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Influencias perniciosas Para Paginas Ilustradas La felicidad más completa reinaba en casa de los señores de Mantequilla Don Apapucio y doña Eutropia no habían visto obscurecida, ni por un momento, su luna de miel saboreada continuamente con una absoluta conformidad de ideas y prolongada por el éxtasis con que contemplaban al tierno fruto de su amor, al encantador Procopito, hijo único y ejemplar de los venturosos cónyugesDespués de unas relacio.
nes honestísimas que duraron quince años, la angelical Eutropia entregó su com razón y su candor Apapucio, cuando ella acababa de cumplir los ocho lustros y él los ocho y medio.
El cielo bendijo aquella unión modelo de constancia y la feliz pareja pudo acariciar la tierna criatura que era la esperanza de su vejez, no muy remota.
Procopio se dió buena maña en crecer y ya desde sus más tiernos días demostró un talento poco común y fuera de concurso: pero también ¡ay! desde su lactancia, una fatal predisposición sufrir funestas distracciones.
Como doña Eutropia. por inexcrutables designios de la Providencia, no pudo lactar personal y amorosa mente Procopito. tuvo que encargar una mercenaria ama tan sagrada, sí que suculenta misión: y como el retoño, naturalmente, dormía con su viviente repostería, ésta despertaba muchas veces por la impresión que Señora Mariana Montealegre de García le causaban los rosaceos la Fot. Paynter Bros bios del rorro adheridos una de sus orejas, la nariz o cualquiera otra eminencia practicable, menos a las que naturalmente debía acudir la tierna criatura en sus necesidades antojos.
1593. Calderon

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