Apuntes Históricos sobre la Telegrafía Eléctrica Al señor don Roberto Castro (Conclure) El año 1838 Amyot expuso ante la Academia de Ciencias de París, la ejecución de un telégrafo por medio de una corriente y de una sola aguja que debía dejar en una banda de papel las señales de trasmisión; y en 1839 Vorsselman de Heer, atendiendo a las conmociones eléctricas por medio del tacto humano, expuso un telégrafo electro fisiológico, montado sobre un teclado doble semejante al de un piano. colocado a los extremos de un conductor. En una serie de diez teclas en conección con una cinta de cobre arrollada en un extremo con un depósito de mercurio, en el que caía la extremidad metálica cuando se bajaba la tecla necesaria, cerrábase abríase el circuito, trasmitiéndose en este caso, las señales de los mensajes.
Agregaba esto Vorsselman, que por un cinturón metálico, los empleados notarían las señales de aviso. Se pueden calcular los peligros desde luego, en caso de una descarga atmosférica, aún cuando para ello se hubiesen usado guantes otros medios aisladores.
También en el año 1839 Davy, uno Señora Noemi Mollinari de Salysbury Toozes de los mejores continuadores de Morse, presentó su telégrafo, en el que la descomposición química de disoluciones salinas, dejaban en el papel receptor, las señales de los puntos y rayas combinados por Morse. En el decenio de 1840 1850 fué que empezaron perfeccionarse los sistemas telegráficos de todos los países según fueron siendo favorables los informes de las cámaras, parlamentos, gobiernos y academias. Como resultado de aquel movimiento, Wheatstone construyó en 1840 su telégrafo electro magnético de cuadrante, empleado con buen éxito en las vías férreas. Tres años después, Bain, mecánico inglés, puso la orden el telégrafo eléctrico químico gráfico impresor de la intercomunicación, el cual lleva su nombre. Casi al mismo tiempo, en el año 1844 Foy y Breguet probaron su mecanismo entre París y Ruan, el cual tuvo la aprobación del Gobierno francés en competencia con el de cuadrante de Wheastone, por el espíritu excesiva y perjudicialmente celoso de la Francia, según dice Mr.
Moncel.
Volviendo al sistema telegráfico del inventor Morse, diremos que en Norte América, es donde se acogió con mayor entusiasmo la ciencia que nos 1590