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Ningún ingenio americano ha amado París con pasión tan ciega y fatal como el delicioso poeta de las RIMAS BIZANTINAS.
Allá fué todavía adolescente, con el corazón lleno de músicas y el cerebro de versos. Allá fué, deslumbrado por un efímero relámpago de gloria. Lucho, sufrió, vivió muchos años en el seno de la traidora amante, siempre pálido de hambre y de miseria. vencido fué morir la cama de un hospital, con la visión de su esperanza en sus ojos inconso.
lables.
No cantó en su última hora el poema de la muerte; pero sobre su rostro inmóvil se dibujó una sonrisa de ironía profunda.
FROILÁN TURCIOS En Bohemia ha existido una República de mujeres, que duró siete años. He aquí cómo se instauró. la muerte de Crocus, su hija Libussa, designada para sucederle, creyó necesario rodearse de una guardia femenina, cuyo mando entregó su íntima amiga Wlasta, Obligada por su pueblo casarse, Libussa eligió un propietario de rebaños, llamado Pizemyste, quien dejó viudo en 735.
El primer pensamiento del viudo fué desembarazarse de la milicia femenina; pero Wlasta, que supo a tiempo tales proyectos, se retiró con sus compañeras al monte Widowli, cerca de Praga, y allí se apoderó de un castillo, arrojando de él sus habitantes.
Este acto de valor la proporcionó muchos partidarios.
En un vastísimo campo próximo al castillo se ejercitaban para la matanza las amazonas de Wlasta, extendiendo después sus ansias guerreras los alrrededores, en los que causaban verdaderos estragos.
Comprendiendo que los hombres eran absolutamente necesarios para perpetuar la raza, Wlasta y sus consejeras acordaron que se les dejase vivir, pero cortándoles, de pequeñitos, el pulgar de la mano derecha y arrancándoles el ojo derecho, para que nunca pudiesen manejar el sable ni el arco. Al mismo tiempo decidieron que se quemase el pecho derecho todas las niñas, para que el manejo de las armas les fuese más cómodo y fácil.
Con estas leyes se las prometían muy felices las republicanas del monte Widowli; pero Przemysle se cansó un día de semejante vecindad y al frente de sus soldados, arrasó el campamento mujeril.
Wlasta vió su ejército deshecho y murió queriendo rse En París hay una academia de lenguas vivas orientales, cuya enseñanza es enteramente gratuita.
Se puede aprender allí las siguientes: árabe literario, árabe vulgar, armenia, persa, turca, japonesa, abisinia, griega moderna, rumana, rusa, indostánica, tamula, annamita, china, siamesa, malasia y seis dialectos sudaneses.
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