La Semana La fiesta Nunca como esta vez ha sido celebrado entre nosotros el dia de la del 15 patria; los festejos públicos que han durado cuatro dias, denotan la esplendidez del pueblo Custarricense, que sabe gastar cuando el caso lo pide; de modo que ellos han correspondido en un todo los deseos generales, conmemorar nuestra independencia, celebrar la armonía centroamericana y agasajar los distinguidos ciudadanos que aqui se reunen ahora para fortalecer con nuevos vínculos el tratado del Marblehead. Las fiestas recientes patentizan, por lo tanto, cl apego de nuestra patria a su gloriosa independencia, la estimación fervoro.
sa en que tiene el beneficio incomparable de la paz y el cariño sincero y profundo que siente por sus hermanas de Centro América. Por lo demás, los festejos acreditan que la cultura se abre paso entre nosotros y que el pueblo saborea con gusto depurado los placeres de noble casta que ofrece al espíritu moderno el repertorio inagotable de la civilización. La época de la barbarie desaparece. El tiempo, que, por estos días, se muestra huraño y cenudo en los trópicos, se portó, sin embargo, como una persona decente, pues, si bien arrugó el entrecejo por ratos, no llegi perturbar seriamente ninguna diversión del programa. Así, pues, hasta la naturaleza complaciente parecía favorecer la comezon de jolgorio. La alegria general se manifestó por diversas trazas; pero cada día de fiesta trajo en sus brillantes pliegues una diversión que ahogaba a las otras entre los resplandores de su inmenso y luminoso disco. Las diversiones que sobresalen son éstas: Día 13 Partida de pelota en el frontón del Beti Jai: Dia 14 Fiesta escolar; por la noche, baile.
Dia 15 Match de foot ball; por la noche, baile de artesanos; Día 76 Partida de polo; Todos los dias Iluminación y concierto en el Parque de Morazán.
Partida Iniciáronse las fiestas con una partida de pelota que tuvo efecto de en el frontón de Beti Jai, construido expensas de españoles y costarricenses que aspiran a establecer y aclimatar entre nosotros pelota el juero vasco. La batalla curó al pie de dos horas, y en el largo trascurso de ellas, el brío de los pelotaris no decayó ni un momento. Es este un deporte que exige esfuerzo varonil, pero que, a la vez, permite desplegar 18