Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Victor Hugo y Lessops Con motivo del nombramiento de León Bonnat para Director de la Escuela de Bellas Artes de París, han estado saliende luz las anécdotas que refiere ese célebre pintor, que por espacio de treinta años ha visto sentarse, frente a su caballete, presidentes, ministros, sabios, literatos, artistas, todo, en fin, lo que ha habido más notable en Francia, durante ese lapso, pues puede considerarsele como el retratista oficial, mejor, nacional, de los grandes hombres franceses.
Entre otras cosas cuenta Brisson que el sueño dorado de Bonnat era retratar Víctor Hugo, quien idolatraba. Así es que cuando el gran poeta se liizo conducir al estudio del pintor para ser retratado, éste se llenó de entusiasmo y dió orden de que durante sus sesiones no se permitiese nadie la entrada y que al efecto se cerrase rigurosamente la puerta. Un día, sin embargo, fué forzada. Bonnat oyó en la antecámara un ruido de disputas tempestuosas. Fué ver cuál era la causa de esta agitación, dispuesto a despedir al criado que había faltado su consigna; pero la calidad del visitante le hizo arrear bandera. Era Fernando de Lesseps.
Estoy muy ocupado, le dijo. Sí, sí, no os detendré más que un minuto. Excusadme. No es posible dejar Víctor Hugo en el taller. Víctor Hugo está aquí? no lo habíais dicho. Vanamente trató Bonnat de cerrar el paso al intruso. Nadie resistía Lesseps.
Víctor Hugo, de pie en su postura favorita, vió llegar al que se denominaba el Gran Francés. No se movió; continuó impasible, oyendo las palabras doradas que el amable Lesseps le dirigió. No le respondió más que con un imperceptible movimiento de cabeza. El silencio se hizo molesto. Bonnat estaba en el suplicio. Por fin Lesseps se retiró, y el pintor prosiguió su trabajo. Pensaba para sí, manejando sus pinceles. Evidentemente Víctor Hugo no pasa Mr. de Lesseps. Y cediendo a la curiosidad murmuró. Cómo juzgará el porvenir Mr. de Lesseps?
Con gran sorpresa suya Víctor Hugo se hizo cargo de esta interrogación indirecta y respondió. Fernando de Lesseps no es solainente un hombre notable, sino uno de los dos o tres benefactores de la Humanidad. Hé ahí lo que dirá el porvenir.
Bonnat continuó su trabajo, pensando que Víctor Hugo había sido demasiado desdeñoso incivil para con un benefactor de la Humanidad. supuso que la política no era extraña esta actitud. Lesseps, añadió. no era paciente por las mujeres de Napoleon III?
De nuevo la voz augusta, la voz soberana respondió. Fernando de Lessepe no tendrá por parientes en la Historia, más que Galileo y Cristóbal Colón.
La conversación no fué más adelante. León Bonnat renunció sondear los repliegues del alma de Víctor Hugo, y cuando éste hubo partido, continuo pensando en aquel extraño incidente. Mi única interpretación, concluye Bonnat. y que no vale gran cosa, es la siguiente: Víctor Hugo es el Verbo: Lesseps es la Acción.
Imagino que Victor Hugo ha querido afirmar la supremacía del hombre que piensa sobre el hombre que obra: enseñar Lesseps que había diferencia entre sus dos genios y que se reservaba el rango superior.
Este documento no posee notas.