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el título de Bachiller donde quiera que sobre tales materias se extendiese, ya que en Costa Rica no se extendía. Así lo reza el atestado.
Veinte años contaba en 1869 cuando dió cima los estudios universitarios y coronó sus esfuerzos con el lauro de Bachiller en Filosofía. no por eso descansó en siis afanes; si bien en Costa Rica no había, como no hay hoy, centros de cultura en donde poder avanzar las aspiraciones de sabio naturalista, siguió su carrera de estudiante, que siempre lo fué y en esto cifraba su orgullo, con la naturaleza por inaestra y con los libros por sus mejores y más constantes amigos.
Fue tan así, que en 1871, tratándose en la Universidad precitada de discernir la Cátedra de Física a la persona que más capacidades de sabiduría y competencia ofreciese para tan alto puesto, joven, modesto y humilde el señor Céspedes y sin otro caudal que su ciencia de bachiller que poco antes dejara las aulas y su aspiración, siempre creciente, de iluminarse iluminar, presentóse al concurso en oposición, trámite indispensable entonces, y después de lucido examen arrebató el laurel de triunfo tres competidores, hombres éllos de gran luz y sólida experiencio Se le extendió, pues, el título de «Catedrático de Física. Carácter forjado donde se forjan los temperamentos para la lucha, jamás lo apocó el obstáculo: buscó siempre lo difícil y lo domeño siempre.
Fue don Tomás Guardia. el mismo que en 27 de abril de 1870 lo obligó prestar sus servicios como telegrafista, que también lo era y quizá el primero nacional. quien reconociendo las altas virtudes y las dotes no comunes del ya ilustre joven Céspedes, lo envió por cuenta del Estado Europa en busca de un centro de cultura superior, para su espíritu insaciable. Ingresó entonces, hacia 1872 en la «Universidad Berlinense de Federico Guillermo. regida la sazón por una lumbrera del siglo, el sabio Theodoro Mommsen, en donde escuchó y aprovechó por varios años las lecciones de otros sabios de alto coturno, como Hoffmann y Kirchoff.
Vuelto a la Patria derramó desde sitiales diversos el radiante mechón de su luz; como dato auténtico y para que se aprecie la alta estima en que se le tenía, copiamos una muestra cuyo tenor literal dice. Nº 13.
Secretaría de la Universidad de San José. Abril 30 de 1884. Señor Licenciado don Juan de Dios Céspedes. Señor: La Dirección de Estudios de la Universidad de Santo Tomás, iniciativa del Director Científico del Instituto, nombró V. en sesión del lunes 28 del corriente mes, profesor de Física, Química. Geología, Mineralogía, Botánica y Zoología, en el mismo Instituto. Conocedora como lo es la Dirección del entusiasmo de por la educación popular, abriga la esperanza de que aceptará gustoso esa prueba de confianza que deposita en las aptitudes de Soy de atento servidor. Herrera. No sólo a la juventud josefina, a la cual atendió también en los bancos de la enseñanza primaria, recibió la influencia de su amor infatigable por las labores docentes: entregado por entero la noble tarea de difundir las Inces de su vasto saber, encontró campo de acción en los Institutos de Alajuela y Cartago y sirvió en este último por tantos años que pudo contar sus discipulos apenas como pudo haber contado los muchos días de amargo padecimiento que lo llevaron la tumba.
Miembro importante de Juntas educadoras: designado especial para presenciar por encargo del Gobierno de corporaciones interesadas exámenes en distintos colegios del país: representante de la Municipali.
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