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Apuntes Históricos sobre la Telegrafía Eléctrica Al señor don Roberto Castro Para Peipinas nastradas Es indudable, que desde los primeros tiempos, la necesidad que experimentaban los hombres de expresar sus ideas, desde el punto de vista idiomático, después de los signos y articulaciones vocales, que informan el proceso de las lenguas, esta misma necesidad, en virtud de la ley del progreso, se hizo extensiva a la trasmisión del pensamiento aun entre lejanas distancias, como se practica en la actualidad por las vibraciones eléctricas, que hacen volar la palabra hasta por casi todos los rincones del mundo civilizado.
En consecuencia de estas aspiraciones, se comunicaban las primeras sociedades por los medios ópticos y acústicos, ya levantando banderas en los campos de batalla trasmitiendo el sonido por los sistemas conocidos. Desde luego, la historia de los descubrimientos invenciones es difícil de precisar en razón de que la civilización universal es el resultado de una gestación tan laboriosa como lenta, en la serie de infinitas evoluciones.
El orgullo nacional de cada civilización por otra parte, pretende como sucede con las religiones y los sistemas, implantar como mejores invenciones y las de su propia raza, y en tanto que las siete ciudades antiguas pretendían disputarse la cuna de Homero, en los tiempos modernos cada nación proclama sus sistemas telegráficos, como los últimos progresos de la ciencia eléctrica.
Publicaba Adisson en el año 1711 el proyecto imaginario de Strada, en el cual sirviéndose de dos brújulas tocadas del mismo imán, dos individuos podrían comunicarse desde lejanos puntos, haciendo concertar las agujas imantadas sobre las mismas letras de un cuadrante esfera de reloj.
Más antes, el fénix de los ingenios, Félix Lope de Vega y Carpio, en los años 1570 1635, en una de sus comedias, decía que había llegado una noticia tan rápida como el rayo, y que quizá con el tiempo vendría con el rayo mismo; es decir como pronosticando la telegrafía eléctrica. la cita de Adisson, Inglaterra añadía otro documento valioso para la telegrafía eléctrica en el cual se decía, en febrero de 1753 que era patente que las ondas eléctricas podrían extenderse lo largo de un hilo metálico, sin debilitarse mucho por la longitud del trayecto.
Suponían un haz de alambres en número igual a las letras de alfabeto, tendidos horizontalmente entre dos lugares, guardando una pulgada de distancia unos de otros. Suponían también, y en esa época eran ya conocidas algunas propiedades de la electricidad, como la conductibilidad inconductibilidad de las corrientes. que los hilos deberían ir resguardados por sustancias aisladoras, colocando los alambres sobre pedazos de vidrio.
Una batería de bocales eléctricos, iría colocada de tal modo, que se ría fácil conectar los alambres con la misma, fin de convenir una letra para cada hilo y poder así establecer una alternabilidad de signos en la trasmisión.
1562

    England
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