, fugitivos, través de los mares, Ideas luminosas que elevan, que redimen las almas enfermas, las almas que gimen En sus hondos pesares.
Me dicen que has caído En regiones distantes, sobre tu limpio escudo; Que la muerte implacable oponerse no pudo Tu espíritu garrido, te lloro con llanto cariñoso y sincero, te lloro con llanto de pesar verdadero De dolor bien sentido.
Al saber que has caído, Te digo adiós en estas fúnebres armonías Que remedan la queja de tus melancolías.
Agosto de 1904 JOSÉ MARÍA ZELEDÓN La violeta vencedora del cáncer No satisfecha la violeta con ser el emblema de la modestia, acaba de conquistar brillante puesto entre las plantas medicinales.
Tal es el resultado de experiencias realizadas, hace poco, en Londres, y de las cuales da cuenta la importante revista inglesa Lancet. Tuvieron ellas por pun o de partida el hecho siguiente: Un individuo de 54 años de edad, enfermo de cáncer en la garganta, fue examinado el año último por tres médicos, quienes aconsejaron al paciente la operación consabida.
No decidiéndose el enfermó dejarse operar, recurrió una curandera.
Ordenóle ésta que hiciera macerar en agua, durante 24 horas, hojas de violeta, cociendo luego el líquido y dividiéndolo en dos partes iguales, una para tomar al interior y otra para aplicar compresas, renovadas frecuentemente, sobre la garganta, la altura de la úlcera interna.
Después de seguir este régimen durante dos meses, el enfermo estaba completamente curado, con sorpresa del médico de cabecera, el Doctor Gordón, quien se ha apresurado poner el caso en conocimiento de la Academia de Me.
dicina de Londres.
Como consecuencia de ello, el tratamiento del cáncer, por la decocción de la violeta, está siendo ensayada en diversas clínicas londinenses, observándose notable mejoría en los enfermos.
Es éste un descubrimiento importante, pues el cáncer hace, por desgracia, progresos aterradores en todos los países.
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