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Costa Rica que la lucha sangrienta y bárbara es, más que la desgracia de todos, el retroceso en el camino felizmente emprendido.
No puede tener perdón de Dios, diciéndolo en forma vulgar, el que instigado por cualquier motivo, por noble y justo que parezca, lance este pueblo una lucha.
Aquí se siente la paz, se respira en la atmósfera, se bebe, se come: es el alimento va propio y natural del pueblo, es la idea que inspira y guía y acompaña a todos, altos y bajos. Ya ha entrado en las costumbres, no tanto por la obra de la ley ni de la forma política. como por imposición ineludible de la realidad. el que quiera Costa Rica, haya nacido nó en su suelo, ha de probárselo no hablándole de otra cosa que Porque sí es cierto, es verdad: la paz es progreso, es orden, es justicia, es libertad: la paz es Dios.
de paz.
22 de junio de 1906.
CÉSAR NIETO La Imprenta Nacional En la última Memoria de Gobernación presentada al Congreso Constitucional, actualmente reunido, encontramos los siguientes párrafos referentes tan importante estableciemiento, en los cuales el señor Ministro dice así. Siento verdadera satisfacción al referirme este establecimiento que ha sufrido transformación completa desde que el Gobierno tomó la acertada resolución de confiarlo a la competencia y acrisolada honradez de su actual jefe don Gerardo Matamoros, quien con su severidad y con su ejemplo ha sabido desarraigar en corto tiempo, incorrecciones consagradas casi como ley por la costumbre, y poner término irregularidades que en más de una ocasión hicieron que en el Gobierno se concibiera la idea de entregarlo un particular mediante un contrato de arrendamiento que lo hiciera menos oneroso para el Estado. Sin incurrir en exagerción, puedo asegurar que la Imprenta Nacional lia entrado en un período de vida nueva, que su organización antes deficiente, se ha modificado aún en sus menores detalles, y que su régimen interior y los buenos servicios que presta, tienen al Gobierno perfectamente complacido. Severa disciplina; consagración al trabajo en todas sus dependencias; pureza en la administración de las rentas; estímulo para el operario y celo para que progrese en el arte que se dedica; actividad en el cumplimiento de las órdenes que se trasmiten, he ahí, grandes rasgos, los caracteres que distinguen hoy al establecimiento de que trato. La obra de regeneración está hecha y sólo se necesita buena voluntad para mantenerla y seguirla impulsando por la senda del perfeccionamiento.
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