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Cuando las ideas que inspiraron Griesinger, Kraft Ebburg y Despine se hagan del dominio público, nos avergonzaremos de haber permitido por espacio de tanto tiempo que los condenados se hayan puesto en manos del verdugo y en las del carcelero. Si los concienzudos trabajos de aquellos escritores fueran más conocidos, todos comprenderiamos muy pronto que los seres quienes se envía la prisión y se condena muerte, son seres humanos que necesitan un tratamiento fraternal. Si analizamos las causas que impulsaron al condenado cometer un acto de violencia (como lo notó Griesinger) veremos que esas causas trabajaban hacía mucho tiempo, bastante antes de que el acto delictuoso se cometiera. Ya en su vida anterior se traslucía cierta anomalia nerviosa, un exceso de irritabilidad: tan pronto por una bagatela, expresaba con calor sus sentimientos, como se desesperaba a causa de una pena mínima, se enfurecía la menor contrariedad.
San José, Costa Rica. Fachada principal de la Cárcel Nueva Fot. Ruda Esta irritabilidad era su vez causada por una enfermedad cualquiera, del cerebro, del corazón del hígado, frecuentemente heredada; y por desgracia nunca hubo quien diera mejor dirección a la impresionabilidad de aquel hombre que, en otras condiciones hubiera podido ser un artista, un poeta o un propagandista celoso; pero falto de influencias benéficas, en un medio desfavorable, se hizo lo que se llama un criminal. En cuanto al cariño lo arriesgado, que es uno de los rasgos distintivos de los que son juzgados por malas acciones de gran importancia, tal cariño, bien encaminado por las influencias exteriores, tórnase en fuente benéfica para la sociedad: él impulsa los hombres viajes lejanos, las empresas peligrosas. Cuántos de los que hoy ocupan las prisiones hubieran hecho grandes descubrimientos exploraciones peligrosas, si su cerebro armado de conocimientos científicos les hubiera podido abrir más vastos horizontes!
1827

    Death SentenceViolence
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