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gándose por la sierra de Bernia y los montes de Puig hasta el cabo de San Martín.
Los accidentes del terreno originan numerosas vertientes que a su vez forman los ríos, algunos de cuyos nombres, balbuceados desde la infancia por el horror que produjeran sus desbordamientos inundaciones, nos son tan familiares: el Serpis, que riega los partidos de Alcoy y Cocentaina: el Algar que desciende por Callosa de Ensarría; el Villa por el término feraz de Villajoyosa; el Monnegre por Jijona, país de los turrones; el Vinalapó por Villena; y finalmente, el Segura, de amplio caudal, que vivifica la famosa huerta de Orihuela en una extensión aproximada de 40. 000 hectáreas.
El exceso de su población respecto de la superficie que ocupa.
indica claramente los hábitos de trabajo y progreso que la adornan.
Alicante. Torres de las casas consistoriales y castillos de Santa Bárbara Con una extensión de sólo 5, 660 kilómetros cuadrados, alcanza wa población absoluta de medio millón de labitantes. Corresponde, pues, la provincia, 88 Y; habitantes por kilómetro cuadrado.
En El Salvador, la República más poblada de Centro América, para una superficie de 21. 000 kilómetros, se calcula un total absoluto de.
800. 000 habitantes: esto es, 38 por kilómetro cuadrado.
La provincia de Alicante, conserva a través de los siglos, la influencia de las dos razas con quienes se mezcló en los accidentes de su existencia: la raza griega y la raza árabe.
La primera, ha dejado allí imperecederos monumentos, habiendo fundado, entre otras, la famosísima colonia de Artemisium (Denia. al de Alicante, centro hoy de un activo comercio de exportación de pasas y naranjas Inglaterra. El amor al arte, la belleza: el sentimiento de lo sublime que anima la vida de todo espíritu cultivado, es en aquella 1633

    England
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