SRA. VOCK. Cojo uno de estos cómodos sillones, me pongo los anteojos y rezo mis oraciones. Hace calor allí afuera?
JUAN. Si, mamá (levanta la vista. Qué libros son ésos?
SRA. Vock. La Voz del Corazón de Lavater y este otro son Las hojas de laurel de Gerock. Aquél era un hombre. Dió bastante que hacer tus sabios (roder con su brazo el cuello de Juan. Cómo estás? Siempre fastidiándote?
JUAN (distraido. No, mamá.
SRA, VOCK. Te agrada la dignidad paterna?
JUAN (distraido. Como siempre. muy contento.
SRA. Vock. lo abrasa. trata de ser un poco más creyente. Hazlo por amor tu pobre mamacita. Ese viejo Haeckel y aquel otro ignorante de Darwin tienen la culpa de tu infelicidad Hazlo por amor tu mamá que no desea otra cosa que tu dicha.
JUAN ustedes creen que la fe viene asi no más?
SRA. Vock. Basta creer un poquito. Debes hacer la prueba luego me dirás (se va la veranda, lleva una silla y se sienta leer. Tuan continúa su lectura. Entra Catalina con una carta en la mano. CATA. leyendo. Una carta de tu banquero.
JUAN. No tengo tiempo en este momento.
CATA. Pregunta si debe vender.
JUAN. No me digas nada de eso, por caridad.
CATA. Pero es un asunto importantísimo, Juan.
JUAN (con vehemencia. Esto! Esto. golpea con la mano el manuscrito. Esto es todavía más importante!
CATA. Está bien (resignada. pero mañana no tendremos dinero.
JUAN (con vehemencia. No, Catalina, no hemos sido hechos el uno para el otro. luego se admiran ustedes de que yo no esté tranquilo! Si llego tener un poco de paz. inmediatamante. vienes tú y. adiós tranquilidad. CATA. No he hecho más que traerte la carta.
JUAN. Precisamente. Eso prueba tu absoluta falta de consideración.
Ha llegado una carta. Está bien Me lo avisas. Cosa natural Pero, no piensas, mujer, que con eso puedes haberme roto toda una serie de pensamientos que con mucha fatiga había logrado conseguir. No piensas en eso, no se te ocurre nunca que puede suceder?
CATA. Pero creo que también deben considerarse lo práctico y lo positivo.
JUAN. yo te digo que mi trabajo está por encima de todo. Ayúdame un poco, si puedes; y si no puedes, por lo menos no me vengas distraer con lo positivo y lo práctico. Eso puedes tú disponerlo.
CATA. No puedo hacerme responsable JUAN. Eso es. Con tal de no tener responsabilidad. con tal de no seguir una decisión tomada por ti misma. Siempre dependiente. No es eso hacerse esclavo de los demás?
CATA. No quieres decidir, Juan?
JUAN. No puedo, no puedo ahora.
CATA. cuándo entonces? Cuando esté la señorita JUAN. Eso es. esconderse para hablar de intereses. Cosas de las almas pequeñas!
CATA. Si te hablara delante de la señorita, entonces, quisiera verte.
JUAN. La señorita, siempre la señorita. Déjala en paz, ella no nos molesta Ah! Catalina! cuánto me haces sufrir. siempre la cuestión 1463