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HERMOSA FIESTA jades Ten dadera tan Calderón, e cónsul de la intelectualidad costarricense, pobre de suyo, podía formar un corazón tan bien intencionado como el que el muy estimable señor Grenas abriga.
El sábado io del corriente, y en el Hotel Imperial, de excelente historia en el arte culinario, hubo de verificarse, en efecto, el banquete galantemente ofrecido por el señor Gre nas i su compatriota ilustre, el inspirado au tor de cien composiciones que compiten en grandilocuencia lirica y en altura de pensamiento. Conforme fué su propósito, el señor Greñas quiso reunir esa tarde en torno de Flórez, todos los intelectuales de Costa Rica, pero dió la desgracia de que no todos pudiesen Curresponder a su amable y oportuna invitación. Halláronse en la fiesta aludida los caballeros siguientes: Justo Facio Alejandro Alvarado Luis de Castro, Cónsul General de Colombia Roberto Brenes Mesén. Ramón Zelaya Manuel González Zeledón. Marciano Acosta, Redactor de El Derecho. Próspero Director de. Páginas Nustradas Acosta. Gerardo Echeverría y Aguilar El Mundo. Bri: ceño, Director de El Noticiero Félix Mata Valle Agustín Luján Jenaro Card sé María Zeledón Rafael Angel Troyo. Joaquín García Director. Alfredo de La Prensa Libres. Lisímaco ChavarriaGreñas, Diretor Carlos Orozco Castro. Manuel Serrano Arturo Torres, Administrador de La Prensa Libre. Juan Maria Murillo.
Dejaron de asistir, muy a pesar suyo: Antonio Zambrana Rafael Machado Jáu.
regui. Ricardo Fernández Guardia. Ramón Matías Quesada José María Alfaro CooperGuillermo Vargas Luis Flores. Aquileo Echeverria Ernesto Martin Eduardo Calsamiglia. Fabio Baudrit Tobias túlar Luis Anderson. Anastasio AlfaroClaudio González Rucavado Salomón Castro. Rafael Villegas. Domingo Monge Rojas Francisco Víquez.
Debemos decir, con todo, que estos últimos caballeros manifestaron viva y sincera contrariedad por no haber podido asistir a la fiesta que en honor de Flórez se verificaba y aua rogaron con encarecimiento que en ella se les tuviera como presentes. manifestación con que acreditaban su deseo de contribuir, si.
quiera de lejos, al homenaje que el grupo intelectual le rendía al poeta eminente y huésped simpático. No nos detendremos en desCardona JoLa llegada del poeta colombiano Julio Flórez es un acontecimiento que ha venido despertar San José de la somnolencia social en que dormita duranta la época de verano, como que es en esta época de claridad radiosa cuando las familias, manera de aves empu las por el viento que sopla con furia. se lanzan saborear en aldeas y caseríos los place res y diversiones del género bucólico, que el poeta de Mantua.
No se distingue la verdad San José por sn amor las letras y, menos, la presia; pe.
ro, prosaica y todo, ella sigue siempre con admiración, magüer de lejos, los hombres de otras partes en cuya frente pone el talento una aureola. Sépalo, pues, Julio Flórez: el púllico josefino, descendiente por linea recta de Sancho Panza, lo ha señ señalado con el dedo al nascost opos, Ese es. luego, ha conversa.
la calle y ha ey ha dicho, siguiéndolo do sobre él en los corrillos de esquina; todo lo cual es aquí, como en todos los países, una manera de menos al homenaje. y no, ciertamente, la porque es sin duda alguna ajena á todo interés.
Pero la venida de Julio Flórez ha puesto en crisis de conmoción, y no podia ser de otro modo, al de los intdectuales costarricenses, y enurendase que llamamos intelectuales, siguiendo en esto la usanya latinoameride origen francés, los caballeros que en cultivar las letras se se entretienen, siquiera sea, como como se decía antes, en las horas de ocio, porque estaría aquí en potencia propincua perecer de hambre quien por oficio únicamente las cultivara.
Decíamos, pues, que para los intelectuales ticos la venida de Flórez fué un llamamiento al palenqu: de las letras, en donde él naturalmente comparecía lo gran señor y como en terreno propio. Creemos en que ningún cultivador de las letras, joven 6 viejo, se ha quedado sin saludar y sin rendir pleitohomenaje, cono es de vasallos nobles y res.
petuosos, este príncipe de la poesía americana que deja por un momento el castillo en cantado en que vive, sobre la cumbre riscosa de los Andes, para bajar confundirse amablemente con sus pecheros.
Pero eso sin duda no era bastante, y don Alfredo Greñas, digno director propietario de La Prensa Libre, tuvo, por lo que a él to.
ca, una loable, y fué ofrecer Flórez un banquete cuya suntuosa mesa de.
bian sentarse todos los costarricenses un poco excéntricos que cultivan el saber como para colocar la figura insigne del poeta en un marco, inferior sin duda su mérito, pero que, en todo caso, era el más valioso que con cana, de La Ria verdad Zuñiga Mon inspiración 1302

    Roberto Brenes Mesén
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