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En Gethsemaní Para Páginas Blustradas Alla tras de Bethsaida, Su fiesta de arrebol la tarde exbibe; En el aire lentiscos y arrayanes El dulce aroma de su flor deslien. y va Jestis. y entonces Su verb hech fulgores deja oirse, el santo de Salem sus oyentes Subyuga con la voz, y así les dice. esos descarriados Que van sin luz por la existencia, tristes, solos verrabundos, como ciegos.
Ansiando un lazarillo que les guie, esos que en el ponto Del pecado naufragan como esquifes.
Les daré mi enseñanza que convence, Les daré mi consejo que redime; Mas aquellos rebeldes Que mi ejemple evangélico no siguen, Les lanzaré la frente mi protesta Que hiere como azute irresistibleLas auras no retozan callan su canción los colibries, ruedan de sus plintos, en fragmentos, Los idolos que adoran los gentiles.
Las grandes franjas de oro sus orlas de nácar y rubies, La tarde moribunda desvanece Del hrizonte en lus remotos lindes. aquella muchedumbre Que al divin Pueta, absorta sigue, Ve brotar de los labius del Maestro Hechas luz, las parábolas sublimes!
LISÍMACO CHAVARRÍA.
Jesús atado la columna JESUS la dulce niña Rosarito Rosabal Pars Páginas Ilustradas TI Si no existió Jesus, si es fantasía Que la leyenda condenso, la historia De ese hombre singular que en luz de gloria Baña nuestra existencia todavía. Qué bello símbolo es, cuánta energia, Qué refrescante brisa de victoria Derrama con amor sobre la escoria De nuestra pertinaz melancolia. Imagen es del pensamiento, avanza Con paso triunfador que siembra y crea. si la cumbre del Tabor alcanza, El verbo palpitante de la idea, Como emblema de amor y de esperanza Sobre la cruz de su martirio ondea.
Oh magnifico sol de Galilea Que del Calvario sus reflejos lanza, enciende el luminar de la confianza En el alma que duda y tambalea.
Eres calor dulcísimo que orea El hielo abrumador de la venganza Que pone en nuestras manos una lanza En esta, del dolor ruda pelea. No fué infecunda, pues no fué ilusoria, Tu sana y racional filosofia Que ha quedado triunfante en la memoria De los hombres; tu heroica rebeldía Nos lleva, como estrella migratoria, Hacia el nacimiento ideal de la amargura.
JOSÉ MARÍA ZELEDO 1416

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