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da; también la he colectado en Puntarenas y en Paso Agres, sobre el río Grande de Tárcoles. Se le conoce con el nombre de chisbala, debido talvez su agilidad de movimientos. El macho adulto es de abdomen azul ultramarino, con bandas laterales de castaño rojizo; el dorso es negro, con nueve rayas longitudinales de color amarillo verdoso, veces amarillo ocraceo; la cabeza es olivacea. En los ejemplares jóvenes esos colores varían, especialmente en el abdomen, que es de un blanco amarillento.
Basiliscus americanus, Laur. Esta especie es conocida en Costa Rica con el nombre de gallego, tiene una cresta lo largo de la cabeza, el dorso y la cola, interrumpida en el cuello y la rabadilla; la hembra no tiene desarrollado ese carácter propio del macho adulto. Habita sobre las orillas de los ríos, en la vertiente del Pacífico, desde el valle de San José hasta la región cálida de la costa; lo mismo en el río Torres 1150 metros de elevación sobre el nivel del mar, que en el río Grande de Tárcoles, al Sur de Santo Domingo. Sobre las aguas pasa con agilidad admirable, con más rapidez que si caminase por un suelo enjuto; se posa sobre las piedras y sube a los árboles como si fuese una ardilla; desde lo más alto se tira al agua, cual si tuviese paracaidas y luego prosigue su carrera, En el estómago de estos animales hemos encontrado restos de coleópteros, semillas de guayaba y estopas de caña, lo que prueba su alimentación animal y vegetal indistintamente, Basiliscus plumifrons, Cope. Esta especie que corresponde la región del Atlántico, se halla en Santa Clara, Reventazón y Talamanca. Tiene costumbres parecidas al gallego común, pero es más pequeño y se caracteriza por tener en la cabeza un segundo apéndice frontal, largo y angosto manera de pluma.
Con este animal sucede lo mismo que ya hemos observado en el mundo de las aves: hay muchos géneros que tienen formas correspondientes uno y otro lado de la cordillera central, las cuales se separan tan solo por caracteres específicos.
Sceloporus malachiticus, Cope. Esta lagartija es la más común y mejor conocida en Costa Rica, porque habita la parte más poblada del país, desde Alajuela, 900 metros de elevación sobre el nivel del mar, hasta el volcán Irazú, una altura mayor de 2, 100 metros, en Llano Grande. En las primeras horas del día, cuando el sol calienta las piedras, la corteza de los árboles y los paredones de los caminos se pueden ver estos animales ostentando su brillo metálico, color de bronce por encima, en los machos adultos, verde esmeralda en los machos jóvenes y gris jaspeado de negro en las hembras. La garganta, el pecho y partes laterales del abdomen son de color azul de acero en los machos adultos, que al llegar viejos tienen una mancha amarilla bronceada y brillante debajo del hocico. Con facilidad cambian de tinte medida que se posan sobre plantas verdes, sobre piedras cubiertas de líquenes sobre las paredes de una casa vieja, como si tratasen de ocultar su presencia adaptando su coloración al objeto sobre el cual reposan para recibir los rayos del sol. Una hembra colectada en Alajuela fines de octubre de 1905, tenía lagartijitas bastante desarrolladas en el estómago, lo cual prueba que esta especie es ovovivípara, como pasa con otras que pertenecen al mismo género.
Erythrolamprus esculapii (Linn. En un artículo publicado en Páginas Ilustradas, número 76, dijimos que hay en Costa Rica ciertas culebras de coral inofensivas, que se confunden con las venenosas por tener una coloración rojiza semejante. Hacemos ahora referencia a las inofensivas, cuya determinación obtuvimos recientemente. Son estas culebras de fondo rojo, renegrido en la punta de las escamas; tienen anillos negros en pares, separados los anillos negros que forman cada par por espacios angostos de color amarillo pálido. Habitan des.
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