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BRAUN. Perdóneme si la interrumpo. Buenas tardes.
ANA. Se le ve usted muy poco.
BRAUN. De veras. ANA. Muchas veces he oído preguntar por usted.
BRAUN. quién. Juan seguramente no.
ANA. La señora Catalina. Pausa. BRAUN. He venido, señorita. para hablar usted. seriamente.
ANA. Usted. conmigo?
BRAUN. Sí, señorita Ana.
ANA (se levanta. Está bien. Escucho (se sienta cerca de la mesa, toma un ramo de flores y se entretiene en arreglarlo y desarreglarlo. BRAUN. Me es muy penoso hablar de esto; mejor sería dejar correr el agua si no se tratase de cosas que pueden tener muy graves consecuencias.
ANA (mirando el ramo. Qué bonito ramillete. Continúe, señor Braun.
BRAUN. Al verla tan distraída debo pensar que talvez usted no sepa de qué se trata y que ignore la gravedad de la situación (Ana sigue cantando en vos muy baja. En fin, se tiene una conciencia y no viendo otro remedio, señorita, llamo a su conciencia.
ANA (después de una pausa breve, con ligereza. Sabe usted lo que dijo León sobre la conciencia. BRAUN. No lo sé, señorita, y confieso que en este momento me importa muy poco.
ANA. Dijo que es un animal maligno el cual facilita al hombre las armas contra sí mismo. Pero. continúe, señor, escucho.
BRAUN. Es claro como la luz del día. Es imposible que no vea usted que se trata de la vida de la muerte de una familia entera. Me parece que una sola mirada a la señora Catalina quita toda duda al respecto ANA (seria. Se trata de eso?. adelante.
BRAUN. Sí, de eso, de sus relaciones con Juan.
ANA (enojada. Señor Braun! Le he escuchado porque creí de mi deber escuchar a un amigo de mi amigo; pero ahora lo que usted añada, lo oirá el viento. Braun duda un momento, luego se vuelve, toma su sombrero y su gabán y se aleja con la fisonomía de un hombre que ha hecho lo posible y ve la inutilidad de sus tentativas. Cuando sale, Ana tira las flores al suelo, empiesa recorrer la estancia, luego se calma y bebe un vaso de agua. SRA. Vock. entra, mira su alrededor ansiosa, luego se acerca rápidamente Ana, se asegura que están solas. Estoy en una angustia causa de mi querido Juan. Juan es tan violento. y yo tengo una cosa que me pesa horriblemente No puedo callarla, señorita. señorita Ana (con cara suplicante)
ANA. Sé lo que usted quiere.
SRA. Vock. Ha hablado con usted el señor Braun. Ana quiere responder le que sí, le falta la vos y rompe llorar. Señorita Ana. por cariSi viene Juan ahora señorita ANA (serenándose. Ha sido un momento de debilidad. ya pasó, señora, no tema usted. Es tan doloroso para mí verme en esta situación. dad. señorita (Continuand)
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