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El Licenciado don Ascensión Esquivel Al terminar hoy su período de Gobierno, desciende el Licenciado Esquivel del alto puesto de Presidente de la República para confundirse entre sus conciudadanos, con la conciencia tranquila y con la satisfacción de haber trabajado con ahinco por el progreso de su patria.
Baja rodeado por el cariño y respeto de la mayoría del país, que ha sabido apreciar la integridad de su carácter, la honradez de sus procedimientos y su anhelo constante en procurar la nación la mayor tranquilidad y bienestar posibles.
Después de un gobierno que, por diversas circunstancias de la política, se vió rodeado de dificultades, el Licenciado Esquivel supo restablecer el estado apacible que caracteriza al pueblo de Costa Rica; se rodeó de los mejores elementos, ensanchó el crédito del Tesoro Público hizo ver un horizonte amplio y despejado en las diversas esferas de la vida de la nación.
Durante la campaña política de 1889, siendo el señor Esquivel candidato la Presidencia de la República, se le tildo de liberal rojo, que había de convertir las iglesias en caballerizas del Estado; y debemos confesar que jamás ha tenido la Iglesia de Costa Rica mayor cantidad de garantías y auxilios que durante el período de mando del señor Esquivel.
Su índole progresista y su laboriosidad admirables, se han manifestado llevando la instrucción pública hasta los más remotos caseríos, abriendo caminos para habilitar regiones incultas, prestando auxilio decidido todas las instituciones de beneficencia y protegiendo la agricultura y el comercio en diversas formas.
El gobierno del señor Esquivel se ha distinguido por su sencillez administrativa, recordando así los gobiernos patriarcales. como consecuencia de esa sencillez administrativa, las arcas nacionales han podido satisfacer con puntualidad sus compromisos.
No lleva el señor Esquivel su vida privada ni riquezas ni títulos que lo señalen como logrero en su vida pública.
Cuando el juicio sereno de la historia pueda apreciar en su justo valor la administración que hoy termina, entonces tendrá que señalar al Licenciado Esquivel un puesto importantísimo en la galería de los grandes servidores de la patria.
Al hacer en este día los más fervientes votos por la dicha personal del ilustre hombre público, Páginas Ilustradas le presenta el más cariñoso y atento saludo.
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